Estamos acostumbrados a que en las series policiacas más populares de la televisión, los agentes cuenten con el asesoramiento de expertos externos que les ayudan a resolver casos. Hemos visto de todo en estas lides: desde mentalistas hasta escritores, pasando por historiadores y un sinfín de profesiones más. Pero si echamos la mirada hacia al futuro, a un escenario distópico donde la tecnología ha cobrado un papel predominante en la sociedad, este compañero de patrulla no podría ser otro que un diseñador de robots.

Este personaje, de nombre Koji Lund, es el que da vida a la serie de libros 'Koji Neon' de Paco Bree, que exploran áreas tan diversas como la relación entre humanos y máquinas, los sueños y las premoniciones o la movilidad autónoma. Todo ello, rodeado de acción e intriga, como ya puede verse en la primera entrega de la saga, 'Neolud'.

Este género de la ciencia ficción (o más bien del 'tecno-thriller' que acuñó Michael Crichton) es nuevo para Paco Bree. Es doctor en Business Administration por la Kingston Business School (Universidad de Kingston, Londres) y MBA por la Edinburgh University Business School. Tiene formación en el MIT o la Singularity University y ha participado en startups punteras como Anboto o Sherpa.ai, lo que le ha llevado a ser considerado como uno de los principales expertos en transformación digital de nuestro país. 

Actualmente, es director académico del máster en Business Innovation de Deusto Business School y columnista habitual de D+I. Un perfil que, tampoco en su faceta literaria -con tres libros ligados a la innovación empresarial y la creatividad exponencial-, no anticipa este interés por la ciencia ficción. O quizás sí, porque las raíces que unen los dos mundos (la empresa y la ciencia ficción) en Paco Bree están más íntimamente ligados de lo que pueda parecer a primera vista.

"Siempre me ha gustado el arte, y la ciencia ficción en particular como un hobby más. Pero pronto se conectó con mi faceta de profesor investigador. De hecho, creo que fue mi afición por la ciencia ficción la que me llevó al interés por la innovación y las escuelas de negocio. Puede que sea el origen de lo que soy hoy profesionalmente", reconoce Bree a este medio.

¿Hasta qué punto la ciencia ficción no puede servirnos como inspiración para ver lo que puede pasar en el futuro? Es una de las preguntas obligadas, máxime cuando gustamos de recordar los avances inspirados en los libros de Julio Verne, por ejemplo.

"Creo que es una herramienta más de las que ayudan a mirar al futuro. Hay métodos clásicos, como las hojas de ruta tenológicas, pero la ciencia ficción quizás sea el más potente de todos", detalla el autor. "En los últimos tres años, ya son muchos investigadores de Harvard, de la Singularity University y del MIT que han estado publicando artículos donde dicen que las empresas ya buscan escritores de ciencia ficción para anticipar el futuro. Lo vemos con Apple, Adobe o Amazon, desde hace ya varios años. Es lo mismo que sucedió en los años 50, 60 y 70 con el mundo militar, que usaban a escritores de este género para que imaginasen cosas extrañas". Un paso que, en opinión de Bree, no tardarán en seguir otras industrias más alejadas de la tecnología digital, como la aeronáutica o el 'retail'.

Los sueños como mercancía

En el futuro distópico que Paco Bree esboza en 'Koji Neon: Neolud' a 40 años vista, uno de los temas recurrentes es el de los sueños, los recuerdos y las premoniciones. Sin hacer spoilers de la novela, el autor plantea cómo estos elementos tan intrínsecos a la naturaleza humana podrían pasar a ser un contenido digital más, explotable y comercializable.

"Hay varias investigaciones que empiezan a identificar las áreas del cerebro que se activan cuando soñamos. En paralelo, me inspiró mucho una película ('Hasta el fin del mundo', 1991) en la que tras una suerte de holocausto nuclear, los médicos descubren sin darse cuenta cómo grabar los sueños. Y la gente que empieza a manejar estas grabaciones se engancha como si fuese la droga más dura que puedas imaginar", rememora Bree, quien no se extrañaría ante un escenario en que los sueños fueran la siguiente gran red social. 

"Seguramente no nos interesen tanto los sueños de nuestros amigos como los nuestros propios. Pero otra cosa es que las 'celebrities' del futuro puedan enganchar a grandes audiencias por lo que imaginen en sus sueños", aclara el autor.

Y si los sueños se antojan como una realidad plausible en cuatro décadas desde ahora, los pensamientos como producto digital son algo incluso más inminente. "Ya estamos viendo comunicaciones entre soldados con el pensamiento. Y la tecnología de 'pensamiento a texto' que convierta esas ideas en escritos será una realidad disponible para el consumidor en pocos años", asegura Paco Bree.

Si unimos ambos conceptos, el mayor conocimiento de los sueños y la capacidad de traducir lo que sucede en nuestro cerebro a formatos ajenos a nuestro cuerpo, el abanico de posibilidades que se abre es inmenso. "Hay muchas empresas que ya están trabajando en el tema de los recuerdos, en cómo empaquetar los recuerdos de un familiar fallecido y comercializarlos a sus allegados", añade el experto, quien también trata en la novela el debate ético y de privacidad que esta clase de modelos de negocio puede llegar a plantear.

Humanos y robots, ¿en armonía?

Dejando a un lado los mundos oníricos que plantea Paco Bree, en su novela de ciencia ficción también tienen un protagonismo omnipresente los robots. Especialmente en lo que a la convivencia de éstos con los humanos se refiere, hasta el punto de hacerse en ocasiones indistinguibles unos de otros.

"La novela plantea que la sociedad está un poco perdida en el año 2067, precisamente porque todas las fronteras se diluyen", reconoce el autor a D+I. "Ya hemos visto esta clase de entrecruzamientos entre realidades, ya sea con elementos virtuales como en 'Star Trek', o con elementos físicos, como en 'Ex Machina'. Mi sensación es que vamos a un mundo donde podremos interactuar de una forma muy estrecha con las máquinas, hasta el punto de que afloren sentimientos y tengamos que plantearnos cómo gestionar muchas situaciones hasta ahora impensables. Por ejemplo, qué haremos si un humano se enamora de una máquina y decide dejarle la herencia al robot y no a su exmujer humana".

Lo irónico es que esos sentimientos de los que habla Bree hacia los robots no serán bidireccionales, con lo que nos dejará a las personas de carne y hueso en una clara desventaja. "Los robots de momento no van a sentir absolutamente nada, pero serán conscientes de todo lo que siente el humano. Y podrán aprovechar ese conocimiento en favor o en beneficio de ciertos intereses", alerta Paco Bree.

¿Y después?

'Koji Neon: Neolud' es la primera novela de una triología que a su vez es la primera de una serie de tres trilogías. Trabalenguas aparte, Paco Bree afirma no estar sino rascando la superficie de un espectacular desperat tecnológico que nos aguarda en este siglo.

Entre otros temas, el autor trata la movilidad autónoma y bajo demanda, la visualización de información en tiempo real de nuestro entorno y las personas que en él se encuentran (en forma de lentillas o gafas al más puro estilo 'Google Glass') o la sempiterna ciberseguridad -y la dependencia excesiva de la tecnología ante cualquier incidente que tumbe los sistemas-.

"Además, las noveles son ciencia ficción, policiacas y con un pequeño toque de 'Expediente X'. Por eso, en la segunda hay una aparición de algo extraño en los mundos subterráneos e introduzco a las mafias del futuro, que siempre son un elemento muy visual. Con la biogenética como telón de fondo", adelanta Bree.

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