Se abre un campo de oportunidades casi infinitas para las empresas. Por un lado, la nanotecnología permite crear nuevos productos que impactan directamente en una mejora de la calidad de vida de la sociedad. Por otro, hay espacio para las empresas pequeñas y medianas. Como la tecnología es tan trasversal, todas las compañías pueden aprovecharse de sus ventajas. Hasta los emprendedores y las startups entran dentro del juego.
Hasta en las tecnologías de la información, la nanotecnología puede convertirse en un aliado. La nueva generación de sistemas de computación y entretenimiento necesita más potencia e inteligencia. Esto se traduce en una demanda creciente de capacidad computacional para los circuitos electrónicos. Una exigencia reñida directamente con el tamaño y la eficiencia de los circuitos y dispositivos. Aquí es donde la nanotecnología se perfila como una oportunidad, tanto en el procesamiento de los datos como en su almacenamiento y envío.
Los nuevos sistemas de computación basados en nanoelementos pueden incrementar la velocidad de la electrónico más allá de las tecnologías basadas en el silicio, además de reducir la potencia el consumo de energía significativamente. Poder operar a muy baja potencia es clave no sólo para el ahorro energético y de calor de los circuitos, sino para la próxima generación de dispositivos inteligentes autónomos.
Pero la nanotecnología también puede ser clave para el aspecto exterior de los propios productos, especialmente, para las pantallas del futuro. Plegables, 'e-paper', sostenibles, asequibles... Los materiales 'nano' abren un nuevo abanico de posibilidades.