Repsol presentó 16 solicitudes de patente en 2018, según el último balance de la Oficina Europea de Patentes (EPO). Un dato que en realidad supone un descenso, respecto a las 24 del año anterior. Sin embargo, con una media de 21 solicitudes en los últimos cuatro años, es una de las pocas compañías privadas españolas persistentes en patentar (otras dos son Telefónica y Laboratorios Esteve).
Pero, si las solicitudes españolas en Europa crecieron un 6,3%, en España cayeron un 31%. "Nosotros patentamos en los países que entendemos que tenemos que patentar y en aquello que creemos que va a haber una apuesta de futuro", argumenta, por la parte que le toca, Adriana Orejas Nuñez, directora de proyectos de tecnología para downstream de Repsol.
Afirmándose en que los datos europeos son "muy buenas noticias sobre lo que España está haciendo en innovación", Orejas expone que "hay que buscar el foco". "No patentar por patentar, sino para producir realidades. La propiedad intelectual lleva unos procesos largos, costosos y complicados".
El foco de Repsol está hoy en el hidrógeno. "Todo lo relacionado con cambio climático y transición energética es uno de los grandes drivers tecnológicos dentro de la compañía", explica Orejas a INNOVADORES. "Para producir combustible limpio necesitas grandes cantidades de hidrógeno. Y los procesos actuales para producir hidrógeno tienen unas emisiones importantes".
Según Repsol, esa huella de carbono se reduce usando "energías renovables". ¿Han llegado a acuerdos de suministro con alguna eléctrica o van a montar un parque propio para hacerlo? "No, esta tecnología se basa en energía solar, directamente de los fotones", responde Orejas. "Es una tecnología en desarrollo, no sé cuándo será comercial, pero es completamente nuestra, basada en energía solar".
Entonces, ¿están desarrollando su propio sistema de células y paneles solares? "Habrá que esperar para contar un poco más despacio eso, porque es una patente. No es un producto comercial todavía", replica. "Espero que en unos años lo veamos hecho realidad a escala real".
"El hidrógeno tiene para nosotros una importancia extrema desde el punto de vista industrial, porque lo usamos en todo nuestro sistema de refino y de química", aclara Orejas, que por ahora descarta hablar de la célula de combustible. "En Oriente, en Japón, el hidrógeno es una de las grandes apuestas. En Europa, no tanto. Pero tiene su interés industrial o de enriquecimiento del poder calorífico. Por eso establecimos la alianza con Enagás, para este proyecto de generación de hidrógeno limpio, con un alto poder de energía y una huella de carbono prácticamente nula. En este proceso reducimos la intensidad de carbono en casi el 90%. Hidrógeno a partir del Sol".
Casi parece asomarse a la utopía que proponía Jeremy Rifkin, pero... "ahora mismo las prioridades y las soluciones con un coste-eficiencia parece que van por otro lado. Europa lidera la lucha contra el cambio climático, pero tenemos que ser sensatos en buscar soluciones que permitan a la gente seguir accediendo a una energía de manera razonable, con un coste razonable. Que nuestra innovación termine en inversiones y en cosas reales".
En el caso del Centro de Tecnología de Repsol, en Móstoles, eso significa estar "muy orientados a proyectos que nos ayuden a reducir las emisiones. Por ejemplo, recuperación de calores residuales, como en el tubo de escape. Aprovechamos ese calor, que se perdería, para mejorar la eficiencia del proceso de combustión. Reduces el consumo y, por tanto, las emisiones".
"En movilidad, analizamos todo tipo de lubricantes, combustibles, sistemas de inyección, motores...", añade. "Tenemos que estar al tanto de todo lo que se mueve para asesorar a nuestras líneas de negocio. Probamos muchísimas cosas y trabajamos mucho con otros laboratorios para conocer cómo evolucionan las alternativas de combustible. Nosotros hemos desarrollado un combustible único, de bajas emisiones, del que se habla poco, el autogás [un GLP]. Tiene muchas menos emisiones y una autonomía impresionante, con unas modificaciones en los motores relativamente fáciles... Buscar alternativas a la movilidad siempre es una máxima en nuestro Centro de Tecnología".
Transición energética
"En su último plan estratégico, Josu Jon [Imaz] presentó la tecnología como una de las grandes palancas, muy alineado con todo lo que supone reducción de huella de carbono, e intentar productos cada vez más limpios", subraya Orejas. "Repsol considera que su apuesta para el futuro está en la transición energética, el cambio climático. Manteniendo la competitividad dentro de un entorno cambiante, cada vez más responsable, pero también más exigente". Una exigencia que se traduce en más dinero para I+D: «De 2017 a 2018, hemos crecido un 16%. Ahora mismo hablamos de unos 84 millones de euros, que en 2017 eran 72».