Innovadores
El primer 2 en 1 ‘pilla’ dos alérgenos en la leche
La española Zeulab usa organismos vivos para garantizar la seguridad alimentaria. Ahora apuesta por lanzar formatos domésticos y detectar más de un compuesto a la vezrn
12 diciembre, 2018 07:00Para qué sirve una bacteria? ¿Y una enzima? ¿Y un anticuerpo? A Zeulab se le ocurrió una respuesta: detectar si existe contaminación alimentaria. La empresa de Zaragoza utiliza la biotecnología para desarrollar test de diagnósticos in vitro dirigidos a validar la seguridad de esta industria. Tras miniaturizarlos, ahora su apuesta pasa por hacerlos dúplex.
Zeulab nació en 1995 como spin off de la Universidad de Zaragoza, antes incluso de que este modelo de transferencia de conocimiento llegase a nuestro país. "Pensamos que si un alemán o un americano era capaz de hacerlo, por qué no en España", recuerda el director técnico, Luis Mata. "Fuimos unos adelantados".
El equipo, que hoy está compuesto por 40 personas, empezó desarrollando tecnología basada en anticuerpos. "Pero no nos quisimos encasillar", apostilla Mata. Por eso, han ido ampliando su base tecnológica, aunque, eso sí, siempre tomando como referencia organismos vivos (o partes de estos).
¿Por ejemplo? Para la detección de antibióticos en alimentos han creado pruebas basadas en la inhibición del crecimiento de un microorganismo. En este caso, la empresa es capaz de seleccionar un organismo microscópico sensible a muchos antibióticos y estabilizarlo. Aquí radica la clave de su tecnología, en la posibilidad de mantener vivo al organismo celular durante un año. "Nuestros test se usan en cualquier parte del mundo y tenemos que asegurar que funcionen", señala el director técnico.
En otros casos, como la detección de toxinas, Zeulab usa enzimas. "Normalmente inhiben una enzima, si identificamos cuál es, nos puede servir como diana". Incluso fabrica pruebas basados en ADN.
Dese hace unos años, la compañía ha asumido una de las tendencias del mercado que pone patas arriba el paradigma tradicional de los análisis. "Hasta ahora se tenían que hacer en un laboratorio, pero estamos apostando por llevar los test allí donde se necesiten", comenta Mata. Esto significa que, si la prueba es para la industria láctea, pueda realizarla el propio ganadero en la granja o cualquier operador de la cadena alimentaria (desde el transformador hasta un inspector de la salud pública o un gestor de calidad).
Con esa idea, Zeulab lleva tiempo trabajando en simplificar "al extremo" los métodos analíticos. "Queremos hacerlos muy sencillos para que cualquier persona, incluso el consumidor en casa, pueda hacer su análisis". El resultado son kits similares a un test de embarazo. Por ejemplo, ya tienen uno para detectar alérgenos, que incluye donde unos tubos con la solución, donde solo hay que poner el alimento, mezclarlo y, en 10 minutos, detecta si es positivo.
El problema es que este tipo de ensayos se dedicaban a un único alérgeno. Y Zeulab se ha convertido en la primera empresa que ha lanzado un test dúplex para analizar simultáneamente dos proteínas. En este caso, detecta dos de los principales alérgenos de la leche al mismo tiempo, las caseínas y beta-lactoglobulina. "Producen reacciones alérgicas, pero no todas las personas son sensibles a las dos y no todos los productos contienen ambas", explica.
Ahora, la compañía está en pleno proceso de desarrollo de un nuevo sistema dúplex que identificará en una única prueba si un alimento contiene trazas de almendra y avellana. "Son las dos más importantes por su prevalencia, es decir, por la probabilidad de encontrar personas sensibles", asegura. Zeulab ya ha detectado los anticuerpos, un paso clave en el proceso, y ahora trabaja en el sistema de detección con ellos. "Estimamos lanzarlo al mercado a mediados de 2019".