La instalación de cables subterráneos y submarinos de alta tensión, tanto en corriente alterna como continua, constituye un elemento básico de la transformación de las redes eléctricas. Uno de sus efectos es causar un menor impacto medioambiental. Antes, la infraestructura era aérea y se empleaba torres de alta tensión.
Estos cables permiten transportar la energía producida en parques eólicos offshore (situados en el mar) y otras fuentes de energía renovables a los lugares de consumo, al mismo tiempo que refuerzan el sistema eléctrico mediante la interconexión entre países, islas y continentes.
Para garantizar la fiabilidad de esos cables antes de su puesta en marcha es imprescindible realizar unos ensayos previos, “procedimiento que es especialmente crítico cuando se trata de cables submarinos, por resultar difícilmente accesibles en caso de fallo y que, generalmente, hay que sacar del mar para poder reparar”, advierte el director de los laboratorios eléctricos de Tecnalia, Aitor Kortajarena.
En este centro tecnológico llevan 15 años realizando estas evaluaciones, primero para instalaciones subterráneas y, después, en las que discurren por el lecho marino. “Además de las dificultades para repararlos en caso de error, tanto por su ubicación como por su longitud, una desconexión imprevista puede suponer un impacto muy fuerte en la estabilidad de la red y la garantía del suministro”, explica Kortajarena a D+I.
En los últimos años desde Tecnalia han participado en los proyectos de interconexión submarina entre las islas de Menorca e Ibiza y entre el Reino Unido y Francia a través del canal de La Mancha y el Eurotúnel. En breve, también se llevarán a cabo las pruebas previas a la puesta en servicio de los cables de interconexión entre las islas de Fuerteventura y Lanzarote.
Evaluación 'in situ'
Para realizar la validación de dichos cables, en este centro tecnológico del País Vasco realizan dos evaluaciones. La primera de ellas, en el laboratorio de Tecnalia relacionada con el diseño y fabricación de los propios cables y accesorios, sobre todo de las condiciones de aislamiento.
Después de esta primera fase, los cables estarían listos para su montaje. Para ello hay que trasladarlos hasta el lugar de la instalación y en ese transporte pueden sufrir algún daño. Una vez allí, la segunda evaluación se realiza con un equipo móvil.
“Se trata de un laboratorio móvil sobre plataforma de tráiler que consta de un Sistema Resonante de Frecuencia Variable, que permite energizar el cable a las tensiones de prueba -hasta 260 kilovoltios (kV)- a la frecuencia de resonancia marcada por la reactancia del sistema y la capacidad total del cable”, detalla Kortajarena.
“Otro elemento clave de la validación de los cables de alta tensión es la medida de descargas parciales, que permite detectar defectos críticos en el aislamiento eléctrico”, añade el director de los laboratorios eléctricos de Tecnalia.“Para ello, se utilizan las técnicas más innovadoras mediante el uso de sensores locales de alta frecuencia y técnicas de supresión de ruido para optimizar la sensibilidad de la medida”.
Las pruebas de puesta en servicio de cables de alta tensión permiten la validación total de los circuitos de cables instalados y son imprescindibles para autorizar su conexión a la red y puesta en servicio. “Para todo el proceso es fundamental la colaboración con los fabricantes y suministradores de cables, entre los que se encuentran las multinacionales Prysmian y Nexans”, concluye Kortajarena.