Son pequeños robots autónomos que se desplazan por la granja para cuidar de las gallinas. Dotados de visión artificial su misión es doble: por un lado, evitan que las gallinas pongan los huevos en el suelo, fuera de los ponederos y por otro lado mueve el suelo para evitar que la humedad o los desperdicios se compacten. Se llaman Spoutnic y han sido diseñados por la startup francesa Tibot.
La historia de la compañía se inicia con un par de avicultores, Laetitia y Benoit Savary, preocupados por la gran cantidad de huevos que las gallinas ponían en el suelo de la granja y no en los nidos. Era un problema para el que había que encontrar una solución. Así que diseñaron un robot al que llamaron Spoutnic. Funciona como una “roomba” desplazándose por la granja para provocar que las gallinas vuelvan a los ponederos y así no se pierdan los huevos.
Recientemente Tibot ha ampliado su gama de soluciones con el lanzamiento de un segundo robot: el Spoutnic NAV. Este nuevo “granjero robotizado” está equipado con un sistema de navegación que le permite desplazarse con precisión siguiendo la trayectoria definida por el usuario. “Equipado con un raspador adaptable, el robot raspa y airea la basura para reducir la compactación y la humedad que desencadenan la fermentación. De esta forma las aves gozan de mejor salud”, asegura Yanne Courcoux, director general de Tibot technologies
Como el robot vigila los animales los siete días de la semana, también les obliga a moverse, a hacer ejercicio, por lo que los animales crecen con más fuerza y aumentan su tamaño.
Entre los clientes de Tibot se encuentran empresas francesas avícolas como Hubbard, Le Helloco o Agrial y exporta su producto a una quincena de países en Europa, EEUU y Japón. La startup francesa ha cerrado recientemente una ronda de inversión de tres millones de euros de Demeter y Seventure Partners.