El sector de la construcción, tan denostado en determinadas épocas y en determinados lugares de la geografía española, también está en constante evolución buscando ser más sostenible y eficiente.
La mejor prueba de ello es la continua investigación que se produce en torno al uso de nuevos materiales o de nuevo usos para materiales ya existentes.
Un ejemplo lo encontramos, precisamente, en uno de esos lugares tan denostados por la política del ladrillo, la Comunidad Valenciana. En una de sus universidades más prestigiosas, la Politécnica (UPV), se ha inventado una variante del hormigón translúcido, un material que, según sus promotores, "promete revolucionar" este sector.
Pero ¿qué es el hormigón translúcido? Lo explican los dos investigadores de la UPV que han diseñado y patentado este producto, José Ramón Albiol y Miguel Sánchez.
"El hormigón translúcido ya existe pero el proceso de fabricación es muy artesanal y costoso. Por eso estuvimos pensando cómo manufacturarlo de manera más rápida y eficaz y la solución fue mediante la introducción de piezas impresas en 3D", explica Albiol.
Este nuevo material se llama HTRANS y utiliza una resina transparente para incorporar esos diseños 3D. Este nuevo proceso permite crear fachadas y pavimentos a la carta.
"Cualquier diseño que imaginemos se puede imprimir en 3D e incorporarlo al proceso de construcción de la fachada. Con HTRANS podemos crear estructuras con imágenes rompedoras y de múltiples formas, desde el logo de nuestra compañía, hasta una reproducción de una obra de arte, la cara de una persona o el sky line de una ciudad; y podemos incluir dispositivos luminosos como LEDS para iluminar la estructura", destaca este investigador.
Y todo ello, con un coste mucho menor que el hormigón translúcido convencional y con una clara vocación de sostenibilidad.
"Es aquí, precisamente en el coste, donde radica una de las principales ventajas de HTRANS. Nuestro invento destaca por la inclusión de las piezas 3D de resina transparente en su interior. Gracias a ellas, y al uso de filamentos diferentes a la fibra óptica como los que se utilizan a día de hoy, podemos automatizar y reducir notablemente los tiempos de producción, lo que se traduce en un ahorro en el coste final del producto de cerca del 80%", señala Miguel Sánchez, profesor del departamento de Informática de Sistemas y Computadores (DISCA) de la UPV.
Elementos de refuerzo
HTRANS incorpora, además, elementos de refuerzo de distinto grosor que garantizan la resistencia de las piezas de hormigón.
"Las piezas impresas en 3D con el diseño que queremos mostrar incorporan además una subestructura interna, que asegura la rigidez estructural de la pieza", añade José Ramón Albiol.
Esta configuración y los materiales utilizados facilitan que la calidad y definición de las imágenes de la fachada sea óptima, mejorando la apariencia tridimensional del producto final.
Además, HTRANS puede incorporar iluminación permanente o intermitente en cualquier zona, mediante baterías que se carguen a través de un alimentador externo, así como dispositivos de carga inalámbrica, según explican los investigadores.
"Se trata de una solución innovadora, única en el mundo, de fácil transporte e instalación, que tiene un gran potencial para la industria de la construcción, anuncios publicitarios o industria del mueble. También para objetos de diseño como lámparas o elementos decorativos, muebles y encimeras de cocina, pavimentos exteriores e interiores, etc.", apunta Albiol.
Sobre el proceso de producción, los investigadores de la UPV destacan su sencillez. "En primer lugar tenemos las piezas impresas en 3D con los diseños que queremos incorporar a nuestro producto, sea una fachada, pavimento, etc.; éstas se incluyen en el encofrado, se vierte el hormigón y, una vez queda dentro de ellas, se pulen las dos caras y tenemos el producto final con la imagen, diseño, etc. elegido. Y todo ello en un tiempo record y a un coste mucho menor que hoy en día", concluyen.
Otra experiencia con nuevos materiales
Hace unos meses, D+I ya se hizo eco de una iniciativa que también coqueteaba con nuevos materiales constructivos. En este caso, no era la UPV sino la Universidad de Valencia (UV) la que estaba detrás del proyecto Dupromat.
En este caso, se consiguió mejorar la resistencia y durabilidad de las defensas portuarias, que en las zonas de atraque y amarre de los barcos utilizan polietileno de alta densidad 100% virgen. Y es que se trata de protecciones sometidas a constantes agresiones e impactos, que provocan un paulatino deterioro y hacen necesaria su sustitución.
En concreto, los técnicos de la UV –en colaboración con la empresa alicantina Durplastics y el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas)- trabajaron en la mejora de las propiedades anti incrustantes del polietileno de alta densidad mediante la incorporación de aditivos respetuosos con el medio ambiente y adaptados al reglamento europeo sobre biocidas.
Para incrementar la resistencia ultravioleta y la degradación térmica, que son las responsables de la pérdida de propiedades, se implementaron técnicas que permitirán reducir el deterioro de estos materiales.
El objetivo es que la degradación no supere el 30%, pero, además, se pretende mejorar al menos en un 20% la resistencia a posibles impactos.
Esta iniciativa busca implementar los resultados a escala industrial y aplicarlos a otros productos del sector marítimo y náutico como, por ejemplo, boyas u otros sistemas de flotación, balizas, motores, infraestructuras, sistemas de ayuda a la navegación, pasarelas o piscifactorías.
Pero también podrá sustituir a otros materiales metálicos en la fabricación de productos en contacto con ambientes corrosivos y que pueden generar sustancias contaminantes durante su degradación u oxidación.
Una sustitución de materiales por otros más eficientes que es también el objetivo que persigue ese nuevo hormigón translúcido inventado en la UPV.