Hace 20 años, si querías ver una película, tenías tres opciones: ir al cine, alquilar un DVD o descargarte una copia pirata en el ordenador. No todas las personas podían permitirse destinar parte de su sueldo a las taquillas o gigantes como Blockbuster. Con la llegada de la Era Digital surgió Netflix, la plataforma que revolucionó la industria del cine. Este nuevo modelo de streaming y pago por suscripción abrió muchas puertas en un mercado que llevaba décadas dormido.
Contra todo pronóstico, el nuevo player fue acaparando usuarios y garantizando un acceso global a contenido ilimitado mediante cuotas asequibles. El enfoque de la plataforma no era únicamente la cantidad, también la calidad. Un claro ejemplo de esto es Roma, la producción propia que se hizo con tres premios Óscar en 2019.
De la misma manera que dentro de la industria audiovisual tradicional surgió una nueva posibilidad de la mano de la tecnología, existen muchos mercados -como es el caso del inmobiliario- en el que su potencial no ha sido suficientemente explorado, pero que, de hacerlo, se alcanzaría un enorme éxito.
En la España actual, el ladrillo sigue siendo una de las estrategias de inversión más habituales. Sin embargo, cada vez son más las personas que, pese a su interés en estos activos, no tienen la capacidad financiera para invertir en inmuebles. Hoy la tecnología permite crear soluciones donde las personas sí pueden disfrutar de las ventajas del ladrillo sin tener la necesidad de poseerlo.
La aparición de las proptech supone una gran esperanza para el sector. El término, que tiene su origen en Reino Unido y proviene de la unión de las palabras property y technology, hace referencia a aquellas empresas que utilizan la tecnología para evolucionar, mejorar o reinventar algún servicio dentro del real estate.
El futuro de la industria pasa por la digitalización, por entender cómo las diferentes tecnologías disponibles pueden potenciar el mercado a través de mejoras en procesos, eficiencia en costes e incluso a crear nuevos modelos de negocios e ingresos donde antes no se podía ni imaginar. En concreto, el 59% de las empresas inmobiliarias prevé incrementar la inversión en desarrollo tecnológico y digital en este 2023, la mayoría asegura que destinará entre el 1% y el 5% de sus ingresos a estos avances, según el estudio Madurez Digital 2022.
Al calor de esta reinvención, se suma el auge de la economía descentralizada. Esta combinación brinda a los partícipes del mercado inmobiliario un acceso real a nuevos usos de los contratos de arrendamiento.
Por poner un ejemplo, a través de distintas soluciones, ya es posible transformar un contrato de alquiler tradicional en uno inteligente. Este smart contract puede utilizarse como método de pago, para invertir y cobrar rentas sin necesidad de ser propietario o, incluso, para acceder a un alquiler sin necesidad de presentar nómina de trabajo o un aval bancario.
Entre los beneficios que ofrecen estas disrupciones tecnológicas está la posibilidad de disfrutar de las ventajas de tener una vivienda en alquiler sin ser el propietario de dicho inmueble. Es decir, invertir en inmobiliario para cobrar una renta mensual al tiempo que permite a los propietarios de dichas viviendas cobrar esa renta, cómo y cuándo quieran.
Esta posibilidad abre una nueva dimensión en el sector, al democratizar la gestión y adquisición de contratos, en un contexto en el que los españoles pasan una media de 12 años entre que se emancipan y logran comprar su casa.
A estas dificultades para comprar una vivienda, se suma que en España el porcentaje de población que vive del alquiler se ha incrementado del 20,2% al 24,9% en diez años, principalmente por las dificultades de los jóvenes para acceder a la vivienda en propiedad.
Tener la posibilidad de cobrar todos los meses un alquiler es el sueño de millones de españoles. La manera de abaratar las viviendas y permitir que todos podamos ser propietarios, desafortunadamente, no es sólo un tema de la tecnología, pero, al menos, ya nos ofrece la posibilidad de ser propietario de los derechos de cobro de estos contratos sin necesidad de ser el dueño de la vivienda. Da igual tu edad, tus ahorros o dónde estés, si lo deseas, ya puedes recibir todos los meses una transferencia correspondiente a un alquiler.
*** Gabriela Roberto Baró, CBO (Chief Business Officer) y cofundadora de Nash21.