El Congreso de los Diputados aprobó el jueves pasado la Ley de Startups, una ley que es muchas cosas al mismo tiempo.
La Ley de Startups es uno de los mejores marcos normativos de toda Europa para el emprendimiento innovador. Incluye medidas para impulsar la captación de talento e inversión tales como la simplificación en la obtención de visados y autorizaciones de residencia; o una apuesta radical en el ámbito de las opciones de compra de acciones, donde España va a aventajar a todos los países de nuestro entorno.
La Ley de Startups es una pieza fundamental para garantizar el bienestar y la prosperidad del futuro en nuestro país. Según la OCDE, el sector del emprendimiento innovador aporta entre la mitad y tres cuartas partes del empleo neto en los países avanzados, empleos que son hasta en un 60% de carácter indefinido y con un salario medio que es el doble del salario medio en España. Gracias a esta ley, vamos a sentar las bases para construir un modelo económico más fuerte, más resiliente y también más justo e inclusivo, a la vez que creamos decenas de miles de puestos de trabajo de calidad.
La Ley de Startups es la promesa cumplida de un Presidente. El 5 de octubre de 2018, Pedro Sánchez hizo vibrar a la audiencia en South Summit al prometer una de las demandas históricas del sector: un marco legal que reconociera las singularidades propias de las startups y su naturaleza jurídica específica. A diferencia de las “alfombras rojas para los emprendedores” anunciadas por anteriores gobiernos conservadores que nunca llegaron a desenrollarse, hoy nuestra promesa es ya una realidad.
La Ley de Startups es también un ejemplo de hasta dónde podemos llegar cuando entendemos la política como el espacio para el acuerdo. Hay un proverbio que dice “si quieres ir rápido, ve solo, pero si quieres llegar lejos, ve acompañado”. Nosotros teníamos muy claro desde el principio que queríamos llegar lejos, estar a la altura de la ambición de nuestros emprendedores y emprendedoras para aprobar una ley que fuera capaz de marcar la próxima década. Para conseguirlo hemos trabajado con todos los agentes del sector y negociado con las diferentes fuerzas políticas. Y gracias a ello, y pese al error (sic) del PP durante la votación, la Ley ha salido adelante en el Congreso.
La Ley de Startups es un marco normativo revolucionario; una herramienta esencial para transformar nuestro modelo productivo; una promesa cumplida; y un ejemplo del resultado de la buena política. Es la ley con la que vamos a convertirnos en una potencia del emprendimiento innovador.
*** Francisco Polo es Alto Comisionado para España Nación Emprendedora.