Al fiel lector de D+I le habrá quedado claro, y si alguien llega ahora se lo decimos, que Galicia en estos momentos está creciendo en el sector de los aviones no tripulados hasta el punto de ser considerado en muchas esferas como un referente europeo.
Sus proyectos pilotos, de investigación y de innovación dentro de este mundo están siendo pioneros y la llegada del 5G no ha hecho sino reforzar la apuesta.
Taxis aéreos, drones de todo tipo para todo tipo de situaciones, envío de paquetería aéreo sin repartidores... Galicia está trabajando en convertirse en la avanzadilla a un mundo que no nos resultará tan extraño en un futuro próximo.
Pero para que esto sea posible es necesario que estas aeronaves no tripuladas operen de forma automatizada, segura e integradas en el espacio aéreo.
En este sentido, el Instituto Tecnológico de Galicia (ITG), ha iniciado un programa más para dar respuesta a todo lo anterior.
A través de la Unidad Mixta de Investigación (UMI) FASTFly 2035 impulsada por la Xunta de Galicia, se está desarrollando la Inteligencia Artificial (IA), la robótica, la electrónica y las comunicaciones que permitirán que las operaciones con drones sean fiables y viables para los operadores.
Así lo ha presentado recientemente, junto a su socio, Star Defence Logistincs & Engineering (SDLE). El acto de presentación contó el respaldo de la Xunta, en la persona de Francisco Conde, vicepresidente segundo y conselleiro de Economía, Empresa e Innovación.
ITG y SDLE dieron cuenta de las líneas de trabajo de la FASTFly 2035 (Full Autonomous Systems for UAS). Una alianza que tiene como uno de sus ejes estratégicos la incorporación, cada vez más intensiva, de Inteligencia Artificial a los vuelos con drones.
Se trata de consolidar durante los próximos años el trabajo de I+D+i iniciado en la fase de creación de la UMI FASTFLy en 2017.
Detalles del proyecto
En esta segunda fase, alineada con estrategias internacionales, especialmente europeas, como la hoja de ruta 2035 de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA), se van a centrar fundamentalmente en tres ejes: la evolución de sistemas para la asistencia al aterrizaje de los drones; la gestión inteligente de diversas fuentes de energía del dron y su carga autónoma; y la automatización de funciones que complementen a los sistemas de comando y control.
Conviene destacar que, hasta ahora, el control de los drones se realiza de forma remota. La aplicación progresiva de los Reglamentos UE 2019/945 y UE 2019/947, desde 31 de diciembre de 2020, contempla los vuelos totalmente autónomos.
Será objetivo de Fastfly 2035 avanzar en este ámbito para facilitar la programación de vuelos de modo que puedan ser totalmente autónomos, es decir, que vuelen solos, sin ningún tipo de asistencia. Esto será posible gracias a la experiencia de ITG en el desarrollo de SW de Comando y Control (GCS).
FASTFly 2035 se va a centrar en seguir aumentando la autonomía de los drones para que puedan volar en escenarios con grandes distancias y con menor necesidad de intervención humana, reduciendo considerablemente los costes operativos y aumentando la seguridad del vuelo al disminuir los riesgos derivados del factor humano.
En este sentido, ITG va un paso más allá y, además de seguir mejorando los puntos de aterrizaje, recarga y comprobación autónomos (nidos o Drone in a Box) que se distribuyen en distintas ubicaciones de un recorrido específico, desarrollará IA que permita que el aparato pueda identificar y tomar tierra con gran precisión y seguridad en puntos de aterrizaje en el caso de que se produzca algún imprevisto durante el vuelo.
De esta forma, se podrán realizar vuelos más inteligentes y complejos, además de totalmente autónomos.
Gestión de la energía de los drones
Otro de los ejes estratégicos en los que va a avanzar FastFly 2035 es en la gestión de la energía de los drones.
Como novedad se ensayarán sistemas que, además de baterías de litio incorporen pilas de hidrógeno, estos sistemas híbridos supondrán una menor dependencia de los nidos de recarga, menor ruido y una disminución de emisiones de Co2.
Todos estos avances deben coordinarse con una integración segura y eficiente de un gran número de drones en el espacio aéreo.
Para ello, ITG es actor activo en la definición del nuevo marco regulatorio europeo que contemple escenarios más flexibles para esta integración. Se trata del concepto de UTM o U-Space, que está siendo definido a nivel europeo y que supondrá un importante acelerador del mercado.
Más operaciones
Estas mejoras permitirán aumentar el número de operaciones diarias de un dron incrementando así la oferta de servicios a los que la sociedad tendrá acceso, la sostenibilidad en la movilidad urbana y la creación de empleo cualificado.
Los servicios de emergencias, vigilancia, seguridad o protección de incendios, entre otros, serán otros de los grandes beneficiarios de esta tecnología que también ayudará a optimizar la productividad de las compañías que ofrezcan servicios como mensajería o el taxi aéreo.
La iniciativa tiene un plan de desarrollo con visión a 2035 y un presupuesto global de 4 millones de euros (más de 2 millones de euros en la primera UMI y 1,9 millones de euros para el desarrollo de FASTFLy 2035). Cuenta con un equipo de trabajo de 17 investigadores y se prevé que pueda generar 10 empleos altamente cualificados de nueva creación.
En el marco de la iniciativa se realizarán diferentes ensayos y demostraciones de manera coordinada con el Polo Aeronáutico de Galicia, contribuyendo así al posicionamiento de la Comunidad como referente internacional en el segmento de los aviones no tripulados para uso civil.
Para Carlos Calvo, director general de ITG, "como centro tecnológico gallego, tenemos el firme compromiso de trabajar en el desarrollo de soluciones que ayuden a aumentar la competitividad del sector de las aeronaves no tripuladas en Galicia".
Esta UMI es un "claro ejemplo de la importancia de la colaboración entre la administración, nuestro centro tecnológico y una empresa de referencia como SDLE, para alcanzar soluciones innovadoras que sitúen a Galicia como referente en el sector”.
El vicepresidente segundo y consejero de Economía, Empresa e Innovación, Francisco Conde, por su parte, señala que el Polo Aeroespacial de Galicia y esta Unidad Mixta demuestran "que Galicia se puede posicionar en la vanguardia de esta industria cuyo principal reto es la operatividad y funcionalidad de los vehículos aéreos no tripulados".
Apuntó también que "las UMI han demostrado que favorecen la cooperación entre los organismos de investigación de Galicia y el tejido empresarial para realizar juntos trabajos de I+D+i alineados con los retos y prioridades de la RIS3".
A través de las ocho convocatorias resueltas hasta el momento, la Xunta ha apoyado 46 Unidades Mixtas con la participación de 13 centros de conocimiento y 33 empresas, con una movilización de más de 130 millones de euros y con la implicación de 700 profesionales.