La mayoría de plantas de automoción del mundo cuentan en sus equipos con instaladores o integradores españoles de robótica móvil. Se trata de puestos de trabajo altamente cualificados que sitúan a España en la primera línea de este sector y que ahora, bajo el paraguas de la Asociación de Robótica Móvil Española (ARME), reivindican su sitio en la esfera internacional.

Cuando se cumple un año de la puesta en marcha de la asociación, D+I conversa con su presidente, Javier Miguélez, sobre los objetivos de la institución que pasan, inexorablemente, por seguir atesorando talento en el sector de la robótica móvil de una forma proactiva.

Por ello, ARME ha lanzado una academia de formación. "Faltan puestos de trabajo muy cualificados, pues tenemos que formarlos nosotros. España debe continuar estando en el nivel más alto de cualificación".

¿A qué nos referimos exactamente cuando hablamos de robótica móvil? ¿Cuáles son sus características y en qué sectores la podemos encontrar principalmente?

En la robótica móvil el robot se desplaza a lo largo y a lo ancho. Un ejemplo de robot móvil típico, que todos conocemos, es la Roomba. Nosotros nos dedicamos a robots que se desplazan y las aplicaciones más habituales son, por un lado, la limpieza, y por otro, la logística.

En España somos muy competitivos en robótica móvil porque somos flexibles, nos adaptamos muy bien a los cambios y las necesidades de los clientes

Imagínese que tengo una fábrica y he de transportar un palet de un punto A a un punto B. Eso lo puedo hacer manual o de forma automática. ¿Por qué querría hacerlo de forma automatizada? Básicamente porque esa operación no aporta ningún valor al producto.

La robótica móvil industrial nace en Escandinavia por una cuestión de coste y se va desplazando con el paso del tiempo hacia el sur de Europa. En España somos muy especiales porque somos muy competitivos a nivel de coste, pero tenemos, además, una característica cultural que hace que seamos todavía más especiales.

Y es nuestra adaptabilidad. Cuando tienes un proyecto de robótica móvil, la diferencia entre lo que tú tienes escrito sobre cómo lo vas a hacer, y lo que te encuentras finalmente, puede ser más grande o más pequeña, pero siempre hay diferencias.

Nosotros somos muy flexibles en esto, nos adaptamos muy bien. Y estamos reconocidos por esta cualidad.

En este contexto, ¿cuándo y por qué nace la Asociación de Robótica Móvil Española (ARME)?

Surge de ocho empresas que se ponen a trabajar juntas porque se dan cuenta de que las necesidades que tienen son muy similares y, además, porque somos los mejores integradores en robótica móvil y casi nadie lo sabe.

Bueno sí, en los más de 50 países donde están presentes nuestros asociados claro que lo saben, pero tenemos el convencimiento de que este talento que hay en nuestro país y que nos sitúa en la primera línea como integradores de robótica móvil no es conocido por el gran público. Ni tan siquiera aquí en España.

¿Cuál es el punto fuerte del sector en cuanto a integración de sistemas de robótica móvil?

Somos capaces de coger un hardware e instalarlo muy bien, y nos adaptamos de forma muy flexible a las necesidades del cliente. Trabajamos con empresas que son icónicas en todo el mundo, pero, aún así, no se nos conoce.

Llevamos un año como asociación, y uno de los caballos de batalla que tenemos es comunicar lo que hacemos y el papel que están desempeñando nuestras empresas por todo el mundo.

La asociación ha cumplido un año y tenemos que comunicar lo que hacemos como sector y el papel que desempeñan nuestros asociados por todo el mundo

La diferencia que hay entre una máquina manual y una automática, es que la manual no hay que instalarla. Por ejemplo, una carretilla. Se enciende y empieza a funcionar. Pero un robot móvil lo tienes que instalar.

Y ahí necesitas una persona, a alguien que con su talento sepa integrarlo en un equipo y ahí está la diferencia entre que una instalación sea buena o mala.

En España somos muy buenos en esto. Nuestro objetivo es convertir a España en referente de robótica móvil, pero esto nos falta comunicarlo.

Creemos que uno de los problemas que tenemos en nuestro país es que no comunicamos lo que hacemos.

¿Cuántas empresas forman parte de ARME y de qué tipología de compañías se trata?

Empezamos ocho empresas y ya somos 23, con una facturación de 600 millones de euros. Es un sector bastante heterogéneo, en cuanto a la tipología de empresa. Hay cinco tipos principalmente.

Por una parte, los proveedores de hardware y software; los integradores e instaladores; también están los consultores, y también las instituciones. Pero todos tenemos los mismos intereses, que se ponga en valor la robótica móvil.

¿En qué sectores puede el ciudadano de a pie encontrar la robótica móvil que nuestro sector lidera en la parte de instalación o integración? ¿Podría ponernos algunos ejemplos para aterrizar esta tecnología a nuestro entorno más cercano?

Si va a cualquier planta de automoción de España, en todas estamos presentes. Se trata de los AGV y AMR, robots móviles que transportan materiales de un punto a otro punto.

Pero los podemos encontrar en muchos otros sitios: en la alimentación y bebidas, en cosmética y farmacia...

¿Qué necesita el sector para lograr este reto de comunicar mejor lo que hacen vuestros asociados?

No nos ponemos en valor, a nosotros mismos. España en ciertos sectores es súper potente, y te das cuenta cuando sales de aquí. Y digo más. Cuando vas a cualquier planta de automoción de Europa, y hablo de las más icónicas, te vas a encontrar con robots móviles españoles, fabricados en España e instalados por españoles.

Y en muchas plantas de otros sectores, también. Pongo un ejemplo muy clarificador: el cohete Ariane, en la Guayana Francesa, se desplaza con vehículos hechos en España, instalados por una empresa española.

Casi cualquier gran multinacional que se le venga a la cabeza al lector, tiene robótica móvil española, instalada por españoles.

Cuando vas a cualquier planta de automoción de Europa, y hablo de las más icónicas, te vas a encontrar con robots móviles españoles, fabricados en España e instalados por españoles

 ¿Y cómo potencia ARME ese talento en un momento en que acceder a perfiles muy cualificados, como los que hay en el seno de la asociación, es muy difícil?

Es algo que nos preocupa muchísimo y hemos puesto en marcha una academia de formación. Estamos en la primera edición y la hacemos a nivel interno, con el objetivo de abrirla ya después al conjunto de la sociedad.

Buscamos formar al personal que luego podamos emplear en esta industria, y es absolutamente clave. España tiene que competir en mano de obra a alto nivel, con personas muy cualificadas, cuanto más lo estén, mejor.

Nos llama la atención que todos los quejamos de que no hay gente cualificada. Pues algo habrá que hacer. Hay que formarla. Y hay que hacerlo atractivo