Planificar el futuro es algo que todos tenemos en mente. Pensar en destinos para las próximas vacaciones o en actividades que hacer en nuestro tiempo libre, por ejemplo, son algunas cosas que nos ocupan al imaginar nuestro futuro. Y si bien es habitual pensar con más frecuencia en el corto o medio plazo, a veces dejamos de lado algo que, a priori, puede parecer lejano pero que siempre llega: la jubilación.
Precisamente al acercarse ese momento, es cuando empezamos a pensar más en él, y a comenzar la planificación. Pero, al considerarlo cuando ya estamos cerca ¿es posible que lleguemos tarde?
Veamos algunos factores que nos afectarán:
• El aumento de la esperanza de vida, que conlleva una serie de desafíos, como posibles necesidades médicas, de asistencia, o simplemente los recursos necesarios por un mayor tiempo de vida
• El endurecimiento progresivo de los requisitos para acceder a una jubilación (mayor tiempo cotizado, retraso de la edad de jubilación)
• Inflación: el aumento del coste de vida año a año, que reduce nuestro poder adquisitivo
• Una tasa de sustitución decreciente: si comparamos nuestro último salario con la pensión que recibiremos, veremos que en la actualidad es un 80% de media. La previsión, por otro lado, es converger a la media europea, que es de un 50%. Es decir, que la pensión pública no podrá sostener el estilo de vida que tengamos el día anterior a la jubilación.
En la reciente publicación 'Guía para tu jubilación', elaborado por la Fundación Mapfre, se refleja de forma muy acertada la situación de partida, así como las principales cuestiones que debemos tener en cuenta para planificar adecuadamente esta etapa.
Teniendo en cuenta todos estos factores, queda clara la necesidad de contar con una alternativa para una etapa vital que puede durar más de 20 años según el INE. Ahora bien ¿qué podemos hacer?
La solución pasa por constituir un ahorro poco a poco, que nos permita vivir con plenitud esta etapa. En ese contexto adquieren una especial relevancia los planes de pensiones.
Los planes de pensiones
Los planes de pensiones son un instrumento de ahorro específicamente diseñado para la jubilación. Entre sus ventajas se encuentran unas ventajas fiscales únicas (deducción de las aportaciones en el IRPF), la capitalización compuesta a largo plazo (que contribuye enormemente al valor final del plan) y que, además de servir para complementar la pensión pública, cubre otras contingencias como invalidez o enfermedad grave. Por otro lado, disponemos de gran facilidad para aportar a dicho plan, siempre dentro de los límites legales.
Hay diferentes tipos de planes, en función de quién aporte el dinero (planes individuales o planes de empleo), del nivel de riesgo que se quiera asumir (que determina el dónde y cómo invierta el fondo -Renta Fija, Variable Mixta-…) o si es asegurado (PPA, Plan de Pensiones Asegurado) o no.
Hay diferentes tipos de planes. Los propios ciudadanos podemos realizar aportaciones a través de los planes de pensiones individuales y planes de empleo (promovidos por las empresas) y las empresas pueden realizar aportaciones en favor de sus empleados a través de planes de empleo, planes de previsión social empresarial, etc. Además se puede contratar uno o varios planes según el riesgo que se quiera asumir,
La importancia del asesoramiento personal
Pero ¿cuánto debe aportar una persona para alcanzar el ahorro que desea cuando se jubile? ¿Y con qué periodicidad? ¿De una vez, mensualmente...? ¿Puedo elegir entre diferentes planes? ¿Son todos iguales? Responder a esas preguntas no es una cuestión sencilla. Por eso, entidades como Mapfre ofrecen una doble vía a la hora de afrontar estas decisiones: por un lado ponen a disposición de las personas un asesoramiento personal, orientado a poner en el centro las necesidades y circunstancias concretas de cada persona -tanto al inicio del Plan como a lo largo del mismo, y especialmente en el momento de la jubilación- y, por otro lado, cuentan con todos los instrumentos financieros necesarios para articular la solución a medida.
¿Cuál es el mejor momento para empezar a ahorrar? La respuesta en este caso es sencilla: cuanto antes. Hay que desterrar el mito acerca de que solo hay que pensar en un plan de pensiones en los últimos años de actividad laboral: como se suele decir, el tiempo es el mejor aliado del inversor, y eso es algo que se cumple a rajatabla también en este ámbito. Podemos verlo claramente en este ejemplo, reflejado en la Guía para tu jubilación de la Fundación Mapfre.
¿Cuánto debo aportar? En función del capital que estimemos necesario para nosotros, podemos calcular la aportación al ahorro. Podemos usar herramientas como la siguiente:
La otra gran herramienta usada por Mapfre es su amplio catálogo de soluciones, tanto de planes como de otras herramientas de ahorro, tales como PIAS, SIALP, productos de ahorro garantizado o fondos de inversión, entre otros.
Un ejemplo de esta variedad es el ‘Programa Tu Futuro’, una solución que gestiona la selección de planes de pensiones de acuerdo al ciclo de vida natural y al perfil de riesgo. Dicho programa distribuye los derechos consolidados entre los diferentes Fondos de Pensiones que componen el producto, de acuerdo a tu Perfil de Riesgo y Edad. Dota de una mayor inversión en Renta Variable cuanto más lejos estés de la jubilación y a medida que se acerque tu edad de jubilación, la gestora ajustará el riesgo, realizando una redistribución entre los Fondos de Pensiones MAPFRE, aumentando su exposición en Renta Fija.
Actualmente, Mapfre tiene activa una campaña que remunera con tréboles, la moneda de la compañía, los traspasos de Planes de Pensiones a Programa Tu Futuro
Actualmente, Mapfre tiene activa una campaña que hace aún más atractiva la adhesión a Programa Tu Futuro, ya que la aseguradora remunera los traspasos de Planes de Pensiones a esta modalidad a través de tréboles, la moneda de la compañía (1 trébol = 1 euro). Los clientes de menos de 60 años que trasladen su plan a alguna de las líneas de Programa Tu Futuro antes del 31 de diciembre obtendrán una remuneración del 6% sobre los derechos movilizados, con un máximo de 9.000 euros. Para los mayores de 60 la remuneración es del 5% con un máximo de 7.500 euros.
¿Por qué este método es mejor que si, simplemente, una persona decide ‘reservar’ parte de su dinero por su cuenta? Hay varios motivos pero uno de los mas interesante es la capacidad de ajustarse al criterio de ‘cero preocupaciones’. La persona simplemente delega esta tarea en los expertos de Inversión de Mapfre, que buscan activamente la mejor opción para cada perfil y edad.