La startup israelí OKO Finance tiene un objetivo: ser reconocida por los pequeños agricultores del África subsahariana para asegurar sus cosechas. Para los agricultores, OKO tiene forma de app muy sencilla. La empresa, por su parte, automatiza la verificación de las reclamaciones con analítica de datos e imágenes de satélite.
Ni siquiera hace falta tener un smartphone. Basta con un feature phone para generar una cuenta móvil -un servicio que ofrece la mayoría de las telecos africanas- y acceder a aplicaciones como ésta, muy fáciles de usar, que ya integran incluso mensajería por voz. La solución perfecta para los usuarios que no saben escribir.
OKO Finance ha arrancado sus pruebas en Malí, uno de los países más pobres del mundo. En enero de 2020, la penetración de Internet era todavía del 24%. En total, para una población de unos 19 millones de habitantes, había 4,85 millones de usuarios de Internet y solo 1,7 millones de usuarios de redes sociales.
Esta fintech fue galardonada en la última edición de los premios de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU) y es el ejemplo perfecto de lo que está ocurriendo en este continente: el boom del internet móvil está acelerando el desarrollo económico, contribuyendo a reducir la pobreza extrema y, a la vez, abriendo un nuevo mercado de grandes dimensiones para las empresas tecnológicas de todo el mundo.
Previsiones para 2025
África apenas acaba de asomar la cabeza. Entre 2019 y 2025, los operadores de telecomunicaciones invertirán la friolera de 52.000 millones de dólares en el despliegue de nuevas infraestructuras de red en el África subsahariana, según datos de la GSMA.
“Con casi 800 millones de personas en la región aún no conectadas a internet móvil, nunca ha sido más urgente cerrar la brecha digital”, expone esta asociación en su informe sobre la economía digital subsahariana, publicado recientemente.
Como explica esta asociación, la adopción de smartphones sigue aumentando rápidamente en la región, a medida que están disponibles dispositivos más baratos. Marcas chinas como Tecno e Infinix ofrecen móviles por debajo de los 100 dólares.
“También gana terreno la financiación de dispositivos, como constata la reciente alianza entre Safaricom y Google, que permite que consumidores de bajos ingresos accedan a equipos 4G a cambio de pequeñas cuotas diarias”, apunta la GSMA.
Igualmente, en 2019, la startup Mara Phones se asoció con varios bancos, como Nedbank en Sudáfrica y el Banco de Kigali en Ruanda, para pre-financiar dispositivos para consumidores, estableciendo cuotas mensuales entre 4 y 6 dólares durante dos o tres años.
En un plazo de cinco años, el número de usuarios de teléfonos móviles en el África subsahariana se disparará de 477 millones a 614 millones. La mitad de esos nuevos usuarios vendrán de únicamente cinco países: Nigeria, Etiopía, Congo, Tanzania y Kenia.
Más datos: para finales de 2025, los usuarios de internet móvil pasarán de 272 millones en 2019, a 475 millones. Un tercio de ellos estarán en Nigeria y Etiopía.
También en ese periodo de tiempo, el 4G pasará de representar un exiguo 9% de las conexiones móviles (dato de 2019) al 27%. El 5G tardará más en despegar en el subcontinente. GSMA estima que, para 2025, estará presente en el 3% de las conexiones móviles.
Impacto en la economía
Más allá de la conectividad, durante la pandemia de la Covid-19, “la industria móvil se ha comprometido con empresas y gobiernos en iniciativas para paliar el impacto de la crisis en los ciudadanos”, destaca la GSMA en su informe.
“Desde la eliminación de comisiones a descuentos en las tarifas de datos para entidades educativas y sanitarias, pasando por donaciones de dispositivos, los operadores móviles otros actores de la industria han apoyado a los más vulnerables de la sociedad”.
E, igual que en otros territorios del planeta, la pandemia ha acelerado la adopción de servicios y soluciones digitales como el comercio electrónico, particularmente en Sudáfrica y Nigeria.
En 2019, las tecnologías y servicios móviles aportaron el 9% del PIB del África subsahariana, equivalente a 155.000 millones de dólares, y generaron 3,8 millones de puestos de trabajo (directos e indirectos). Para 2025, según la GSMA, el ecosistema móvil contribuirá a la economía de la región con 184.000 millones de dólares.
En definitiva, el África subsahariana apenas acaba de despertar, incentivando la creación de un gran mercado de pagos digitales -con ejemplos muy destacados como M-Pesa, propiedad de Safaricom- que impulsa el emprendimiento innovador local y que atrae la atención de empresas digitales y tecnológicas internacionales.
Uno de los grandes desafíos para aprovechar toda la potencialidad de la economía digital continúa siendo la identidad digital. El África subsahariana alberga a una de cada seis personas en el mundo... y a una de cada dos que no dispone de un documento oficial de identidad.
En este contexto, la Smart Africa Alliance ha propuesto ayudar a crear un estándar de identificación digital para los ciudadanos. Los primeros proyectos piloto se pondrán en marcha en Benín, Ruanda y Túnez.
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