Innovadores
El mar de datos de Maersk, la mayor naviera del mundo
Visitamos el centro de control e innovación de Maersk en Algeciras, donde se prueban sistemas de control y planificación remota tanto para barcos como para la terminal
26 junio, 2018 07:00Algeciras, para el que no la conozca, es una ciudad mediana -unos 120.000 habitantes- localizada en la imponente intersección de la península, el Peñón de Gibraltar y la costa africana. Una localización marítima crucial en el tráfico de barcos por el Mediterráneo que no ha pasado desapercibida para la industria logística, que ha encontrado en esta localidad el puerto perfecto para dar vida a miles de rutas comerciales de punta a punta del mundo, como ya hicieran nuestros ancestros con la Ruta de la Nueva España.
Un puerto que es controlado casi de forma hegemónica por Maersk, la mayor naviera del planeta y la encargada de hacer llegar hasta nuestras tiendas los productos y suministros de compañías como Inditex, Huawei, Ford, BMW, Decathlon, Samsung, Mercadona o Unilever, además de distribuir por el mundo la carga militar del ejército de EEUU. Algeciras es, para esta multinacional de origen danés, uno de sus ocho epicentros de actividad en el mundo y el cluster desde el que controlan todas sus rutas, cargas y descargas en los 98 puertos de 25 países mediterráneos y del Mar Negro en que operan.
También desde la ciudad española se controlan los procesos al 100% de otras dos terminales, las de Tánger y de Port Said. Con todo ello, las cifras de su trabajo son de impresión: 8,6 millones de contenidos movidos al año (lo que significa 16 contenedores al minutos), 5.997 llamadas a puerto (una cada dos horas) y 2.092 millones de dólares en gastos operativos cada año (de los que -exceptuando los 600 millones empleados en pagar el canon del Canal de Suez- todo se invierte en la operativa portuaria de la región).
Pero Algeciras no son sólo esos grandes números para Maersk, sino que también es uno de sus principales laboratorios de innovación a escala global. Aquí se diseñan y prueban algunas de las tecnologías que han de promover la digitalización de un sector que, históricamente, ha recelado de los avances en metodologías de trabajo y capacidades de nuevo cuño. Y, lo que es más importante, este cambio tecnológico ha venido no acompañado, sino generado, por una apuesta de cultura laboral bien distinta a lo que esta compañía sigue manteniendo en otros lares del mundo.
La torre de control
A unos cuantos metros del puerto de Algeciras se levantan las dos 'Torres de Hércules', un complejo de oficinas donde Maersk cuenta con cuatro plantas que emulan el funcionamiento y el diseño de las torres de control de los aeropuertos. Unas 107 personas se encargan de vigilar las rutas de los barcos y la operativa en la terminal, a sumar 27 profesionales de la propia terminal que trabajan desde las oficinas centrales y 33 ingenieros y técnicos que se encargan de la innovación digital propiamente dicha.
Desde allí, expertos de varias nacionalidades controlan las 24 horas del día el tráfico marítimo en la bahía, las entradas en el puerto, la carga y descarga de la mercancía. Todo de forma integrada, en lugar del tradicional modelo separado de operador de línea y gestor en tierra, a base de llamadas de teléfono que rara vez acaban en procesos eficientes.
"Este modelo en que tenemos a gente del puerto en la sala de control ha resultado en grandes beneficios en tiempo y productividad desde que lo comenzamos a implantar, pero requiere de un gran esfuerzo de entendimiento por todas las partes y de cuidar todos los detalles de las dinámicas de trabajo", explica el director del centro, Carlos Arias. De hecho, se ha tratado de extender esta práctica a la sede de Rotterdam, "pero no ha llegado a implementarse con tanto éxito".
Los operarios que controlan todas las actividades tienen a la vista numerosos paneles de información en los que pueden ver las diferentes tareas automatizadas que se requiere en cada uno de los desembarcos (desde entrega de documentación hasta el propio conocimiento de la carga que portan). Actualmente, los sistemas desplegados por Maersk ya gestionan de forma inteligente el 75% de las cuestiones, aunque Arias plantea un discurso contradictorio de cara a los próximos pasos. Mientras afirma que «nunca se va a automatizar el 100% del trabajo, en lo que debemos trabajar es en construir mejores enlaces entre humanos y máquinas», tampoco duda en señalar que su reto es «automatizar el 100% de estas tareas para mediados de 2019».
Control y previsión
Más allá de la estética, en la sala existen paneles de control desde los que sus profesionales pueden, por ejemplo, planificar a 15 días vista los barcos que atracaran en Algeciras, Tánger y Port Said. "La mayoría de los puertos son solo de importación y exportación, pero estos tres son de transbordo. Eso nos exige cuadrar a la perfección cuándo llegan y salen los barcos para que se ajusten las ventanas de operación a la capacidad del puerto, los movimientos que pueden hacer las grúas y, por supuesto, las conexiones de mercancías que deben moverse de un barco a otro", explica Alberto Fernández, encargado de turno para este tema.
En el panel táctil, Alberto tan solo debe mover un barco a lo largo de la representación del puerto para ver las conexiones perdidas o el gasto en combustible que supondría sacar un barco a una u otra hora del día. Labor nada desdeñable si contamos con que muchos mercantes sufren retrasos y requieren adaptaciones urgentes para mantener el latido del comercio marítimo, ya sea a causa del mal tiempo o, como sucedió esta semana, a causa de huelgas más o menos encubiertas en las terminales de una veintena de países.
"Monitorizamos con esta herramienta la ruta de los barcos en tiempo real, proyectamos la densidad de contenedores en el patio de la terminal y analizamos el coste de cada proceso para aumentar nuestra productividad. Gracias a todo esto, hemos conseguido aumentar un 20% el número de movimientos -cargas y descargas- en Algeciras y Tánger en cuatro años, sin ninguna inversión adicional", añade el operario de Maersk.
Y si Alberto posiciona los barcos en el puerto, Emilio Checa se encarga de operarlo. "Desde aquí monitorizamos en tiempo real los contenedores cargados, descargados y en proceso, todo automáticamente y con avisos electrónicos a los operarios de dónde se ubica cada contenedor", explica este trabajador -ejemplo de los antaño gerentes sobre el terreno y ahora integrado en el centro operativo- a INNOVADORES. "Antes había una pelea constante entre la terminal y la línea (la circulación de los mercantes). Ahora todos tenemos los mismos objetivos y trabajamos codo con codo".
A ello unámosle que este mismo sistema facilita el mantenimiento preventivo de las grúas con el fin de que no afecte a las ventanas de trabajo o para que ser lo suficientemente flexible para que la dura operativa del puerto de sus mejores frutos. "Podemos visualizar cómo están trabajando las grúas, moviéndolas de un barco a otro de forma más eficiente que antes, porque vemos cómo están funcionando en tiempo real. Gracias a eso, hemos conseguido mejorar hasta tres puntos de productividad".
La lenta digitalización
Maersk es una excepción dentro del "arcaico y basado en Excel" mundo de la logística, como así nos lo reconocen los profesionales de TIC de la compañía en Algeciras, pero aun así el proceso no ha sido ni es nada sencillo. "Los problemas a largo plazo de este sector no cambian y tratamos de ir mejorando poco a poco. Hemos puesto el foco en la digitalización hace todavía pocos años y hemos ido consolidando todos los sistemas de información poco a poco, según se iba necesitando. Y aún nos quedan muchos silos y apps separadas, aunque existe un reto de consolidar todas lo que tiene que ver con operaciones y red de aquí a tres años vista", explican desde la naviera.
El peso del mar
La importancia del mar y las actividad mercantes que lo ocupan no es baladí para nuestro país. Según los datos publicados por Puertos del Estado, la actividad económica vinculada a las instalaciones portuarias de nuestro país genera aproximadamente el 8,7% del PIB español y una tasa del empleo del 1,23%.
Todo lo que un barco esconde
A la hora de controlar y planificar la ruta, entrada u operación en tierra de un barco se tienen en cuenta multitud de factores, tales como las limitaciones por calado, el tipo de mercancía (con atención especial a la refrigerada o peligrosa), el tipo de contenedor, su peso, los destinos, si el barco tiene o no grúa propia, el número de enchufes para contenedores, la altura de los mismos o la entrada de mercancías de rivales.