José Julián Echevarría, director general de Sener Aeroespacial.

José Julián Echevarría, director general de Sener Aeroespacial.

Innovadores

La española Sener ‘cruza’ del espacio a la industria

INNOVADORES entra en el área de su nueva empresa de Espacio y Defensa donde ensambla componentes clave para tres familias de misiles europeosrn

24 marzo, 2020 07:00

La industria espacial y la del armamento están tan cercanas que el primer cohete con empuje y velocidad suficientes para vencer a la gravedad y alcanzar la estratosfera fue el que equipaban las V-1 de Werner Von Braun, con las que Hitler bombardeó Inglaterra en la Segunda Guerra Mundial. En junio de 2018 el grupo de ingeniería Sener adquirió Tryo, una empresa española aeroespacial, actividad en la que la propia Sener está inmersa desde 1967. El sentido de la compra era convertirse en "una compañía con vocación industrial". O volver a serlo. Algo que los directivos confiesan que se perdió al vender en 2016 su participación en el fabricante de motores turbopropulsados ITP.

Esa vocación de tener "capacidad de hacer producto, producción industrial, y no sólo ingeniería", en palabras de José Julián Echevarría, es lo que da lugar a la creación de una estructura empresarial propia para Sener Aeroespacial. "Con su CIF y su cuenta de resultados", precisa Echevarría, su director general.

La nueva empresa del grupo Sener (que es ahora un holding con otras dos compañías, Ingeniería y Renewable Investments), incluye tres áreas: Espacio y Ciencia (que podría renombrarse como ‘astronomía’), bajo la dirección de Diego Rodríguez; y Defensa, dirigida por el recién fichado Rafael Orbe. De él dependerá el renacido empeño por la "fabricación en serie". Un objetivo clave para la reestructuración del grupo tecnológico es "potenciar" su actividad en Defensa. "Diseñar el futuro y asegurar el presente aquí abajo", dice Echevarría.

"Cosas que hemos aprendido a hacer en el espacio son aplicables a defensa", afirma Andrés Sendagorta, vicepresidente del grupo. "Existen aspectos técnicos y mecánicos en un sistema de despliegue [en artefactos espaciales] que derivan en defensa en otro producto diferente, que son los sistemas de actuación y control de misiles. Hacer cosas nuevas en I+D cuesta mucho, así que, ya que lo conseguimos, vamos a aplicarlo". Sener participa "en casi todos los programas europeos de producción de misiles. Por lo menos todos los que últimamente España ha adquirido".

INNOVADORES tuvo ocasión de visitar el área donde se ensamblan y verifican componentes para esos misiles en los que participa Sener. Fue una visita con bata de seguridad, sin fotos y con advertencia expresa de no tocar nada. Trabajan con elementos electrónicos tan sensibles que los puede ‘freír’ una simple descarga de electricidad estática, esa que a veces sentimos como un calambrazo al bajar del coche rozando una parte metálica.

En el edificio, de acceso totalmente restringido, se trabaja en piezas de dirección y navegación (sistemas de guía, aletas o alerones, sus articulaciones y la electrónica de control) para tres familias de misiles, cada una de diferente fabricante. "Cuando vienen de alguno de ellos, sólo pueden ver la zona donde trabajamos con sus sistemas. No las de los otros fabricantes", señala el cicerone de la visita. INNOVADORES sí pudo verlo todo.

Se manufacturan piezas para el misil de crucero aire-tierra Taurus, del grupo germano-sueco GmbH, con un alcance de 500 kilómetros. Disponen de él las fuerzas armadas de Alemania, España y Corea del Sur.

También se producen elementos del misil aire-aire Metor, del consorcio europeo MBDA. Se trata de un sistema BVRAAM, lo que significa que puede alcanzar blancos más allá del alcance visual, hasta a 100 kilómetros. Su estratoreactor le permite alcanzar hasta cuatro veces la velocidad del sonido. Al principio del vuelo, mantiene un enlace de datos para recibir instrucciones y la parte final es autoguiada por radar. En ello interviene la tecnología de Sener.

La tercera familia de misiles es Iris, de la alemana DBD, con una versión aire-aire y otra tierra-aire. "Es muy superior al Sidewinder", nos dicen. Puede hacer giros de muchos grados, por un sistema de flujos dirigidos en su tobera, y ha sido diseñado para reemplazar al proyectil estadounidense.

En todos esos artefactos, en los que Sener aplica conocimientos espaciales para usar electrónica en condiciones extremas, el reto es aprovechar espacios inverosímiles, adaptarse al hueco que deja un colector de admisión de aire, o rodear con los dispositivos de control la propia tobera del cohete, blindándolos al calor.

La gran diferencia es que crear un dispositivo específico y de gran precisión para un vehículo espacial es hacer uno de uno, mientras que en defensa "se trata de fabricar series a veces de cientos, o incluso de miles". Vocación de producción industrial.

Se difuminan las capas del espacio 

La industria espacial cambia: "Hasta hace 10 años era un mercado institucional", explica Rodríguez. Los proyectos tenían "tres capas: contratista principal, ensambladores de subsistemas o carga útil y los que entregaban equipo pequeño. Estábamos en el segundo nivel. En el futuro pueden quedar dos capas, o difuminarse. Habrá que tener control de elementos clave. Evolucionamos a crear productos, con i+D, que se vendan por sí mismos o como parte esencial en proyectos".