Coag Murcia denuncia que el sector agrícola cierra 2022 con un incremento de costes de producción del 30%
El líder murciano de Coag, José Miguel Marín: "La amenaza de un futuro sin agua suficiente, ensombrece el corto, medio y largo plazo de nuestro sector".
20 diciembre, 2022 19:14El sector agrícola murciano se ahoga por culpa del desorbitado incremento de los costes de producción que se ha experimentado en 2022: un 30% más que en 2021. Este es uno de los preocupantes datos que ha dado a conocer José Miguel Marín, presidente de COAG en la Región de Murcia, con motivo del balance anual de la organización agraria.
"Finaliza un año muy difícil para el campo murciano por las importantes mermas en las cosechas provocadas por una climatología adversa y el incremento sin precedentes de los costes de producción", tal y como ha resumido el líder de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos en la Región de Murcia.
Los costes de producción se han incrementado especialmente en los árboles frutales y eso ha provocado que en el bolsillo de los agricultores no se note la subida de 8 a 10 céntimos que ha experimentado el precio del kilo de fruta: pasando de la horquilla de 60 a 70 céntimos, de 2021, a una de 68 a 80 céntimos, en 2022. "El incremento de la energía y el gasoil, en algunos momentos, ha sido de más del 100% respecto al año pasado".
El tono de preocupación es máximo para los agricultores porque el panorama en 2023 no pinta mejor, debido a que está pendiente la aprobación en el Consejo de Ministros del Plan del Tajo. La nueva planificación prevé incrementar los caudales ecológicos, reduciendo el agua para riego que se destina a la cuenca del Segura -a través del Trasvase Tajo-Segura-. En concreto, a partir de 2027, se prevé elevarlos de 6 metros cúbicos por segundo, a 8,65 metros, lo que provocará un recorte de 105 hectómetros cúbicos en el riego de fincas agrícolas en Murcia, Alicante y Almería.
"La amenaza de un futuro sin agua suficiente, ensombrece el corto, medio y largo plazo de nuestro sector agroalimentario, con el reto de fondo de avanzar hacia el relevo generacional y la digitalización", según ha alertado José Miguel Marín, presidente de Coag. "En la Región de Murcia sufrimos cada año, de forma más acentuada, recortes y regulación que dificulta el acceso al agua para riego".
"Ahora estamos muy pendientes de los caudales ecológicos, la falta de depuración conveniente en municipios muy importantes del centro de la Península condiciona severamente a las cuencas y afecta a los usos, lo cual nos perjudica especialmente, en la Región de Murcia: si la depuración fuera óptima en esos municipios no habría que incrementar los caudales ecológicos y por lo tanto, habría más disponibilidad para riegos", tal y como ha reflexionado Marín, sobre la situación hídrica de la comunidad murciana, donde la viabilidad de las fincas agrícolas depende de un mix en el que confluyen: aguas residuales tratadas, agua de ríos, agua desalada, de acuíferos y pluviales.
A este panorama se suma el cóctel molotov del cambio climático que ha provocado periodos persistentes de sequía y lluvias, alternados con episodios de temperaturas excepcionales, lo que ha perjudicado varias campañas. De hecho, las cosechas de brócoli, lechuga y alcachofa se solapan y adelantan, lo que provoca que se paguen precios bajos por esos productos.
En el caso del viñedo, la falta de lluvias hasta el final del ciclo productivo ha causado un déficit de producción de entre el 30% y el 35%. La campaña de la almendra ha estado marcada por las lluvias persistentes que se produjeron desde mitad de marzo hasta mayo, lo que afectó a la floración de muchas variedades y provocó situaciones de desequilibrio hídrico, ataque de hongos y plagas de avispilla. Marín ha repasado sector por sector, sin ofrecer datos esperanzadores al cierre de 2022.
Incertidumbre en la ganadería
El horizonte no pinta mejor para la ganadería. "La situación es muy complicada para este sector: muy afectado por la falta de cereales, pastos, y por las grandes subidas de las materias primas que hacen inviable la situación", tal y como ha lamentado el dirigente de Coag. "Hay una serie de incertidumbres que hacen muy difícil la permanencia en él por parte de los profesionales".
La primera de ellas es la pérdida de rentabilidad, como consecuencia del alza de un 27% en los costes de producción y de un 40% para los piensos. La segunda es la pretensión de sustituir el consumo de proteína de origen animal, por sucedáneos. Y la tercera, es la aplicación de la normativa actual: "Tiene una serie de exigencias que suponen nuevas y costosas inversiones, imposibles en muchos casos para los pequeños productores".