Tras el estallido de la pandemia, muchas de las actividades esenciales de nuestro país se vieron directamente afectadas. Las restricciones para controlar la situación provocaron que sectores como el agroalimentario vieran reducida su producción un 4%, tal y como indican los datos recogidos por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), aunque resultó ser uno de los sectores más resistentes durante el 2020 gracias a sus exportaciones. Además del Covid-19, otro de los factores que más impacto tuvo en el sector en nuestro país fue la erupción del volcán de la isla de La Palma, que puso en riesgo la industria platanera y que ha sido determinante para muchos empresarios.

Ante estas situaciones, la colaboración de entidades como Banco Santander han sido esenciales para que pequeñas empresas y trabajadores pudieran mantener sus puestos de trabajo. Un ejemplo claro de ello fue la financiación en condiciones preferentes y el anticipo de la indemnización del seguro agrario que la entidad prestó a muchos de sus clientes para paliar algunas de las consecuencias climáticas que se produjeron en La Palma.

En 2021, Santander apoyó con más de 3.700 millones de euros al sector agroalimentario y puso en marcha la contratación de los Anticipo Cosecha, con los que los usuarios reciben de forma anticipada el 90% del importe de la cosecha, además del Préstamo I+D+I Agro o préstamos a largo plazo para la transformación de fincas a cultivos que puedan ofrecer una mayor rentabilidad. El banco también ha respaldado a muchos de sus clientes con productos no financieros, como el seguro agrario o el multirriesgo agropecuario, una solución para proteger las explotaciones agrícolas y ganaderas frente a riesgos imprevisibles.

En la actualidad, ya son más de 30.000 las empresas que forman parte del sector agroalimentario y que ofrecen empleo a más de 500.000 personas. España se posiciona como la cuarta potencia agroalimentaria a nivel europeo y décima a nivel mundial gracias a la calidad de sus productos y el volumen de las exportaciones, según datos obtenidos por ICEX España Exportación e Inversiones. Sin embargo, esta industria también cuenta con ciertas limitaciones y retos a los que se debe enfrentar, destacando, especialmente, la sostenibilidad y la digitalización.

Con la finalidad de cumplir con el Pacto Verde Europeo, cuyo propósito es reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero antes del 2050, la industria agroalimentaria busca aumentar la eficiencia en el uso de la energía y los recursos hídricos, reducir el desperdicio de los alimentos y promover una economía circular.

Para conseguir estos objetivos, Santander lanzó en 2021 el Plan Renove de Maquinaria Agrícola. En España, el 55% de la maquinaria tiene más de 18 años de antigüedad, por lo que, con este plan, los agricultores podrán utilizar nuevos vehículos de precisión y reducir hasta en un 25% las emisiones de CO2. Y para fomentar la digitalización, cabe destacar las campañas del olivar o la vendimia y la suscripción al Cuaderno de Campo Digital, una herramienta pensada para que los trabajadores puedan registrar detalladamente toda la información de sus explotaciones.

Santander lleva décadas apoyando al sector agro para lidiar con las crisis de los últimos años y sigue trabajando en soluciones con las que respaldar una de las industrias más influyentes en la economía de nuestro país. Respaldar a las Pymes, garantizar una mayor tranquilidad a sus empresarios y fomentar la sostenibilidad y la digitalización son los principales retos del futuro.