Hablar de analítica de datos parece algo moderno, algo propio de estos tiempos de innovación acelerada que vivimos. Sin embargo, la empresa pionera en estas lides -la norteamericana SAS- nació allá por 1966. Ejemplo, además, de la transferencia del conocimiento de las gestas académicas hacia el mundo empresarial.
Mucho han cambiado las cosas desde entonces. En este tiempo, esa idea casi revolucionaria se ha convertido en una obligación, en algo tan extendido como el mismo aire, entre las grandes y medianas compañías. Por el camino, estas herramientas se han ido dotando de capacidades de inteligencia artificial y mejorando su ingesta de información -combinando los datos estructurados con no estructurados-, la precisión de sus predicciones y la velocidad a la que éstas se ajustan al tiempo real.
Y, también, ha cambiado notoriamente la forma en que las compañías consumen esta clase de tecnología. Si antaño desplegar una solución de este tipo requería de una configuración exhaustiva del software para concentrar todos los datos que se producían en el CPD de la empresa, ahora es tan simple como desplegar el programa en una plataforma en la nube y elegir las fuentes de origen de la información.
SAS, nacida en el entorno añejo, es vivo ejemplo de esta particular evolución. La firma ha ido adaptándose a cada una de estas evoluciones para seguir en el candelero de la industria que fundó hace ya más de medio siglo. En esta pugna, la multinacional lanzó SAS Viya, su renovada propuesta de analítica de datos que, además, puede desplegarse desde hace un año sobre los servicios de nube pública de Microsoft Azure.
“Hemos superado ya las dos primeras etapas del acuerdo con Microsoft, aquellos que tenían que ver con la integración de los fundamentos tecnológicos y aquella más general. Ahora estamos trabajando en la integración sin fricciones con Office 365 y otras aplicaciones de esta compañía, para trabahar en tiempo real”, explica Bryan Harris, vicepresidente ejecutivo y CTO de SAS, durante el Global Forum de esta empresa. “En el futuro, el siguiente paso será desarrollar soluciones de dominio para todo el catálogo de Microsoft”.
Pero Microsoft solo es uno de los grandes colosos de la nube pública. Y para poder mantenerse al lado de sus clientes, que no siempre apostarán por Azure, SAS necesita ampliar sus horizontes al resto de actores de este mercado.
Así se entiende el anuncio del día de hoy, con el que SAS se introduce de lleno en las plataformas de Amazon Web Services y Google Cloud. Dos nuevos nombres para la lista, a los que se sumará próximamente Red Hat.
“Queremos ofrecer el mismo rendimiento que teníamos en ‘on-premise’, no meternos en la nube sin más”, detalla el CTO de SAS. “Lo hacemos mediante contenedores, con integración total en ese sentido. Por eso, hay otras plataformas que no son tan sencillas para incorporar o para las que no hay tanta demanda, como Alibaba Cloud”.
Con todo ello, SAS busca ser parte de la nueva era de la analítica de datos, un terreno cada vez más competido y disputado por firmas de nicho, grandes colosos con apuestas generalistas y empresas medianas que buscan picar de aquí y allí. Por ahora, la estrategia parece funcionarle a la histórica compañía: sus ingresos de la división ‘cloud’ crecieron un 8,9% en 2020.