"This is Europe's moment". Así como la respuesta a la crisis de 2008 se construyó en torno al "Whatever it takes" del en aquel momento presidente del BCE, Mario Draghi, la llamada al momento de Europa es el mantra sobre el que la actual presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha edificado los pilares de la réplica con la que el club comunitario quiere plantar cara a la crisis generada por el coronavirus.
En un paso de gran carga simbólica, Von der Leyen visita hoy Madrid para escenificar el pistoletazo de salida de la mayor movilización de fondos realizada por el conjunto de los socios comunitarios. De su visita se espera el visto bueno definitivo al Plan de Recuperación y Resiliencia presentado por el Gobierno español el pasado mes de abril por el que obtendrá 70.000 de los 140.000 millones asignados por la Unión Europea para responder a la pandemia.
Unos fondos que tienen un destino que mira más al futuro que al presente o al pasado. A diferencia de otras crisis en las que los recursos se han utilizado para reconstruir lo devastado por conflictos bélicos o profundos desajustes financieros, los Next Generation tienen en su punto de mira las próximas décadas. El objetivo es construir la Europa de las próximas generaciones apoyándose en tres grandes pilares: la sostenibilidad, la digitalización y la defensa de las igualdades sociales.
Y es que, en cada una de las defensas que Von der Leyen ha realizado de este proyecto hasta su aprobación definitiva, la presidenta de la Comisión Europea se ha apoyado en el relato de lo que las diferentes generaciones de europeos han aportado a la construcción del proyecto comunitario. "Propongo un nuevo pacto generacional para el mañana", defendió Von der Leyen en su presentación de los fondos Next Generation en mayo de 2020.
La UE ya emite deuda
El proyecto de estímulos diseñado como respuesta a la crisis sanitaria ya ha recibido el visto bueno tanto a nivel comunitario como en los parlamentos de todos los Estados miembros, lo que le ha permitido comenzar a emitir la deuda con la que se financiará. Ayer mismo se cerró la primera emisión de 20.000 millones de euros. Se espera que, en lo que queda de año, la UE capte, al menos, otros 60.000 millones.
Estos fondos serán el origen de las primeras transferencias que recibirán los Estados miembros para financiar sus planes de recuperación. En el caso de España, Bruselas ya ha dado su visto bueno a la estrategia planteada por el Gobierno. Ahora, queda el trámite de que los representares de los Estados miembros refrenden esta aprobación.
Un hito que tendrá lugar durante las próximas semanas gracias al cual las primeras ayudas fluirán desde Bruselas a las arcas españolas. Si se cumple con lo previsto, España recibirá un primer adelanto de 9.000 millones de euros que corresponderá a la prefinanciación asignada por las medidas que ya ha puesto en marcha durante la negociación del plan.
A lo largo del año, a esta cantidad se sumaran otros 10.000 millones de euros adicionales que la UE irá captando en las sucesivas llamadas al mercado durante los próximos meses. Unas cantidades, 19.000 millones, que suponen el 27% de lo proyectado por el Gobierno en el Plan de Recuperación.
Articulación de los fondos
Una vez llegue el dinero, ¿cómo se va a articular? El Plan de Recuperación del Gobierno señala mecanismos similares a los que se han utilizado en otras ayudas europeas, con una gran salvedad. Se espera agilizar la llegada de recursos limitando al máximo los plazos de las convocatorias y los procesos burocráticos.
La estrategia del Gobierno señala al Ministerio de Hacienda como el gran distribuidor y coordinador de las ayudas. Una tarea en la que las Comunidades Autónomas van a tener que desempeñar un papel clave debido a las competencias que actualmente atesoran en muchas de las materias presentes en el plan.
El eje de esta cordinación se pondrá en marcha durante la conferencia sectorial que Hacienda puso en marcha el pasado mes de marzo con representares de todas las CCAA y de los municipios. Este será el órgano desde el que se detallarán las fases de cada momento del plan y las prioridades. Se espera que durante las próximas semanas tenga lugar una nueva reunión de este ente donde se detallarán los primeros pasos efectivos del plan.
En la tramitación de las ayudas también tendrán un papel importante el resto de ministerios. Así como Hacienda aportará la visión de conjunto del plan, cada ministerio involucrado será el responsable de ejecutar los proyectos de la mano de las CCAA. En este sentido, las diferentes conferencias sectoriales de cada ministerio serán el punto de encuentro entre la visión estatal del plan y la ejecución autonómica y sectorial.
Primeros proyectos
A lo largo del mes de junio se espera que el primer gran proyecto presente en el Plan de Recuperación obtenga el visto bueno del Consejo de Ministros. El PERTE del coche eléctrico ocupa la pole position para ser el primero de los proyectos singulares que se ponga en marcha de forma efectiva.
Esta iniciativa persigue facilitar medidas necesarias para que las plantas españolas realicen la transición que les permitirá fabricar modelos de vehículos cero emisiones. Entre los elementos más importantes de este PERTE, incluye la puesta en marcha de una planta de fabricación de baterías eléctricas, la mejora de procesos de la cadena de valor de la automoción, el despliegue de la infraestructura de carga y el aprovechamiento de recursos endógenos para la reducción de la dependencia exterior, como el litio.
La activación por parte del Consejo de Ministros de este PERTE permitirá que en la segunda mitad del año tanto fabricantes de vehículos como las compañías responsables de desplegar puntos de carga para el coche eléctrico aceleren notablemente sus planes anunciados. Del mismo modo, se espera un gran anuncio que cristalice la puesta en marcha de una planta de baterías en territorio español. Pero la movilidad no será la única protagonista.
A lo largo de 2021, el Plan de Recuperación señala diferentes áreas de actuación a las que se destinarán importantes recursos. Los planes de rehabilitación ambiental de vivienda se llevarán 2.000 millones, las energías renovables recibirán 1.900 millones, las políticas de empleo percibirán 1.119 millones, mientras que se destinarán 900 millones a la digitalización de pymes. Si se cumplen los objetivos de captación de deuda de la UE y la ejecución del plan del Gobierno, deberían arrancar proyectos valorados en 21.000 millones antes de que termine el año.
Evaluación y desbloqueo del resto de fondos
Así como el primer tramo de fondos de entre 19.000 y 21.000 millones de euros que llegarán en 2021 ya cuentan con el beneplácito comunitario, el Gobierno tiene mucho trabajo por hacer para desbloquear el resto de ayudas. Semestralmente, la Comisión Europea evaluará tanto el grado de cumplimiento de las reformas comprometidas en el plan como si los fondos se están utilizando para lo proyectado.
Este segundo punto va a añadir una capa de complejidad al proceso. Empresas, Comunidades Autónomas y Gobierno deberán coordinar una metodología que permita a los representantes españoles dar cuenta del destino de cada euro incluido en el Plan de Recuperación. De esta manera, la Comisión podrá validar que los recursos se están gastando en los proyectos validados y no en otras políticas.
En cambio, las reformas lo que permitirán será la llegada de nuevos fondos. El Gobierno se ha comprometido a un ambicioso calendario de medidas que tendrán que poner en marcha entre 2021 y 2023. Si no hay avances semestrales en este calendario, no llegarán nuevos fondos.
Las reformas más importantes en este punto serán tres: mercado de trabajo, pensiones y fiscalidad. Los acuerdos alcanzados entre el Gobierno y la Unión Europea señalan un compromiso por parte del Ejecutivo de Sánchez de alcanzar importantes hitos en un marco temporal muy corto y en un contexto parlamentario complejo.
Exigente calendario de reformas
En concreto, a lo largo de 2021 el Gobierno debe aprobar la reforma del mercado de trabajo. Para este año también se esperan pasos firmes en la reforma de las pensiones que debería culminar en 2022. Por último, la reforma fiscal deberá llegar a lo largo de 2022 para ponerse en marcha en 2023.
Tres medidas claves de las que dependen la llegada de unos 50.000 millones de ayudas que se irán desbloqueando cada seis meses. A medida que la UE siga emitiendo deuda y los Gobiernos avancen en sus planes, el dinero seguirá fluyendo entre Bruselas y las diferentes capitales comunitarias.
Así las cosas, el 16 de junio de 2021 quedará en las hemerotecas como el día en el que la Unión Europea dio uno de sus pasos más decididos en la confirmación del proyecto europeo. Así como los fondos permitirán a los Estados poner en marcha los proyectos que asegurarán el futuro de sus industrias, las reformas comprometidas pretenden pulir importantes fuentes de conflictos entre socios y unificar cuestiones básicas entre los miembros del proyecto europeo.
Si ambos requisitos se cumplen, las palabras de Von der Leyen de mayo de 2020 se convertirán en realidad. Tras años de medidas tibias y avances poco significativos, el proyecto comunitario acelerará rumbo a una unión más robusta y madura que la anterior a la crisis del coronavirus. Gracias al frente común puesto en marcha como respuesta a la crisis sanitaria, habrá llegado la hora de Europa.
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