A Víctor Bañuls le gusta citar el ejemplo del accidente nuclear de Chernobyl (Ucrania), que conmocionó al mundo en 1986. El catedrático de Sistemas de Información de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla cree que ese acontecimiento es el paradigma de lo que puede suceder cuando varios sucesos confluyen para generar una catástrofe.
"Estos hechos, de forma aislada, quizá no generaran ningún riesgo; pero su concatenación puede llegar a ser trágica", explica.
Nadie antes ha conseguido desarrollar modelos predictivos a ese nivel, es decir, que puedan avanzar en qué momento pueden confluir ciertos sucesos que, combinados, pueden ser letales. Investigadores de esta universidad y liderados por Bañuls lo han conseguido. Es el proyecto EMERTIC.
"No hablamos solo de catástrofes ambientales. Hablamos del día a día de una empresa incluso de determinadas decisiones financieras", revela el catedrático. Dicho de otro modo, EMERTIC es un simulador de probabilidades de riesgos. Y por tanto cualquier riesgo tiene cabida.
Este proyecto lleva gestándose desde el año 2005. En una primera fase, que acabó en 2012 "desarrollamos la metodología y los algoritmos", indica Bañuls, inmerso ahora en una fase decisiva: la fase de prueba en proyectos pilotos.
"En la actualidad estamos trabajando en la aplicación de EMERTIC a un escenario de sucesos concatenados derivados de la caída global de internet", explica. En este sentido, el software, en el que previamente se han incluido datos de todo tipo, capta señales y predice situaciones. El sistema, mejorado, incluye la posibilidad de enviar alarmas.
Aunque la vertiente del cálculo de riesgos empresariales es importante, es indiscutible su aplicación en la prestación de servicios públicos más eficientes. Echando la vista atrás un par de semanas, la pregunta es posible. ¿El caos provocado por un suceso tan potente como la borrasca Filomena podría haberse evitado?
"La aplicación en meteorología es evidente. De hecho, uno de nuestros estudios, elaborado en Canadá, analizaba todos los riesgos en un posible escenario de temporal de nieve y hielo", admite Bañuls.
Ahora bien, que una administración pública disponga de las predicciones e incluso de sugerencias de actuación que le brinda EMERTIC no siempre garantiza que las decisiones finales sean las más acertadas.
"Al final nosotros brindamos un cálculo de probabilidades de riesgo pero son las personas expertas -personas con conocimiento- las que toman las decisiones", concede Bañuls. Aun así, indica, "las subjetividades también caben en EMERTIC, puesto que el sistema puede contemplar la posibilidad del grado de implicación del gestor, por ejemplo". Con todo, Bañuls recalca que "tenemos también administraciones públicas interesadas".
Análisis subjetivo de candidatos
Dentro del marco de las subjetividades está otro de los proyectos en los que ha trabajado EMERTIC, en este caso para la Junta de Andalucía.
"Hemos trabajado con ellos en un proyecto para analizar a las startups que deben seleccionarse. No solo se mide el plan de negocio, sino otras variables que tienen que ver con el contexto, con los conocimientos de los emprendedores, etc. Todo ello nos da una evaluación del potencial o del riesgo, que son caras de la misma moneda", argumenta el catedrático.
En esencia, el sistema diseñado por este equipo de investigación se basa en una innovadora metodología de análisis de riesgo dinámico que ayuda a la detección de elementos críticos para la toma de decisiones en tiempo real.
Se trata de la metodología CIA-ISM, desarrollada por la Universidad Pablo de Olavide en colaboración con investigadores del New Jersey Institute of Technology. El catedrático explica que uno de los logros de EMERTIC es que precisamente permite detectar a priori 'cisnes negros', que son combinaciones de eventos que de ocurrir de modo aislado no serían relevantes, pero cuando se producen al mismo tiempo pueden generar una situación de emergencia.
"A pesar de los avances tecnológicos, la sociedad se halla inevitablemente expuesta a la acción de todo tipo de situaciones de emergencia que pueden producir grandes pérdidas, no sólo en bienes materiales, sino en lo que es más importante, en vidas humanas", afirma el profesor Bañuls.
Capacidad de respuesta
Añade, además, que, "aunque es cierto que en muchos casos no es posible anticiparse a los efectos de una emergencia, bien porque no es posible preverla, bien porque sus efectos son muy superiores a lo esperado, siempre es posible el desarrollo de un plan que permita mejorar la respuesta ante estas situaciones". Y precisamente es en este ámbito, en la mejora de la respuesta, en la que el equipo de la Universidad Pablo de Olavide ha trabajado.
La efectividad de estos planes depende en gran medida de la detección de señales débiles que permitan activarlos a tiempo y así mitigar las consecuencias negativas de las situaciones catastróficas. "Recientemente hemos podido comprobar este hecho con la pandemia de la Covid-19, en la que la celeridad de la respuesta ha sido crítica en la lucha contra la expansión del virus", afirma el catedrático de la UPO.
El prototipo se ha desarrollado con financiación de la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades con cargo al Programa Operativo FEDER de Andalucía 2014-2020 y de la programación financiera. El porcentaje de ayuda aportada por dicho fondo es de un 80%.
EMERTIC está siendo implantado en proyectos piloto en empresas del sector metalúrgico, servicios esenciales y administración pública, entre otros. Los resultados preliminares han sido presentados en la 17th Annual Conference on Information Systems for Crisis Response and Management (Virginia tech, EEUU) y las XIV Jornadas Internacionales de la Universidad de Málaga sobre Seguridad, Emergencias y Catástrofes.