La inteligencia artificial está en todas partes. Los algoritmos nos ayudan a tomar decisiones o incluso a recibir respuestas. Pero los expertos no se cansan de decir que no todo es de color de rosa: estamos más expuestos, nuestros datos son menos seguros que nunca.
No son ajenos a ello los adolescentes, introducidos ya de lleno en un mundo digital donde todo lo anterior se multiplica exponencialmente: más inteligencia artificial pero también más exposición y más inseguridad.
En este sentido, algunos agentes públicos se han preguntado si la inteligencia artificial puede convivir, en ámbitos juveniles, con la inteligencia colectiva.
[Artificial, seguro. ¿Inteligente?]
Este último tipo de inteligencia no tiene por qué estar alejada de la tecnología, pero sí lo está del hecho de que una máquina decida por nosotros. Tratar de transmitir a los más jóvenes la importancia de tomar decisiones propias, basadas en las opiniones del resto y en entornos tanto físicos como virtuales, se antoja clave para un uso más ético de la inteligencia artificial.
Todo lo anterior es la base que sustenta a un proyecto promovido por el gobierno de Aragón y la Universidad de Zaragoza, que tiene como objetivo mejorar la convivencia en la red, reducir conductas de riesgo vinculadas a internet y mejorar las competencias socioemocionales para interactuar en este medio.
Ambas instituciones públicas han puesto en marcha un proyecto de inteligencia colectiva dirigido al alumnado de 5º y 6º de Primaria, Secundaria, Bachillerato y Ciclos Formativos que cuenta con la colaboración del Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos.
A través de una plataforma on line desarrollada por la Empresa Kampal, el alumnado participante aborda una determinada cuestión partiendo desde la posición individual hasta alcanzar una solución colectiva.
El objetivo del proyecto es, en definitiva, la aplicación de herramientas de inteligencia colectiva para la prevención de la vulnerabilidad de los adolescentes en las redes sociales: ciberacoso, abuso y otras conductas de riesgo
La directora general de Personal del Departamento de Educación, Cultura y Deporte del gobierno de Aragón, Olga Alastruey, y la vicerrectora de Educación Digital y Formación Permanente de la Universidad de Zaragoza, Ana Allueva, pudieron comprobar hace unos días cómo se desarrollan algunas de las sesiones, en este caso, celebradas por el IES Leonardo Chabacier (Calatayud), el Colegio Salesianos (La Almunia), el Colegio Salesianos (Zaragoza) y el CPI María Domínguez (Gallur).
Al acto asistieron además el director de Secretariado de Tecnología Educativa y Campus Virtual, José Luis Alejandre, el investigador principal del proyecto y director del departamento de Psicología y Sociología de la Universidad de Zaragoza, Santos Orejudo, el investigador del proyecto, Jacobo Cano, así como Javier Fernández, en representación de la empresa Kampal.
Durante la sesión, el alumnado, perteneciente a cursos de 1º a 4º de Educación Secundaria, tuvo que responder a una serie de cuestiones sobre un tema relacionado con la convivencia.
En este caso se trataba de un reto y una broma viral en redes sociales, por lo que las tareas a resolver se realizaron en el entorno virtual, en el que se desenvuelven habitualmente.
La dinámica del proyecto pasa primero por una respuesta individual para, posteriormente, consultar las opiniones de las demás personas, tras lo que pueden, o no, cambiar de opinión y modificar sus posicionamientos iniciales.
La 'ciberconvivencia'
En definitiva, se trata de comprobar que la inteligencia colectiva puede ser útil para mejorar la ciberconvicencia, prevenir riesgos cibernéticos y contribuir a desarrollar competencias digitales.
El proyecto, que ha contado en todo momento con el apoyo del departamento de Educación, Cultura y Deporte del gobierno de Aragón, parte de una iniciativa del grupo de investigación de la Universidad de Zaragoza Educaviva, encargado de realizar el estudio de convivencia escolar en Secundaria del año 2017.
La iniciativa se financia a través de la convocatoria de subvenciones para el desarrollo de proyectos de I+D+I en líneas prioritarias y de carácter multidisciplinar 2021-2023 del gobierno de Aragón.
Durante el curso 2021-2022 se llevaron a cabo una serie de ensayos de carácter piloto en nueve centros educativos. A lo largo de este curso, 53 centros de toda comunidad autónoma participarán en la propuesta: 18 de ellos corresponden a Educación Primaria (tres en Zaragoza capital y el resto en zonas rurales) y 25 de Educación Secundaria (13 de ellos ubicados en capitales de provincia y otros 12 en zonas rurales).
Para desarrollar este proyecto, los grupos han realizado entre dos y ocho sesiones de trabajo de unos 50 minutos de duración en la plataforma de inteligencia colectiva, resolviendo tareas relacionadas con temas como retos y comparación social, bromas virales en redes sociales, las profesiones de youtuber-streamer-influencer, los likes y dislikes, el trastorno de la conducta alimentaria o los estereotipos digitales, relaciones y lenguaje sexista.
En definitiva, una manera de innovar en materia educativa que no sólo refuerza la personalidad de los jóvenes sino que mejora su uso de la tecnología, algo de vital importancia teniendo en cuenta que precisamente estos adolescentes son las personas que, en muchos casos, tendrán que pilotar proyectos basados en una inteligencia artificial lo más ética posible.