Una 'serie B' de 220 millones de dólares, incluso en un año de rondas generosas, es una inversión notable. Incode, fundada en San Francisco por el mexicano Ricardo Amper, acaba de conseguir esta cifra para seguir integrando su capa de reconocimiento facial en todo tipo de aplicaciones.
Con esta inyección de capital consigue la deseada valoración de unicornio, como se denomina en el argot a las compañías que alcanzan 1.000 millones de dólares. Detrás de esta inversión destacan dos grandes fondos cuya actividad en 2021 ha sido especialmente notable: Softbank y General Atlantic, con Paolo Passoni, Juan Frank y Martín Escobari liderando la inversión.
Incode se considera a sí misma una empresa de Silicon Valley con ADN Latino. Así lo define su fundador y CEO, Ricardo Amper, originario de México, que se mudó a la zona de la Bahía de San Francisco en 2015.
En aquel momento su statup era muy diferente. Era una aplicación de fotografía con reconocimiento facial. Si un amigo salía en una foto, permitía enviársela directamente. En 2017 contaron con un aliado de excepción: Apple los llevó de roadshow para mostrar su integración en el software y hardware de la manzana.
Fue entonces cuando decidieron dar un giro radical en su rumbo. Pivotaron hacia la seguridad y comenzaron a integrarse con aplicaciones de citas médicas, con la banca y con casi cualquier servicio que necesitase saber que la persona al otro lado de la pantalla era quién decía ser.
México fue el primer país en apostar por este servicio. Hoy ya tienen clientes en 12 países, con Estados Unidos como su principal nicho de actividad.
“El mercado potencial que estimamos inicialmente es de 3.000 millones de dólares. Ahora nos hemos dado cuenta de que nos quedamos cortos: es de, al menos, 60.000. En Estados Unidos nos usan desde la banca digital a las soluciones cripto más conocidas. Nuestro mercado, claramente, es global”, remarca el CEO. Para llegar a este punto tuvieron que, como explica Amper, crear su propia tecnología desde cero, para tener un control total del producto.
La covid-19 como catalizador
La llegaba la pandemia corroboró su tesis. “Los grandes avances llegan en situaciones complicadas. Suena a tópico pero es real. Ahora ya no podías ir al banco para probar que eras tú, para abrir un expediente legal o dar tu consentimiento, así que pasamos a ser una gran opción para resolver la situación. Hemos avanzados 20 años en lugar de dos”, relata el directivo.
Entre los estamentos oficiales que ya han abrazado sus servicios se encuentra la Cámara de Diputados de México, donde se vota con la tecnología de Incode. “Los diputados participan más. Su votación ya no depende de que estén o no en un lugar físico”, remarca.
El objetivo que se plantea Incode es acabar propone con el papel. Un ejemplo de esta visión se puede contemplar ya en los Hospitales del Grupo Ángeles de México, donde se usa con pacientes de emergencias. “Es muy importante que al llegar se acceda al historial. Gracias a Incode, el reconocimiento es inmediato, se puede saber quién es el doctor habitual, acceder al historial, decidir quién puede o no pasar a ver a un paciente…”, explica Amper.
La banca y el fraude
En 2022 se proponen mitigar y minimizar más aún el fraude, además de ser capaces de captar las falsificaciones, los deep fakes, de modo que su tecnología se pueda usar legalmente como fe de vida.
Entre los clientes que ya utilizan opciones en esta línea destacan dos especialmente conocidos en España: Telefónica y Banco Sabadell. En Reino Unido con HSBC. “El boom que vive el sector fintech”, reconoce el directivo, “nos ayuda a acelerar nuestros planes”.
En el caso de Ricardo Amper hay un factor adicional en este éxito, casi una cuestión cultural y romántica a partes iguales: “Como mexicano esto es especialmente bonito, ver cómo se valida el sueño americano de empoderamiento y ver que tu idea llega a Europa y América Latina. Si hace un producto sólido, con un mercado que te valide, da igual de dónde seas, te van a apoyar”.