Una herencia.

Una herencia. iStock

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Heredar puede salir caro en España: la trampa fiscal que muchos desconocen del impuesto de sucesiones

Te contamos qué errores debes evitar para cobrar correctamente tu herencia.

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Cada vez que recibimos una herencia, ya sea en forma de seguros, propiedades, dinero, entre otros, debemos pagar el llamado Impuesto de Sucesiones. Dicho tributo grava el aumento de nuestro patrimonio por motivos de herencia o donaciones.

Este impuesto existe en la mayoría de los países. En España, funciona de la siguiente manera: hay una base imponible, que se calcula según el valor total de los bienes heredados; unas reducciones y bonificaciones, que dependen de la Comunidad Autónoma en la que residía el fallecido; y una persona responsable del pago del impuesto, que es el heredero.

Sin embargo, por muy simple que parezca, hay varios errores que se pueden cometer y que podrían hacerte pagar mucho grandes cantidades por tu herencia. Factores como los plazos de pago, errores de cálculo o una falta de información pueden convertirse en obstáculos importantes.

Errores pequeños con grandes repercusiones

El primer error que podemos cometer es no calcular correctamente el valor de los bienes heredados. Como se explicó anteriormente, la base imponible se determina según el valor real de los bienes y derechos heredados, tras restar las obligaciones, como préstamos o deudas.

Si no calculamos bien la base imponible, por desconocer el valor real de los bienes, podríamos acabar pagando más impuestos de los necesarios.

El cobro y gestión de este impuesto suele quedar en manos de la Comunidad Autónoma donde residía el fallecido.

Las bonificaciones y reducciones fiscales pueden ser clave para disminuir la base imponible. Por eso, conocerlas en cada Comunidad Autónoma es fundamental. Es decir, funcionan como un "descuento" en el caso de las reducciones y como un "cupón" en el caso de las bonificaciones.

Por ejemplo, si un hijo en Madrid recibe una herencia total (empresa familiar, vivienda y cuenta bancaria) de 1.300.000 euros, primero se aplican las reducciones por parentesco, vivienda y empresa familiar. Siguiendo los porcentajes de Madrid, la base imponible resultante sería de 144.000 euros.

Si aplicamos la bonificación del 99% que ofrece esta Comunidad Autónoma para los hijos del fallecido, y considerando que el impuesto sin bonificaciones ascendería a 33.580 euros, el importe final a pagar quedaría reducido a 335,80 euros.

Desde el fallecimiento, el plazo legal para pagar el Impuesto de Sucesiones es de seis meses. Es posible solicitar una prórroga, pero esta suele generar intereses. Si el impuesto no se declara dentro del plazo, el importe a pagar podría multiplicarse, lo que aumentaría significativamente la carga fiscal.

Otro error grave es aceptar la herencia sin acogerse al beneficio de inventario. En España, esta opción permite a los herederos proteger su patrimonio personal y no asumir las deudas del fallecido más allá del valor de la herencia. Sin este mecanismo, los herederos pueden verse obligados a pagar dichas deudas con su propio patrimonio.

Planificar una herencia es clave para minimizar el impacto del Impuesto de Sucesiones. No hacerlo podría ser un error costoso. Algunas estrategias incluyen:

  • Contratación de un seguro de vida.
  • Análisis del valor de los bienes y de las relaciones entre los herederos.
  • Planificación del testamento con asesoramiento legal para reducir cargas fiscales.