El automóvil es exigente. Camiones que soportan decenas de toneladas o coches formados por 4.000 piezas donde el mínimo fallo puede tener consecuencias fatales. A esta realidad se suman nuevos retos. Una de las grandes premisas de hoy es fabricar vehículos más ligeros que mantengan (o incluso mejoren) la resistencia para reducir el consumo de combustible y, por tanto, su impacto medioambiental. Jugar con los materiales se perfila como la mejor opción para dar respuesta a este desafío. Y aquí la industria española está ocupando una posición de liderazgo.

MBHA es una empresa con solera. Fundada en 1955 como fabricante de recambios para camiones, ha sido capaz de alzarse desde Villarreal (Castellón) en uno de los líderes de elementos de suspensión para vehículos pesados. Provee a casi todos los fabricantes de camiones: Daimler, Iveco, Scania, MAN... Su especialidad son las piezas que dotan de amortiguación a los vehículos y que, al mismo tiempo, actúan como nexo de unión entre las ruedas y el chasis. "Son elementos críticos", advierte Juan Salamero, director de la división de composites, a INNOVADORES. "Si se rompen, se produce un accidente".

Una ballesta delantera puede soportar 10,5 toneladas y una trasera, hasta 33. Para cumplir con esos requerimientos mecánicos sólo había un material disponible, el acero. Pero la presión por reducir consumos y emisiones cada vez es mayor. "La normativa acabará obligando a que los camiones sean eléctricos y esas baterías equivalen a un peso mayor para el camión", añade. ¿Eso qué significa? "Que podrán llevar menos carga".

La empresa española se ha adelantado a la regulación con una apuesta clara, los composites. Los también llamados materiales compuestos son aquellos formados por varios componentes y con propiedades mejoradas. "Para vehículos ligeros se han empezado a introducir soluciones pequeñas de ballestas de composite, pero en un camión era imposible", explica. Hasta ahora.

MBHA ha creado la primera ballesta del mercado con materiales compuestos. Una combinación de fibras de vidrio y resinas epoxi (un polímero termoestable) da lugar a una pieza un 70% más ligera que una de acero, que llegará al mercado en 2025. Hasta ese momento, la empresa ha ideado una solución híbrida, con un ahorro de peso entre el 40% y el 60%, que está formada por una hoja de acero y otra de material compuesto. Salamero espera que esté disponible entre 2019 y 2020. "Muchos clientes ya la han validado". La compañía también está aplicando otros composites a diferentes elementos de suspensión. Por ejemplo, está creando barras de torsión con fibra de carbono.

Bandejas polivalentes

Mabel Flores y Esther Gil, de Flome

Flome es otra empresa tradicional. Durante sus 40 años se ha especializado en embalaje de plástico para la automoción. "Un coche tiene entre 2.000 a 4.000 piezas", comenta la directora general, Mabel Flores. Y todas ellas tienen que transportarse, hasta la fábrica y dentro de ella. El problema es que cada elemento necesita una caja a medida y eso repercute directamente en el coste de los nuevos trabajos.

"Las inversiones en embalaje rondan entre uno y dos millones de euros cada vez que arranca un proyecto nuevo", dice la responsable de Flome, que esta semana participó en la Feria de la innovación del sector del automóvil de la Comunidad Valenciana, organizada por AVIA.

La compañía, con sede en Valencia, ha ideado una solución que permite reutilizar al máximo el embalaje. Se trata de una bandeja que funciona como un Lego. Parte de una base que puede ganar en altura y forma añadiendo sencillas estructuras de plástico de quita y pon. "Es una solución polivalente que se adapta a la silueta de cada pieza".

El sistema ya se está utilizando en la industria del automóvil. Jaguar la ha introducido en su nueva planta de motores en Birmingham (Reino Unido). Flome se adapta a los requisitos de este exigente sector. Por un lado, sus bandejas deben cumplir un alto estándar de calidad para que los robots de las plantas productivas puedan leer su forma para encajar las piezas en ellas. Por otro, no pueden descuidar la calidad. "No puede haber viruta".