En Perú, hay muchas zonas rurales y barrios periféricos de las ciudades que están lejos de los grandes hospitales. Tampoco tienen acceso a equipos médicos, como máquinas de transfusión de sangre o de ventilación artificial, para poder atender emergencias sanitarias. El acceso a ellos puede significar la diferencia entre la vida y la muerte para esta parte de la población. El coste, la complejidad de los dispositivos y las dificultades para transportarlos son los principales impedimentos.
Desde 2016, la diseñadora industrial, Consuelo Cano Gallardo, docente del Departamento de Arte y Diseño del Pontificia Universidad Católica de Perú (PUCP), trabaja en una innovación con la que ofrecer una solución a este problema. Se trata de un armazón portátil y modular capaz de transportar fácilmente componentes de equipos médicos.
En un país, Perú, con los índices de mortandad más altos del mundo, una de las posibilidades de este dispositivo es funcionar como ventilador pulmonar para los recién nacidos. “A las madres y familiares les afecta emocionalmente ver a sus bebés intubados. En el Hospital del Niño de San Borja, los equipos de ventilación son complejos y rudos a la vista. Este armazón, que se puede trasladar con ruedas y que oculta los cables, es menos invasivo y causa menos temor", explica Cano.
En zonas alejadas, puede funcionar con baterías pequeñas el tiempo necesario para ventilar y estabilizar a un neonato. De este modo, se gana un tiempo valioso para llevarlo a un hospital.
"Si no es atendido a tiempo, el bebé puede llegar con daño pulmonar irreversible o fallecer en el camino. Un adulto con medicación puede resistir más tiempo, pero con un neonato esto no sucede”, añade Cano.
Ingeniería y diseño
Para el desarrollo del equipo, la investigadora estudió cuidadosamente el funcionamiento técnico del equipo, junto con un físico y un ingeniero mecatrónico, bajo la supervisión de Bruno Castillón, coordinador del Grupo de Investigación y Desarrollo de Equipos Médicos y Sistemas (GIDEMS).“La ingeniería analiza los factores tecnológicos, pero con el diseño industrial podemos acercar esa tecnología a las personas. Vemos otros aspectos, como la reparación, el transporte, el ruido que genera el equipo”, detalla.
Su exterior es resistente para proteger los delicados sistemas eléctrico, neumático y electroneumático de un ventilador pulmonar, y del resto de equipos que están distribuidos modularmente en la parte interna, y así para facilitar su colocación y reparación.
Por su diseño multiusos para salvar vidas, esta innovación tecnológica obtuvo, en mayo, la Patente de Modelo de Utilidad de Indecopi por un periodo de 10 años.
“Lo que se ha patentado son las soluciones que brinda este armazón, cuyo diseño portátil, con ruedas y agarraderas –pensado en los usuarios–, hace posible el uso de los equipos médicos más necesarios en zonas alejadas. Se ha diseñado un equipo más robusto y resistente para resistir los traslados. Los componentes internos del equipo, ya sea un ventilador u otro, tienen un armado mecánico que entra y sale del armazón para su reparación”, explicó Cano.
La posibilidad de su desarrollo comercial e implementación dependerá de la siguiente fase del proyecto: la transferencia tecnológica. En este proceso, se buscará el apoyo e interés de sectores públicos y privados.
“El fondo de toda esta investigación es solucionar un problema con grandes retos, no solo desde el diseño, sino desde la ingeniería, el contexto social de los usuarios, entre otros. Esta patente surge porque nadie ha prestado atención antes a esta situación. Me siento orgullosa de este trabajo que ve más allá del diseño y presenta un desarrollo tecnológico que aporta de muchas maneras”, dijo la inventora, dedicada a optimizar tecnologías para beneficio de la sociedad.