Alimentar a una población mundial en continuo crecimiento con la emergencia climática como telón de fondo es uno de los grandes retos de nuestra sociedad. La situación urge encontrar propuestas innovadoras y disruptivas que garanticen el alimento sin menoscabar los recursos naturales del planeta, muy dañados en las últimas décadas.
La unión de investigación, tecnología y disrupción está dando lugar a un floreciente sector foodtech, llamado a liderar el profundo cambio que la coyuntura exige en toda la cadena de la industria agroalimentaria, desde el campo hasta la mesa del consumidor.
Lograr proteínas de gran valor nutricional, que se obtengan a su vez mediante procesos de producción sostenibles y fomenten la economía circular es uno de los grandes retos donde España ejerce un papel protagonista.
Keratin es un ejemplo. La startup ha desarrollado un ingrediente, en concreto un polvo de color dorado, compuesto en más del 90% por proteína con todos los aminoácidos esenciales y rico en hierro.
Otras características hacen más único, si cabe, su propuesta disruptora. Mientras otras proteínas del mercado generan intolerancias, sobre todo en el mundo de los lácteos, este ingrediente puede ser consumido con seguridad por todo tipo de personas.
Alta digestibilidad, fácilmente asimilable por el cuerpo y carácter versátil para fabricar todo tipo de productos en la industria agroalimentaria son otras de sus cualidades que convierten al producto Gold Protein de Keratin en una disrupción única en el mundo foodtech.
Pero, si hay una que sobresale por encima de todas es, precisamente, su color dorado, una característica muy unida con la propia génesis del ingrediente. "Gold Protein no sabe a nade, no huele a nada y su color es dorado", explica a D+I Olga Álvarez, una de las impulsoras de la startup.
"Es el fruto del proceso patentado que aplicamos. Se produce una hidrólisis ácida que permite extraer ese polvo que se decolora, no hay ningún otro producto en el mundo con esa característica, que le quita el color rojizo típico de la sangre", añade.
Y es que la propuesta disruptora de Keratin es, además, 100% la economía circular. Su ingrediente se obtiene a partir de desecho animal, en concreto, de la sangre de los mataderos de animales: vacuno, cerdo y ave.
Economía circular
Con este potencial, la startup se ha marcado dos objetivos, uno a corto plazo y otro con un carácter más global.
"El ingrediente puede ser utilizado por cualquier empresa de la industria agroalimentaria, pensamos que se adapta muy bien al mercado del deporte y productos como barritas con un alto contenido en proteínas".
El gran valor nutricional del ingrediente Gold Protein abre la puerta a la elaboración de productos que contribuyan a luchar contra el hambre en las regiones más pobres del mundo
Precisamente, su ingrediente abre la puerta a poder luchar contra el hambre en el mundo, dado que una o dos barritas al día elaboradas con Gold Protein podrían ser claves para luchar contra este reto global en aquellas regiones más pobres o en vías de desarrollo del planeta.
"Del laboratorio al planeta, nos gusta la idea de poder contribuir con nuestra investigación a ello", añade Álvarez.
Sin duda, es uno de las aspiraciones de sus fundadores. Keratin es fruto de la pasión investigadora, la curiosidad, y el ánimo de contribuir a un mundo mejor del inventor, José Luís Florido.
Durante más de 20 años, Florido estuvo volcado en la faceta de investigación, aportando no sólo su trabajo y los recursos financieros necesarios para su desarrollo, sino que lo compatibilizó con otros trabajos como fuente de ingresos, explican desde Keratin.
Álvaro Fernández y Olga Álvarez se sumaron al proyecto cuando las patentes ya estaban registradas, tanto Gold Protein, para la obtención de proteína de calidad suprema -la más alta que existe- de la sangre de deshecho animal con fines nutricionales, como Keratin, para la obtención de proteína funcional del pelo de los animales o plumas para la industria cosmética.
La startup atraviesa un 2023 clave para su proyecto, ya que ha llegado el momento de escalar la solución, de pasar de la elaboración de la proteína del laboratorio a que exista una planta industrial.
Construir la planta industrial: el reto
Para ello necesitan un socio industrial o financiero, "que haga realidad que exista la infraestructura que garantice una producción mínima para poder producir las proteínas Gold Protein y Keratin, para ser usadas como ingrediente en la fabricación de productos proteicos como una barrita energética, galletas", inciden desde la compañía.
El proyecto llega a este punto del camino con importantes reconocimientos. Fue premiado con un Horizonte 2020 y, recientemente, ha sido una de las 10 empresas seleccionadas, la única empresa española, por EIT y BlendHub dentro de su Affordable Nutrition Scale-Up Challenge, y está trabajando duro para seguir en la segunda fase del reto.
Keratin, premiada por EIT Food y Blendhub
Diez startups europeas han sido premiadas en el desafío para Extender una Nutrición Asequible (Affordable Nutrition Scale-Up Challenge) lanzado en abril por EIT Food y la compañía española Blendhub en el que se invitaba a startups y scaleups con ingredientes o formulaciones alimentarias innovadoras a presentarse y contribuir a la promoción de dietas saludables y sostenibles en Europa.
La ceremonia de entrega de premios se ha celebrado en el Centro de Innovación y Co-creación de Blendhub en Murcia (España) y los proyectos seleccionados han recibido servicios por valor de 25.000 euros para ayudarles desde la idea y la inteligencia de datos hasta el lanzamiento del producto al mercado en cualquier país europeo.
Keratin ha sido la única startup española distinguida por este galardón que servirá para avanzar en su objetivo de llevar sus proteínas de gran valor nutricional al mercado.