La pasión por la tecnología que se utilizaba en la Fórmula 1 y sus horas de juego con el Scalextric llevaron a Jordi Casamada a indagar en cómo mejorar el rendimiento del coche que serpenteaba por los estrechos railes de la pista de carreras.
"Construí un mando con conexión inalámbrica capaz de recibir datos del funcionamiento del coche en la pista", explica Casamada, que intentó, sin éxito, vender este proyecto a grupos dedicados a la competición en Scalextric. Tenía en sus manos el embrión del Internet de las cosas (IoT), cuando esta tecnología todavía no había sido bautizada.
Lejos de tirar la toalla, contrató a un compañero de estudios y decidió construir el prototipo, que le compraron "los mismos que poco antes lo habían desestimado". Ese 2007 acababa de finalizar el último curso de Ingeniería en Telecomunicaciones de la UPC, en la especialidad de antenas y radiofrecuencias.
Y ese mismo año creó Accent Systems. La empresa nació con la idea de realizar proyectos de ingeniería para terceros. En pocos años, llegaron al mercado la tecnología Bluetooth Low Energy, los smartphones y las app.
"Este momento significó una gran revolución. El bluetooth democratizó la IoT, se abarataron los componentes a gran velocidad y se pudieron desarrollar nuevos casos de uso hasta entonces inimaginables, tanto a nivel doméstico como industrial. Se creó una demanda para la que las empresas no estaban preparadas y nosotros sí. Aprovechamos el momento", explica Casamada a D+I.
Internacionalización de Accent Systems
La internacionalización tardó poco en llegar, sobre todo impulsada por la creación de los beacon, balizas bluetooth que emiten una identificación única, que se sitúan en localizaciones determinadas de interiores o exteriores de edificios o locales y envían datos de ubicación directamente a los móviles y otros receptores. "Zara, por ejemplo, los utiliza para conocer como se mueve el cliente en sus tiendas", comenta.
La seguridad en empresas o comunidades es otro caso de uso. En Hong Kong, el primer emplazamiento que Casamada visitó -durante seis meses- para ampliar el mercado de Accent Systems, los beacon se quedaron como elementos de seguridad y tracking en el metro de la ciudad.
Después de crear para terceros y personalizar los beacon para sus clientes, Accent Systems dio el paso que la situaría entre las empresas líderes a nivel mundial en el ámbito de la trazabilidad a través de IoT.
Por un lado, levantaron en 2015 una planta de producción y oficinas en una nave de 2.000 m2, en Castellar del Vallès, y se centraron en tres soluciones de diseño propio, entre las que se encuentra Trabajador conectado, un sistema de rastreo inteligente, seguridad, monitorización de las interacciones entre empleados y detección de Covid, que proporciona el IoT Personal Equipment.
La dos otras soluciones propias de Accent Systems son trazabilidad de productos en almacenes y transporte, a través de los beacon y el dispositivo IoT Asset Tracker, y control de accesos, con IoT Locks.
Actualmente, la compañía posee también oficinas en Nueva York y centros de I+D en Ahmedabad (India), Estambul (Turquía) y Sao Paolo (Brasil) y amplía sus mercados con rapidez. Entre sus clientes ya se encuentran empresas como Abengoa, Boehringer, Sony, MTR Hong Kong, IS Bank, Tesla, la Nasa o el Ministerio de Interior de Catar.
Planes de futuro
En estos momentos se encuentra ultimando conversaciones con un estado de Estados Unidos para implementar su solución de trazabilidad de contactos para el control de propagación del covid en sus escuelas públicas, un acuerdo que puede suponer la distribución de entre 300.0000 y 500.000 pulseras de trazabilidad entre los alumnos de los ciclos preuniversitarios.
Por otra parte, también está negociando la implementación en tres grandes minas de cobre de Chile, con un global de 60.000 empleados, de sus soluciones de prevención de incidencias a través de la elaboración de métricas, y de detección de accidentes laborales en tiempo real.
"Queremos liderar el ámbito mundial de la trazabilidad de personas y mercancías a través de IoT, sobre todo en sectores industriales de alto riesgo", afirma Casamada. No hay ninguna duda de que están en el buen camino.