Como suele ser habitual en periodo preelectoral, las ciudades comienzan a llenarse de obras encaminadas a mejorar el día a día de los ciudadanos.
Este 2023 no va a ser una excepción y, teniendo en cuenta que van a ser los primeros comicios municipales después de una pandemia que ha demostrado la importancia de la tecnología, puede que muchas de esas obras escondan algún tipo de innovación a la que los ciudadanos no están aún del todo acostumbrados.
Es precisamente esto lo que se ha demostrado durante este inicio de año en Logroño (La Rioja), que ejemplifica lo anterior en dos proyectos que alían obras y tecnología y que se centran en una de las principales preocupaciones de la sociedad actual: el medio ambiente.
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Respecto al proyecto piloto, Logroño acogió hace unos días un encuentro de trabajo del proyecto de logística de última milla Decarbomile, en el que participaron varios representantes de los socios el consorcio, formado por 30 instituciones y empresas de 10 países de la Unión Europea, entre los que se encuentra el Ayuntamiento de la capital riojana.
Dentro de este proyecto Logroño figura como ciudad piloto, junto con Nantes, Estambul y Hamburgo, para la implantación de nuevas soluciones para reducir las emisiones de carbono a través de la logística de última milla, gestión de transporte centrada en el último trayecto en entorno urbano que tienen que realizarse en la entrega final.
A lo largo de esta doble jornada de trabajo se visitaron varios espacios de la ciudad donde se concentra gran parte de la distribución urbana de mercancías.
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"El objetivo global del proyecto Decarbomile es demostrar todo el potencial que tiene la logística de última milla para conseguir la reducción de emisiones establecidas por la Unión Europea", explica el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, Jaime Caballero.
Para ello se analizan varias variables, como el desarrollo de vehículos multimodales para verificar su adaptabilidad a los diferentes flujos de logística y distintas circunstancias de cada una de las ciudades; la creación de contendedores estándar para cargo-bicis; la puesta en marcha de servicios complementarios como smart lockers para incrementar la recogida en el punto de entrega y reducir el volumen de reparto a domicilio, etc.
El proyecto prevé una inversión de 9,5 millones de euros y cuenta con una subvención europea de ocho, de los cuales Logroño recibe 468 750 euros, el 100% previsto para los costes de equipamiento durante los dos años que dura el proyecto piloto.
Con una duración de 48 meses tras su lanzamiento el pasado mes de septiembre, la primera mitad de este tiempo está prevista para la definición y preparación del sistema, mientras que la segunda se centrará en la implementación y demostración del sistema.
El segundo de los proyectos, como decíamos, tiene que ver con la gestión hídrica en parques y jardines de la ciudad.
El concejal de Medio Ambiente, José Manuel Zúñiga, ha dado a conocer la implantación que se ha llevado a cabo por primera vez en Logroño de un novedoso sistema de dispositivos de control de riego y control climático en 18,3 hectáreas de parques, jardines y zonas verdes de la ciudad.
Se ha instalado en diferentes espacios repartidos por toda la ciudad para contribuir a la sostenibilidad ambiental de Logroño. Se estima que gracias a este proyecto se logrará un ahorro de agua del 32 %.
Medición automática de humedad
José Manuel Zúñiga ha subrayado que "cada vez somos más conscientes de que el agua es un bien escaso que debemos controlar", por ello el Ayuntamiento de Logroño adjudicó el pasado año un contrato de suministro e instalación de dispositivos de control de riego y control climático para zonas verdes de la ciudad por un importe de 86 000 euros.
"Se trata de la primera vez que en Logroño se implanta un sistema de esta magnitud y de estas características para provocar un ahorro real y tangible de agua, a través un sistema puntero que funciona a través de la medición inteligente de la humedad del terreno para valorar las necesidades de riego", ha reseñado el concejal.
También ha explicado que "Logroño dispone de más de 150 hectáreas de parques urbanos, a los que aproximadamente se dedica más de un hectómetro cúbico de agua de riego, lo que además supone un consumo de energía alto".
En este contexto, ha añadido, "las mejoras innovadoras y los avances tecnológicos nos ayudan a que podamos ser más eficientes y sostenibles con este bien básico del que disponemos, por lo que la implantación constante de sistemas de telegestión inteligente en los sistemas de riego en los parques y zonas verdes de la ciudad pretende lograr importantes reducciones en los consumos, tanto de agua como de energía".
Seguimiento de sumideros de CO2
Por otro lado, las nuevas instalaciones implementan una red de control de la calidad del aire en la ciudad, como un medio importante para realizar un seguimiento de los sumideros de CO2 generados por las zonas verdes, así como incluir también una estación meteorológica para la medición de los parámetros atmosféricos y mayor control en las necesidades hídricas de las diferentes especies vegetales.
La solución implantada supone incrementar el control eficiente de los riegos en cerca de 18,3 hectáreas de parques de Logroño (183.332 metros cuadrados), mediante nuevos sistemas de control de riegos y sistemas de comunicación.
La cantidad de dispositivos instalados son: 122 unidades de receptor de campo descentralizado de dos estaciones; 10 unidades receptor de campo para centralizar el control de programadores de riego de cuatro o de seis estaciones; tres estaciones de medición de la polución urbana para la toma de datos sobre diferentes variables físicas, químicas y ambientales; una estación meteorológica; cuatro medidores de humedad del suelo; y una plataforma de control donde se integran los programadores y la sensórica (humedad de suelo, estaciones de polución y atmosférica).
Se pasará de los 75.166 metros cúbicos de agua consumida antes de la instalación de los nuevos dispositivos (media aproximada de diferentes años climáticos), a los 51.112 metros cúbicos de agua consumida que esperamos haya después de instalar los nuevos equipos, lo que se traduce en un ahorro de 24.000 metros cúbicos de agua, señal el concejal.