La huella de carbono de la valorización energética, es decir, quemar los residuos que ya no pueden reciclarse, es claramente menor que la asociada a la eliminación en vertedero. Así lo manifiesta G-Advisory, firma de asesoramiento independiente del Grupo Garrigues, en un informe encargado por Aeversu, la Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos.
Se ha analizado el impacto ambiental de la valorización energética en España y Andorra, comparado con el depósito en vertederos, y las conclusiones no dejan lugar a dudas.
"Vivimos un momento en el que todos los sectores tenemos que incorporar un nuevo vector, la lucha contra el cambio climático", explica Rafael Guinea, presidente de Aeversu, en el encuentro con los medios para la presentación del informe. "Al cambio climático hay que atacarlo por agua, mar y aire, es la mayor amenaza a la que nos enfrenamos".
"Y España tiene la necesidad de un Plan para el tratamiento de los residuos, porque solo tenemos vertederos. No alcanzamos los objetivos planteados por Europa para el reciclaje por la cantidad de vertederos que tenemos. Podría ser el método de gestión más barato, meter los residuos en un agujero, y ahora lo es porque no se tienen en cuenta los impactos ambientales".
En el caso de la gestión de residuos urbanos, principal sistema en España que sigue teniendo como destino el vertedero, representa el 4% de las emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero).
Huella de carbono
Tras el análisis llevado a cabo por G-Advisory, se demuestra que los vertederos emiten 772 kg CO2 y por tonelada tratada, mientras que la valorización genera unas emisiones de 224 kg CO2 y por tonelada tratada. Es decir, los vertederos emiten un 245% más de emisiones GEI que la valorización energética.
Gracias a este proceso de transformación de los residuos en energía, se consigue una evidente mejora ambiental local. Pero, además, en vez de enviar los residuos al vertedero, la valorización energética puede suponer una reducción de emisiones equivalente a la contaminación anual de un parque automovilístico de 3,51 millones de vehículos.
O lo que es lo mismo, un 71% menos de emisiones que el vertedero. De esta forma, la valorización energética puede ayudar a cumplir con el marco de la UE para 2030: un objetivo de, al menos, un 55% menos de emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con 1990.
“Existe una importante diferencia entre las emisiones de GEI derivada de la valorización energética y del depósito en vertederos por toneladas de residuos urbanos. La valorización, por sus menores emisiones que el depósito en vertedero, puede jugar un papel muy importante en el cumplimiento de los objetivos de reducción de emisiones marcados por la Unión Europea y España”, asegura Laura Santiago, Manager de Sostenibilidad y ESG en G-Advisory.
"Un proyecto de valorización energética tiene la oposición de ciertos sectores, pero necesitamos desarrollar más este tipo de infraestructuras, si no se hace, no quedará otra alternativa que llevarlos al vertedero", añade el responsable de Aeversu.
Coincide este informe con la aprobación en Consejo de Ministros de la esperada Ley de Residuos y Suelos Contaminados, que de esta manera comenzará su tramitación en el Congreso.
"Se está poniendo impuestos al vertido y a la valorización energética, y aunque socialmente no está bien aceptado, ha sido la gran solución en los países nórdicos y en centroeuropeos".
"Lo de poner impuestos nunca es popular, pero es un impuesto directo: quien más recicle menos pagará. Sin embargo, no hay que olvidar que esa recaudación no debe acabar en la caja común sino para proyectos ambientales", concluye.