El Museo Casa Botines es también la sede del Museo del Turismo de León y, desde hace unas semanas, en su interior se expone un activo que, paradójicamente, no tiene ningún valor.
Se trata del facsímil de un documento original que físicamente no existe. Es ese documento original que no existe físicamente el que se supone que tiene valor. Bienvenidos al maravilloso mundo de los NFT's.
El año que acabamos de dejar atrás ha sido el año del arte digital. Los NFT (tokens no fungibles), como ya se les conoce, son activos no físicos considerados únicos en el mundo virtual y cuya originalidad está convenientemente certificada mediante mecanismos de blockchain.
A nivel mundial, el 2021 ha sido el año en el que se produjo la venta por 58,5 millones de euros de la primera obra de arte no física –'Everydays: The First 5000 Days', de Beeple- o en el que se subastó por 2,4 millones de euros el primer tuit de la historia.
A nivel español, los NFT están empezando a asomar la cabeza. ¿Ejemplos? Fue en el mes de julio cuando se produjo la primera venta de un NFT en España, un momento histórico que tiene al artista burgalés Solimán López. Vendió una de sus piezas a la Fundación El Secreto de la Filantropía por 12.000 euros.
Ya en septiembre, el profesor y artista digital Paco Bree -colaborador también de D+I- se convirtió en el primer artista español en iluminar con su trabajo digital el Burj Khalifa de Dubái (Emiratos Árabes). Y, en octubre, el Ayuntamiento de Zaragoza organizó en torno a los NFT's la Ofrenda a la Virgen del Pilar, sorteando las réplicas virtuales de sus tradicionales cabezudos, con certificado de autenticidad.
Los expertos, que hablan de un volumen de negocio que ya supera los 3.000 millones de euros, se dividen entre aquellos optimistas que dan más valor a las ventajas -acabar con los intermediarios en el mundo del arte- y entre los que no lo son tanto y advierten una burbuja que, en cualquier momento, podría estallar.
¿Llamar la atención?
En España, casos como los de Paco Bree o el Ayuntamiento de Zaragoza demuestran que se trata de un sector aún en crecimiento y cuyas acciones, en muchas ocasiones, tiene más carácter didáctico o promocional que comercial.
Y en este punto de difusión de esta nueva manera de concebir el arte mediante tecnología o incluso de esta nueva manera de llamar la atención es donde podría encajar ese NFT turístico del que hablábamos al principio.
Pero ¿de qué NFT estamos hablando? Pues bien, este activo digital es el documento por el cual seis cadenas hoteleras - Alma Hoteles, Castilla Termal, Fontecruz Hotels, One Shot, Room Mate Hotels y Único Hotels- formalizaron una alianza estratégica por la transformación digital del sector, la transferencia tecnológica, la promoción del talento…
En resumen, el contrato original, el que realmente tiene valor, no existe físicamente. El contrato original es un NFT.
Caso práctico. Imaginen que, dentro de unos años, esta alianza hotelera se convierte en el principal actor de un crecimiento sin precedentes en el sector, convirtiendo al acuerdo suscrito años antes en un momento para la historia y, al documento original que lo atestigua, en un activo con un valor incontestable.
En el caso que nos ocupa, quien estuviera dispuesto a pagar por tener el honor de poseer el documento original de la firma de esta alianza, tendría que invertir una cantidad económica por algo que físicamente no existe. Pagaría por un NFT.
Única puja: 197 euros
Fernando Gallardo, presidente de EuroFintech, clúster que promovió la alianza, explica que "estamos alentando la digitalización del sector turístico con nuevas propuestas tecnológicas como es la tokenización de activos no fungibles".
Así, "con la creación de este NFT, España se pone a la cabeza del mundo en aplicaciones de vanguardia", resume con un optimismo evidente.
El caso es que este curioso NFT se puso a la venta para su subasta través de la plataforma Rarible el pasado 15 de junio convirtiéndose en el primer NFT creado por una empresa turística española.
Siete meses después, lo cierto es que el éxito no ha sido muy notorio. Solo una puja, 20 días después de que se abriera la subasta, que mantienen su valor inalterado desde entonces en los 197 euros, según ha podido comprobar D+I.
Los impulsores de la alianza, dejando la repercusión del NFT al margen, mantienen que esta alianza es histórica. Diego Ortega, CEO de Fontecruz Hoteles y presidente de la Alianza Hotelera, recuerda que "es la primera vez que un grupo tan numeroso y tan caracterizado de cadenas hoteleras se une para trabajar juntas, no solo con el objetivo de concurrir en las mejores condiciones posibles a la financiación a fondo perdido que plantea la Unión Europea, sino para promover la internacionalización de empresas turísticas españolas y liderar en un futuro próximo la exportación de know-how turístico al resto del mundo".
Para Alberto Bosque, coordinador del Museo del Turismo, este documento "es, sin duda, un documento histórico por partida doble. Primero, porque la constitución de la Alianza no tiene precedentes en la historia hotelera española. Segundo, porque el sector hotelero de nuestro país está en la vanguardia mundial con la certificación blockchain en formato NFT de un documento colaborativo".
Eso sí, no olvidemos que lo que está expuesto en León no tiene valor; el valor lo tiene un documento en formato digital alojado en la vitrina más grande jamás inventada: internet.