Tierra de Barros es una comarca de Extremadura en la que la agricultura supone el principal sector económico y constituye, en consecuencia, el principal sustento para sus habitantes. Pero pese a ese arraigo a la tierra sus productores no dan la espalda a la tecnología.
Es más, todo apunta a que el tránsito hacia una agricultura más digital e inteligente es inevitable pese a que, aún a día de hoy, haya quien intente atacar esta evolución.
De momento, este territorio, marcado por el cultivo de secano -viñedos, olivos…- y cuya capital es Almendralejo, afronta un proyecto ambicioso de cerca de un millón de euros destinado, precisamente, a esta transformación digital.
El consejo de gobierno de la Junta de Extremadura ha autorizado este pasado verano el desarrollo de un contrato con la empresa pública Tecnologías y Servicios Agrarios, S.A. (Tragsatec).
Este contrato consistirá en un servicio de apoyo técnico para el proyecto de transformación en regadío de Tierra de Barros (un plan de 250 millones de euros para 15.000 hectáreas) y otros aspectos relacionados con la modernización, la digitalización y la gestión sostenible de regadíos de Extremadura.
En concreto, se destinan a esta actuación 805.685,94 euros, importe cofinanciado en un 75% por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) 'Europa invierte en las zonas rurales'.
El objetivo que se pretende conseguir, según fuentes autonómicas, es la prestación de apoyo técnico para la identificación y formación de las superficies afectadas por el proyecto de trasformación en regadío de Tierra de Barros, el cálculo de indicadores específicos en inversiones realizadas en infraestructuras de regadíos, la realización de trabajos para el diseño del plan director de digitalización de regadíos de Extremadura y la digitalización de las presas destinadas a riego, así como disponer de una serie de estudios y análisis indispensables para la gestión sostenible de regadíos (más eficaz en el uso de los recursos, más verde y más competitiva).
Las críticas ecologistas
De este modo, según informa la Junta, se impulsa una política de regadíos "sostenible", resaltando la importancia de la planificación, la innovación y las nuevas tecnologías en su configuración.
Todo ello permite una gestión del agua "eficiente y equitativa", así como la mejora de los regadíos, que incrementa su sostenibilidad, reduce el uso de recursos hídricos, controla mejor el abonado y repercute en la creación de empleos de mejor calidad.
Pero esta vocación transformadora va a tener que lidiar con los detractores al proyecto de transformación en regadío. Sin ir más lejos, la plataforma Ecologistas en Acción de Extremadura anunció la presentación de alegaciones a este plan con el argumento de que es "insostenible".
En opinión de los ecologistas, el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto "no evalúa correctamente sus consecuencias para los ecosistemas en los que se implantará y sus efectos concretos en la fauna piscícola y los caudales ecológicos".
"Es evidente que este proyecto de regadío aumentará la demanda de agua y la ausencia de caudal ecológico en los cursos de la zona acontecerá con más frecuencia", indican.
Los ecologistas también se lamentan de que el proyecto "no incluya medidas para la implantación de la producción agroecológica y de nuevas técnicas agrarias novedosas como el Key-line, la agricultura regenerativa, los cultivos con cobertura vegetal, la cosecha de agua y otras tantas alternativas de aumento de los rendimientos agrícolas sin un coste energético, monetario y medioambiental tan alto".
"Tecnología y nueva energía, al servicio del sector"
A pesar de la opinión de la plataforma ecologista, tanto a la hora de firmar acuerdos como el de Tragsa como a la hora de realizar proyecciones de futuro por parte de la administración, palabras como "sostenibilidad" o "eficiencia" siempre aparecen subrayadas.
Hace unos días, el propio presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, aludió a planes como el de Tierra de Barros a la hora de fijar su hoja de ruta para la agricultura del futuro.
Lo hizo en el Foro de Regadío que la región organiza desde hace cuatro años. Allí, explicó que "es necesario que la tecnología y las nuevas formas de energía estén al servicio de los regadíos, porque alrededor de la agricultura y la agroindustria más tecnificada y con más medios están una parte de nuestras esperanzas de futuro".
No a cualquier precio. Y es que el jefe del ejecutivo extremeño añadió que las "modernas políticas de regadío" tienen que partir de un principio básico fundamental que es el ciclo integral del agua.
"El agua es escasa con lo cual la tenemos que cuidarla" y, como ha destacado, gran parte de los proyectos empresariales pendientes de asentarse en la región "lo hacen porque en Extremadura hay agua".
Se trata de una declaración de intenciones que contrasta con la valoración que hacen los ecologistas.
Innovación para fijar población
El presidente de la Junta de Extremadura recordó también que los nuevos proyectos que se están llevado a cabo como los de regadío de montaña en Cáceres, Monterrubio de la Serena y Tierra de Barros, "son proyectos muy avanzados desde el punto de vista tecnológico lo que permite que se puedan afrontar con garantías".
"Los cultivos de futuro serán los que puedan ser más eficaces en relación con la gestión del agua y con la gestión energética", señaló Fernández Vara. Y añadió: "Cuanta más capacidad tenga la región de aportar tecnología, desarrollo e innovación en este ámbito, mejor nos irá a todos".
El presidente de la Junta de Extremadura recordó la importancia que tiene un recurso como el agua para fijar la población en el territorio lo que consideró además como un punto de partida necesario para poder entender todas las políticas contra la despoblación.
Fernández Vara incidió en la necesidad de cuidar a un sector que representa "el 26% de la superficie cultivable y casi un 7% de toda la superficie de Extremadura y donde una de cada dos hectáreas regables son ya de riego por goteo", donde "el avance tecnológico que se ha producido en los últimos 40 años en este sector ha permitido que sea sostenible y gestionable".