Hace dos años y medio que Rebeca Marciel (Madrid, 1979) entró por la puerta de la sede que Microsoft tiene en la ciudad donde nació, a poco más de 20 kilómetros del campus donde cursó sus estudios en ingeniería de telecomunicaciones.
Lo hizo para formar parte del cuadro directivo de la multinacional en España como responsable del área de consultoría. Hace casi un año cambió su rol dentro de la compañía para convertirse en la nueva directora de la división de Grandes Empresas.
Antes de llegar hasta aquí, y tras su formación académica, ha desarrollado una intensa carrera en países tan alejados –no sólo por su distancia geográfica, también culturalmente– como Singapur, Australia, México, Chile, Sudáfrica y la región de Oriente Medio, entre otros.
“Fueron diez años en los que acumulé experiencias que me llevaron por todo el mundo y que no sólo me hicieron crecer profesionalmente, también me ayudaron a construirme como persona”, confiesa al otro lado de la pantalla, ahora desde Madrid, durante la entrevista que mantiene con D+I.
El encuentro online –organizado en este formado por causa del aumento de la incidencia por covid-19 en las últimas semanas– tiene por objeto dar visibilidad a perfiles como el de Marciel: mujeres con un perfil tecnológico destacado y que pueden servir de referencia para niñas y jóvenes que se sientan atraídas por carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés).
Ayuda para explorar
Esta ingeniera encontró la inspiración desde una edad muy temprana y no tuvo que irse muy lejos, la tenía en casa. “Mi padre es ingeniero industrial y creo que el modo en el que se organizan los pensamientos en mi cabeza me llevó a decidirme por estudiar la ingeniería de telecomunicaciones”.
“Además, el momento que nos ha tocado vivir, con la transformación digital tan presente en nuestras vidas, ofrece un amplio abanico de posibilidades en la aplicación de la tecnología y de estos conocimientos”, dice sin dudar.
Recuerda que cuando llegó a la facultad de ingeniería de la Universidad Carlos III de Madrid en las aulas había mujeres, pero su presencia “estaba muy lejos de lo que para mí debería ser la equidad y muchas de ellas, al menos de mi círculo de relaciones, dejaron sus estudios sin acabar.
Y señala lo que, en su opinión, es una razón determinante: “Faltan referentes y un entorno que ayude a las jóvenes a explorar ese camino, si así lo quieren. Convivimos con micromachismos que, sin darnos cuenta, nos empujan hacia una dirección u otra mientras estudiamos”.
En el currículo de la directiva de Microsoft figura su paso por compañías como Gartner Consulting, Accenture, Telefónica I+D y Orange, donde ha acumulado experiencia en las áreas de consultoría de innovación y transformación digital, así como de ingeniería e investigación en inteligencia artificial.
También es fundadora y miembro del consejo de Opensalud. Una startup dedicada al desarrollo de tecnología para conectar a doctores y pacientes, y proporcionar servicios médicos avanzados. La idea surgió tras observar una carencia durante el tiempo que trabajó en México en su paso por el sector salud: “Me di cuenta de que había muchas consultas que se podían solucionar en remoto, pero que faltaba la tecnología necesaria”. El proyecto lleva en marcha siete años, aunque Marciel ya no forma parte del área ejecutiva.
Cuidar la diversidad
Uno de los propósitos de Marciel siempre ha sido aplicar la tecnología para que esta sirva a las personas y a las empresas. Un valor alineado con la actual cultura y estrategia de Microsoft. Compañía que reconoce que, para ella, siempre ha sido un referente y más desde hace cinco años: “En este tiempo ha dado un giro hacia una cultura dirigida a ‘cuidar’. Cuidar a la sociedad, cuidar a los empleados, cuidar la diversidad…”.
Admite que se siente afortunada porque nunca se ha sentido discriminada en el ámbito laboral por ser mujer y fue “durante la carrera en la universidad donde me encontré con el entorno menos diverso”. Defiende la “educación como forma de visibilizar hacia donde te pueden llevar las carreras más técnicas”.
Un esfuerzo que considera que hay que hacer ya desde el colegio y el instituto: explicar a las más jóvenes las oportunidades laborales de las formaciones más técnicas. Y no se olvida de incidir en que se trata de un trabajo que tiene que hacer toda la sociedad en su conjunto y no sólo en casa o en las aulas.
“A finales de 2022, el 65% del PIB mundial estará relacionado con actividades de digitalización y si se quiere tener impacto en el mundo, es ahí”, concluye.