Desde la puesta en marcha del mecanismo para la recuperación y la resiliencia Bruselas advirtió que adoptaría un papel vigilante para controlar la aplicación de la mayor movilización de fondos puesta en marcha en el Viejo Continente en las últimas décadas. Ahora que se cumple un año desde que se lanzó el reglamento que regula este proyecto, la Comisión Europea ha publicado su primer informe de evaluación sobre la implementación que están haciendo todos los países.

El reporte destaca a España como el país de la Unión Europea más avanzado en el desarrollo de su plan de recuperación. Según explica el análisis, nuestro país es el único que consiguió cumplir los requisitos para recibir en diciembre de 2021 el primero de los pagos previstos en el acuerdo suscrito con la comisión. Un hito que a finales de febrero de 2022 ningún otro socio comunitario ha conseguido aún. 

En un segundo vagón se encontraría Francia, Grecia, Italia y Portugal. Estos países enviaron a la Comisión su solicitud para recibir el primero de los pagos. El país galo fue el segundo en cumplir este requerimiento que recibió el visto bueno preliminar a finales del pasado mes de enero. Grecia e Italia alcanzaron esta meta al terminar febrero. Portugal por su parte aún está a la espera de recibirlo.

Hasta la fecha, sólo ocho países han llegado a cerrar los acuerdos operativos con la Comisión. Eslovaquia, Croacia y Letonia se suman a España, Francia, Grecia, Italia y Portugal en la firma de un requisito clave, ya que es condición obligatoria antes de que el Estado miembro pueda presentar su primera solicitud de pago. A día de hoy 19 países aún no cuentan con este acuerdo. 

La Comisión destaca a España

"El primer pago a España ilustra el progreso realizado en la implementación del mecanismo para la recuperación y la resiliencia. Los hitos incluidos en el pago demuestran pasos significativos en la implementación del plan y de su amplia agenda de reformas". De esta forma, el informe destaca al plan español por delante del resto de países. 

En este sentido, el documento de la comisión desta que la evolución del Plan de Recuperación en España "muestra cómo el fondo ya está teniendo impactos tangibles sobre el terreno, apoyando la implementación de reformas significativas".

En su revisión de la información semestral para el conjunto de los países, el informe califica como positiva la marcha de la implementación de los planes. En lo que respecta a los hitos y objetivos marcados para el tercer trimestre de 2021, el 91% fueron "completados" mientras que el 9% restante no se alcanzaron.

Por su parte, en los compromisos marcados para el cuarto trimestre de 2021 ya se pueden pronosticar algunas desviaciones potencialmente más pronunciadas. En concreto, un 4,4% se declararon como retrasados, el 79,7% en proceso y el 14,9% como completados. 

Abril, próxima parada

Las próximas semanas van a ser claves para que los Estados terminen de implementar las reformas y los proyectos que se han comprometido a poner en marcha en sus planes de recuperación para poder acceder a la siguiente tanda de pagos. El próximo mes de abril la Comisión Europea abrirá otra ventana de valoraciones tras la que se aprobará el desembolso de nuevos fondos.

Es este sentido, España encara este nuevo examen habiendo pasado su asignatura más compleja: la reforma laboral. Entre todos los compromisos fijados para este periodo la puesta en marcha de la nueva regulación se presentaba como el obstáculo más importante para poder solicitar el siguiente tramo de ayudas. Su rocambolesca aprobación permite afrontar el nuevo examen con garantías. 

Si se aprueba, otros 10.000 millones de euros deberían llegar a las arcas españolas antes de que comience el verano. Del mismo modo, a mitad de año la Comisión presentará el cálculo final de los fondos que llegarán a cada uno de los países. El 30% de los fondos que recibirán los países se va a calcular con una fórmula que valorará la evolución de las economías comunitarias en el periodo 2020-2021.

España arranca 2022 como el alumno más aventajado en lo que se refiere al cumplimiento de las reformas comprometidas. Este año será clave para valorar si nuestro país es capaz de llegar al mismo nivel con el despliegue de los fondos y si su impacto cumple las expectativas sobre los beneficios efectos que tendrán en la economía española. Una incógnita aún por despejar.