Preocupación en el Gobierno y, en particular, en el Ministerio de Asuntos Económicos por el cada vez más creciente interés de los fondos de inversión extranjeros en la red de fibra óptica española.
Las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL-Invertia indican que el Ejecutivo prefiere que esta infraestructura esté en manos españolas o que si se abre a extranjeros, lo haga a inversores industriales y con una participación minoritaria.
Dentro del ministerio dirigido por la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, se recela del interés de fondos internacionales que han demostrado que su único objetivo es obtener rentabilidad a corto plazo, algo que podría poner en riesgo su despliegue y el mantenimiento que necesita durante los próximos años esta infraestructura.
"La fibra española es estratégica", dicen desde el Ejecutivo. Y no les falta razón. Con una velocidad de más de 30 megas es la más extensa de toda Europa -más despliegue que Alemania, Francia, Reino Unido e Italia juntas- con 48,6 millones de accesos instalados (hogares) y una penetración de más del 85% en todo el territorio.
Una red que demostró su fortaleza durante la pandemia soportando un confinamiento extremo con familias completas utilizando dispositivos conectados a internet (teletrabajo, telemedicina y ocio digital) sin que perdiese velocidad ni calidad. De hecho, España fue de los pocos países europeos en los que Netflix u otras plataformas no experimentaron problemas.
Fibra de Telefónica
La red de fibra española es la base del 5G, la IoT, las ciudades conectadas, la inteligencia artificial y la infraestructura cloud. España basa gran parte de su reconstrucción económica en la digitalización (con el 30% de los fondos europeos) y para ello la fibra es la gran autopista por la que viajarán estas nuevas tecnologías.
Una red que ha despertado el apetito de los fondos. La semana pasada se conoció que Telefónica estudia dar entrada a su red de fibra con una participación no superior al 20% y que varios de estos fondos estaban interesados en invertir. Una operación valorada entre 15.000 y 17.000 millones de euros.
Entre quienes optan a la fibra de Telefónica se encuentran el canadiense Brookfield, el estadounidense KKR, el francés Ardian o la firma internacional I Squared Capital, según fuentes de mercado consultadas por EL ESPAÑOL-Invertia.
Tampoco se puede descartar la entrada de un inversor institucional como Allianz, con el que Telefónica ya tiene una joint venture en Alemania para desplegar fibra, e incluso el canadiense CDPQ con el que la operadora española comparte una sociedad en Brasil.
Pero no son los únicos. Este lunes se anunció que el fondo Ardian compró a EQT el operador Adamo por unos 1.000 millones de euros. Es su primera inversión en el sector de las telecomunicaciones en España, según ha informado este lunes la firma de inversión privada.
Red Eléctrica
En el mercado ibérico se ha hecho con Frulac, un fabricante de ingredientes alimenticios fabricados con frutas y verduras. La red de Adamo cubre más de 1,8 millones de hogares de fibra óptica, dando servicio a unos 250.000 abonados en 27 provincias de España.
Del mismo modo, según publicó este lunes Expansión, Red Eléctrica de España (REE) ya tiene interesados en adquirir hasta un 49% de Reintel, la filial que gestiona la red de fibra óptica del operador eléctrico. Y todos ellos son fondos de inversión.
Allianz, Axa, KKR, Queensland Investment Corporation (QIC) y Vauban Infrastructure Partners son algunos de los potenciales compradores que han contratado asesores para participar en el proceso, según este mismo diario. Por su parte, el fondo de pensiones holandés PGGM también va a acudir a la puja.
Reintel posee 50.000 kilómetros de red de fibra óptica desplegada sobre la red de transporte de electricidad y la red asociada al servicio ferroviario en España (también la red de Adif), actuando como proveedor neutral de infraestructuras de telecomunicaciones para los principales agentes del sector y operadores de telecomunicaciones en España.
Tres operaciones que el Gobierno está mirando con lupa. En el caso de Telefónica hay más tranquilidad porque solo se abriría el capital al 20% de participación, aunque hay más recelos en el caso de REE, donde el casi el 50% se pondría en manos de fondos extranjeros.
American Tower
En cualquier caso y pese a que el deseo del Ejecutivo es que los interesados sean inversores industriales, como aconteció en la compra de las torres de Telefónica por parte de American Tower, el Gobierno no pondría dificultades administrativas a las operaciones, si es que no se pierde el control de los activos.
El problema sería si estas operaciones se plantean para que las empresas dueñas de la red pierdan el control. Recordemos que el Ejecutivo mantiene al menos hasta final de año la "acción de oro" que le permite vetar cualquier venta de activos estratégicos, como la fibra, a extranjeros situados fuera de España.
En esta línea, hay especial interés en ver que pasará con las redes de fibra de Orange, Vodafone o MásMóvil, pese a que estas tres compañías han manifestado públicamente que su interés es mantener sus redes en su poder y siempre como un activo estratégico.
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