Por primera vez, da la sensación de que España va a subirse al tren de esta nueva revolución verde sin verlo pasar de lado como ha sucedido en a anteriores ocasiones. Se prevén realizar inversiones valoradas en 8.900 millones de euros que tendrán su origen en el Plan de Recuperación que ha presentado el Gobierno a Europa. En él se menciona específicamente el desarrollo del hidrógeno verde en España.

La Hoja de Ruta del Hidrógeno Renovable fija los siguientes objetivos en 2030:

- 4 GW de capacidad instalada de electrolizadores.

- Contribución mínima del hidrógeno renovable del 25% respecto del total del hidrógeno consumido en 2030, tanto como materia prima como vector energético.

- Red de 100-150 hidrogeneras de acceso público como mínimo.

- 5.000-7.500 vehículos ligeros y pesados de pila de combustible, y 150-200 autobuses de pila de combustible.

- Al menos dos líneas comerciales de trenes propulsados con hidrógeno de media y larga distancia en vías actualmente no electrificadas.

- En los cinco primeros puertos y aeropuertos en volumen de mercancías y pasajeros respectivamente, introducir maquinaria de “handling” que emplee pilas de combustible de hidrógeno renovable, así como los puntos de suministro necesarios.

- Disponer de proyectos comerciales de almacenamiento de energía operativos en 2030.

Estos objetivos van dirigidos no sólo a la producción de hidrógeno renovable sino también a cada una de las áreas de actividad donde se ha identificado que la demanda de hidrógeno renovable tiene mayor potencial de crecimiento en esta década. Concretamente a segmentos como la industria, la movilidad y el sector eléctrico o almacenamiento de energía.

El documento promueve 57 medidas de actuación que cubren toda la cadena de valor del sector, desde los aspectos normativos y regulatorios, al desarrollo de acciones transversales, acciones sectoriales, y acciones de fomento de la I+D+i.

En definitiva, el objetivo fundamental de esta hoja de ruta es fomentar y favorecer el despliegue y desarrollo del hidrógeno renovable en España, como una de las soluciones que permitirá lograr alcanzar la neutralidad climática en 2050. Y, por supuesto, que está alineada con la Estrategia Europea del Hidrógeno.

En este sentido, esta apuesta representa una oportunidad para nuestro país en diferentes factores:

- Contribuirá a disminuir las emisiones de contaminantes y gases de efecto invernadero al medio ambiente en sectores difícilmente descarbonizables.

- Permitirá la penetración de un mayor porcentaje de energías renovables en el sistema eléctrico, aumentando la gestionabilidad.

- Disminuirá la dependencia energética nacional y del entorno europeo.

- Convertirá a España en una de las potencias europeas de generación de energía renovable.

- Favorecerá la descarbonización de los sistemas energéticos aislados, con especial atención a los territorios insulares.

- Desarrollará las cadenas de valor de la economía del hidrógeno.

- Potenciará la I+D+i energética española.

Esta hoja de ruta representa un compromiso claro de nuestro país hacia la descarbonización y electrificación de la economía. Un impulso claro a la transición energética que, sin ninguna duda, hay que afrontar más pronto que tarde.

El objetivo clave es llegar al año 2050 con cero emisiones. Un reto tan drástico sólo se puede conseguir con el despliegue de la economía verde apoyada por todos los grupos de interés.

Por una vez, todos estamos alineados en una estrategia común de país, de forma que podemos optar a ser uno de los actores clave en esta transición mundial que ya no hay quien la pare. Un compromiso global clave para que podamos seguir aportando valor y consiguiendo cubrir las distintas metas definidas con garantías.

Emilio Nieto es director en Centro Nacional de Hidrógeno y Pilas de Combustible