Hace poco más de un mes, D+I analizó los presupuestos autonómicos de cada una de las regiones españolas para ver cuál era la apuesta por la I+D+i y qué cariño recibía en relación a otros sectores económicos como las infraestructuras, agricultura, turismo, energía.
Sorprendió a más de uno que La Rioja -la región más pequeña de la Península- se situara en la segunda posición del ránking, solo superada por un líder que casi todos habrían acertado sin conocer los datos, el País Vasco.
Las cifras hablaban claro: en la región riojana, de cada 100 euros que se invierten en sectores económicos por parte de la administración autonómica, casi 30 euros se dedican a la disrupción, tres veces más que la media nacional.
Ya se explicaba en aquel artículo que hay varios factores que pueden contribuir a justificar esa apuesta pública, como el hecho de que la sociedad riojana es la que más se cree la importancia de la innovación en el contexto actual -según un estudio de Fundación Cotec-.
Pero lo cierto es que, profundizando un poco más en los presupuestos autonómicos de los últimos años en esta región, se puede encontrar también un argumento que justifica el porqué de esta posición de liderazgo nacional: la apuesta continuada a lo largo de la última década.
Como puede verse en el gráfico adjunto, cada cinco años, el gasto público en I+D+i por parte del gobierno de La Rioja ha ido aumentándose. En 10 años, se ha incrementado un 20%, con una evolución casi idéntica cada cinco años (alrededor de un 10%).
Es más, es el único sector que presenta un crecimiento constante. Ni el sector que más dinero absorbe -las infraestructuras- puede presumir de ese ritmo, ya que ha venido sufriendo fluctuaciones.
Lo mismo ocurre con los otros sectores, que, dependiendo del momento y del contexto, reciben un mayor apoyo en relación a otras épocas.
Conviene resaltar que ni tan siquiera el País Vasco, líder indiscutible de esta apuesta pública por la I+D+i, puede presumir de haber tenido esa evolución inversora constante en el tiempo.
Según los mismos datos recogidos por el Ministerio de Hacienda, en el año 2015 el gobierno vasco invirtió un 19% menos en la disrupción con respecto al año 2010. Ahora bien, el crecimiento desde 2015 a 2020 ha sido brutal: se ha invertido un 77% más.
El caso es que esta apuesta inversora constante del gobierno autonómico riojano, sin prisa pero sin pausa, constata que estamos ante una región que, aun con un tamaño menor que otras, dispone de un potencial importante en todo lo que tiene que ver con la innovación, la ciencia y la investigación.
"Futuro esperanzador"
Son muchos los ejemplos que encontramos a lo largo y ancho de los 5.045 kilómetros cuadrados que tiene la región.
"Hemos tenido que aprender muchas lecciones a marchas forzadas, algunas lecciones fueron extremadamente severas, pero otras son esperanzadoras. Nuestra tierra supo replantear todas las certezas y cambiar algunas reglas del juego e innovar para acabar con la incertidumbre", recuerda siempre que tiene ocasión la presidenta, Concha Andreu.
Andreu citó el ejemplo de "las industrias riojanas, que decidieron reorientar su producción para fabricar todo tipo de elementos de protección, mientras otras regiones adquirían material a la desesperada en mercados internacionales colapsados".
En este sentido, el "esfuerzo de empresas, universidades y organizaciones sin ánimo de lucro ha demostrado que la sociedad está más preparada que en ningún momento de la historia".
La región está ya inmersa en una serie de proyectos transformadores. Iniciativas como el Valle de la Lengua, la Ciudad del Envase y el Embalaje, el Territorio Digital de Servicios y el proyecto de enorregión son algunos de los ejemplos.
La presidenta regional se comprometió a seguir "trabajando duro, modificando estructuras, perfiles, probando soluciones, cometiendo errores pero aprendiendo de ellos".
Y en esta tesitura "vamos a sumar todos los ciudadanos para desarrollar un futuro que ya coge forma".
Además, Concha Andreu tiene la certeza que estos ciudadanos a los que quiere sumar están tan convencidos como ella de la importancia de la innovación, según los datos de aquella encuesta de Cotec.
Un 84% de los ciudadanos riojanos consideran la innovación como un fenómeno positivo para la sociedad y economía del futuro. La media nacional en este apartado está en el 77%, según la encuesta.
Con la mirada puesta en el futuro, la presidenta ha avanzado que el de La Rioja "será digital, innovadora, sostenible y respetuosa con el medio ambiente, y lo lograremos porque en La Rioja somos más conscientes de la importancia de la formación y de la innovación para salir adelante".
La apuesta inversora de la administración autonómica en la última década demuestra que ese futuro, al menos desde lo público, está asegurado.