Con motivo de la presentación del proyecto Piloto 5G en Galicia, la ministra de Economía, Nadia Calviño, ha anunciado una convocatoria pública de ayudas en octubre, por un importe de 45 millones de euros, para consolidar a España como el banco de pruebas de esta tecnología, clave para el sector TIC a partir de la próxima década.
Cuando hace unos años se comenzó a hablar de los posibles desarrollos del 5G, de estándares y aplicaciones técnicas, nada se movió en nuestro país. Se acababan de adjudicar licencias 4G y había inversiones comprometidas, así que silencio.En las noticias de TVE, que ahora dedican especiales al 5G como si acabara de descubrirse, no se hacía mención alguna a su existencia. Mientras tanto, competidores como Huawei en China iban tejiendo una preciosa puntilla de patentes, hasta acumular hoy el 20% de todas las relacionadas con el 5G a nivel mundial. Huawei presentó ella sola en 2018 el mismo número de solicitudes de patente europea que toda la economía española. Telefónica solicitó apenas 26. Dicho con más claridad, Telefónica y Santander aspiran a ser líderes mundiales... en probar las patentes 5G de Huawei. Buscan nuevos modelos de negocio, casos de uso, sí, pero quién sabe desde qué país se lanzarán.
Cuando aparecen las noticias de recortes masivos de plantilla en BBVA, Santander, Popular, Caixabank o, ahora, Telefónica, cuando se habla de acciones en mínimos históricos y del sorpasso de Iberdrola al Santander en Bolsa, hay que pensar en ello. No es lo mismo reducir masa salarial a secas que desprenderse de un tipo de trabajadores para incorporar a otros de perfil diferente, en muchos casos con saldo positivo, para romper el mercado con una innovación de base tecnológica, algo que suelen premiar los inversores.
En lugar de eso, llevamos cinco años escuchando a los líderes de nuestras principales compañías del Ibex, de sectores altamente regulados, reclamar cambios normativos que les permitan frenar el impacto de las grandes tecnológicas y de las startup de nicho sobre su actividad. Esa llamada ha cobrado especial dramatismo este verano. De nuevo el BOE y el Diario Oficial de la Unión Europea se enarbolan como parapeto, para frenar un tsunami al que quieren hacer frente con apenas una veintena de patentes al año.
España como banco de pruebas de tecnologías de terceros es una imagen bastante deprimente de país, la verdad. Está claro que el peaje que vamos a pagar como sociedad para mantener nuestro nivel de bienestar es (está siendo) la entrega de nuestros campeones nacionales a quienes llevan la iniciativa tecnológica. Blackrock -fondo que encabeza el listado de accionistas institucionales de Apple, Google, Amazon, Facebook, Microsoft, IBM, Intel... todo lo más- ha superado a BBVA (que también controla) en Telefónica. Tranquilos, ni os vais a enterar.
Eugenio Mallol es director de INNOVADORES