"Comprometido con la sanidad y la educación; que refuerza nuestras potencialidades; con una fiscalidad moderada e inteligente; que apuesta por las familias, los jóvenes y los mayores; y comprometido con el municipalismo".
Estos son los "principales rasgos" que la Junta de Castilla y León destaca de su propio presupuesto para 2024, recientemente presentado. Rasgos entre los que no se encuentra la apuesta por la transformación digital.
Aunque pueda estar implícita en alguna de las características mencionadas -al fin y al cabo la tecnología parece tener hoy en día el don de la ubicuidad-, lo cierto es que el impulso a las políticas digitales no está en el argumentario, ausencia que se confirma con los datos en la mano.
Y es que la Junta ha congelado el peso específico que tiene la Consejería de Movilidad y Transformación Digital en el conjunto de las cuentas del presente ejercicio.
Traduzcámoslo a cifras. En el presupuesto de 2023, el gasto total de este departamento fue de 294,5 millones de euros sobre el total de 11.379 millones de euros de gasto de todas las consejerías (un 2,5%).
De la misma forma, aunque el gasto previsto para 2024 ha crecido hasta los 299,5 millones de euros, el hecho de que el total haya subido hasta los 11.816 millones hace que ese porcentaje del 2,5% siga siendo inamovible.
Aunque pueda decirse que otras consejerías tampoco han experimentado crecimientos exagerados de su impacto sobre el total del presupuesto, no es menos cierto que la de Movilidad y Transformación Digital es la tercera con menos impacto, sólo superada por Presidencia y Cultura, Turismo y Deportes.
De hecho, si miramos la variación del gasto entre 2023 y 2024 de cada departamento, el área que dirige María González Corral es la segunda que menos ha crecido (un 1,7%), sólo superada por Cultura, Turismo y Deportes con un 1,2%.
Y todo ello en un contexto en que la Junta de Castilla y León está vendiendo estas cuentas como las más altas de su historia. Eso sí, por su previsión de gastos, lo cierto es que las prioridades ahora son otras.
Así, por ejemplo, llama la atención que la consejería que más va a aumentar su músculo económico va a ser la de Familia e Igualdad de Oportunidades (crece un 8,3%), cuyos gastos supondrán el 11,6% del total del presupuesto destinado a todas las áreas de gestión. Esto es, para hacernos una idea, un impacto cinco veces superior al que tiene la digitalización.
Si hablamos de impacto, las dos consejerías que dominan son las de Sanidad y la de Educación, con un 41% y un 23% de peso presupuestario sobre el total.
Evidentemente, esta distribución de gastos refleja una serie de prioridades, lo cual no quiere decir que la Consejería de Movilidad y Transformación Digital no esté haciendo esfuerzos desde su creación para tratar de dar un salto cualitativo basado en la digitalización en los sectores económicos de la región.
Cabe recordar que la Junta, tras las elecciones de 2022 creó por primera vez una consejería dedicada a la transformación digital -aunque compartiendo protagonismo con la movilidad- y que en estos casi dos años, los esfuerzos de este departamento han ido dirigidos a intentar introducir en la era digital a aquellos que más lo necesitan.
Algunos resquicios presupuestarios
Sus programas de formación en el ámbito rural y el asesoramiento a empresas es uno de los más potentes en nuestro país. La congelación presupuestaria asegura que se puedan mantener esos programas, pero quizá no que se amplíen.
Por suerte, la disrupción abarca más aspectos y no sólo la transformación digital. Así, un presupuesto también es una buena herramienta para conocer qué importancia quiere darle un gobierno autonómico a áreas como la innovación o la investigación.
En este sentido, con los documentos presupuestarios en la mano, la apuesta por estos ámbitos se cuantifica en 144 millones de euros, sólo superada por las apuestas en otros sectores económicos como agricultura, ganadería y pesca (con 421 millones) e infraestructuras (con 398 millones).
A esta cifra habría que sumar los 379 millones de euros que la Junta va a dedicar a programas de I+D+I.
En el presupuesto también aparecen algunos resquicios de disrupción, como los 20 millones que se van a dedicar a la movilidad inteligente; como un paquete de ayudas que, en parte, puede dirigirse a implantación de banda ancha; o como algunas dotaciones ambiguas como 'transformación de productos agrarios' que pueden tener que ver con el proceso de modernización de la agroalimentación.