Interoperabilidad de los datos, empoderamiento del usuario, personalización y atención en remoto son algunas de las tendencias que marcarán la salud del futuro, según un informe elaborado por Mapfre y Accenture y presentado en el marco del Mobile World Congress (MWC) de Barcelona.
En un contexto marcado por la pandemia, la salud se ha convertido en una de las principales preocupaciones para la población española. En concreto, un 72,4% afirma tenerla más en cuenta desde la irrupción de la covid-19.
El coronavirus ha terminado por impulsar un sector que ya había estado creciendo exponencialmente en los últimos años y, como consecuencia, se ha producido una inyección de liquidez que, según el mencionado estudio, no tiene precedentes.
Así, solo en 2021, las startups de salud digital recibieron 31.000 millones de dólares (alrededor de 27.990 millones de euros al cambio actual) en capital riesgo, un 60% más que el año anterior, y las estimaciones apuntan que el valor de este sector superará los 426.000 millones de dólares (384.530 millones de euros) en 2027. "Nadie quiere dejar escapar este mercado".
Dicho crecimiento exponencial ha hecho que florezca de forma notable el interés de los actores tecnológicos (startups o gigantes digitales como Apple o Google) por él, que lo identifican como "el próximo territorio a conquistar", impulsando la adopción de soluciones digitales.
Los autores del informe señalan que la salud se encuentra, actualmente, en una situación paradójica, ya que cuantas más compañías intentan convertirse en plataforma y construir una relación estrecha con los usuarios, más atomizada está la oferta y más complejo es crear experiencias homogéneas para los clientes.
Así, apuntan que la especialización de los autores hace pensar que el ecosistema esquivará la concentración y se consolidará "en base a infinidad de alianzas multidireccionales".
La importancia de los datos
El estudio aborda la importancia de los datos para perfilar la salud del futuro, aunque precisa que su posible aplicación se ve retrasada por el recelo de los usuarios a cederlos, algo que, explican, viene derivado del poco valor que perciben de su explotación.
De hecho, solo el 41% de los usuarios encuestados confía en la capacidad de los proveedores de salud para custodiar adecuadamente su información personal.
No obstante, 7 de cada 10 estarían dispuestos a compartirlos a cambio de personalización y beneficios en sus pólizas de seguros.
El informe justifica estas limitaciones en base al retraso del sector en materia de transformación digital y a la dispersión y estanqueidad del almacenamiento de salud, ya que prácticamente cada centro cuenta con un sistea propio.
Al mismo tiempo, señala que la regulación europea en materia de protección de datos es "una barrera", aunque reconoce su importancia para la protección de los derechos de los ciudadanos.
Según avanza, la próxima ola de digitalización en salud deberá "romper con los silos de información", impulsando los estándares para facilitar el intercambio y actualizando las infraestructuras tecnológicas para hacerlo posible de manera eficiente.
El usuario como parte activa de la prevención
El estudio también destaca que los últimos avances en materia de salud digital han terminado de dotar al ciudadano de herramientas con las que tiene más control y conocimiento sobre su bienestar, convirtiéndole en parte activa de la prevención.
De esta forma, explica, su empoderamiento será una de las tendencias que caracterizará este sector en el futuro.
Este cambio permite que los operadores de este ámbito construyan una relación con los usuarios con mayor riesgo, ofreciendo acompañamiento y ofertas personalizadas.
Aún así, los autores de la investigación precisan que esta tendencia no ha provocado un efecto tangible sobre el estado general de salud de la población, ya que las enfermedades asociadas al estilo de vida han experimentado un crecimiento descontrolado en los últimos años.
La IA es "esencial" para la medicina personalizada
El documento también señala que la medicina ha sido uno de los campos donde la inteligencia artificial (IA) ha desarrollado en mayor medida su potencial durante los últimos 10 años. En concreto, el procesamiento masivo de datos ha permitido entrenar algoritmos capaces de anticipar una enfermedad o dar con el tratamiento con mayor posibilidades de éxito.
Así, la IA "es esencial" para el desarrollo de la medicina personalizada, que ya no solo se queda en el diagnóstico y el tratamiento, sino que acelera la prevención, ayudando al médico a prever futuras dolencias.
Uno de los principales exponentes de este escenario es la capacidad de simulación, respaldada por el uso de herramientas como los gemelos digitales, "una práctica cada vez más extendida en el ámbito de la salud".
De hecho, según el estudio, el 87% de las empresas asegura que se están convirtiendo en un elemento esencial para colaborar dentro del ecosistema y el 66% espera aumentar su inversión en ellos durante los próximos 3 años.
A la par, otra de las herramientas que están ganando relevancia en la medicina personalizada es la impresión 3D.
El informe avanza que se espera que la inversión en aplicaciones de la impresión 3D para la salud alcance los 6.000 millones de euros en 2027.
"La telemedicina ha venido para quedarse"
Por otro lado, destaca el desplazamiento del foco de la salud desde los centros habilitados para ello hacia el hogar.
Los autores apuntan que, más allá del pico experimentado por la atención en remoto durante el confinamiento, esta tendencia ha llegado para quedarse, algo que confirma que, en febrero de 2021, el uso de los servicios médicos a distancia eran 38 veces superiores a los niveles previos a la crisis sanitaria.
Así, se espera que una parte relevante de la atención primaria se traslade de los centros médicos a los hogares.
En concreto, se estima que en 2025 el gasto en atención domiciliaria representará el 25% del presupuesto total en salud.
Entre las razones de este movimiento destacan algunas como la saturación de los sistemas de salud públicos, el envejecimiento de la población o la necesidad de aliviar costes operativos.
No obstante, el informe explica que esta tendencia se enfrenta a una serie de retos como que los proveedores de salud velen por el correcto cumplimiento de los tratamientos o los problemas logísticos relacionados con el suministro de medicamentos a domicilio, el equipamiento médico o las visitas presenciales.
"Descentralizar el sistema de salud no solo significa conectar a médicos y pacientes de forma remota, esta transformación abarca todos los aspectos de la cadena de valor", afirma.