Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo. Según la European Heart Network, estas patologías suponen un coste sanitario de 210.000 millones de euros a la UE y son responsables del fallecimiento del 45% de los europeos. En España, cada año, 120.000 personas pierden la vida por un problema cardiovascular derivado de causas que pueden ser muy variadas.
Los investigadores buscan nuevas fórmulas para tratar los infartos de miocardio y han encontrado en la ingeniería genética una nueva vía para solucionar estas patologías y mejorar la calidad de vida de los pacientes. ¿Cómo? Con un ‘parche inteligente’ que será capaz de regenerar los tejidos dañados tras un infarto.
Es lo que persigue el proyecto Cardiopatch, liderado por la Clínica de la Universidad de Navarra, en el que participa el centro Leartiker y que está financiado por el Programa Interreg Sudoe de la Unión Europea, a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).
Este nuevo 'parche2.0' está diseñado con una fibra de colágeno empapado en células madre mesenquimales de grasa que han sido modificadas genéticamente "con microARN y vectores virales, que inciden en la expresión de proteínas angiogénicas y cardioprotectoras", explican desde Leartiker en un comunicado. "Esto estimulará la formación de nuevos vasos sanguíneos en la zona dañada del corazón y favorecerá su reparación".
Pero, además, como explica Felipe Prósper, director del Área de Terapia Celular de la Clínica Universidad de Navarra, responsable científico del proyecto, "queremos potenciar la capacidad regenerativa de la membrana de colágeno introduciéndole cardiomiocitos, que son las células que forman el músculo cardíaco. Estas células especializadas las obtendremos mediante técnicas de reprogramación celular derivadas de células madre pluripotentes inducidas, células madre creadas artificialmente".
Por su parte el centro tecnológico de Leartiker desarrollará otros dos productos médicos: un dispositivo de envasado 3D para ayudar al paciente a aplicar el parche de forma menos invasiva que las terapias actuales y un sistema 3D para generalizar su producción y facilitar su transporte.
"La técnica quirúrgica actual para implantar un parche en un paciente es la toracotomía. Nuestro objetivo es desarrollar un dispositivo de envoltura 3D que se pueda implantar mediante una minitoracotomía. Así, con el parche en formato envoltorio, podemos introducirlo a través de una pequeña incisión y dirigirlo a la zona dañada del corazón. Allí se propaga y se acopla a una lesión cardíaca para activar la regeneración", comenta el doctor Prósper.
Con el proyecto Cardiopatch (en el que colaboran 8 instituciones públicas y privadas de España, Francia y Portugal) se persigue, además, desarrollar soluciones avanzadas y crear una Red de Excelencia que impulsará la I+D+i en el sector biomédico en el suroeste de Europa con el objetivo de ampliar las tecnologías de la Industria 4.0 al sector sanitario".