IPO, vuelven a sonar esas siglas, tan comunes hace solo un cuatro años, cuando todas las startups aspiraban a tocar la campana en su salida a Bolsa. El NASDAQ era un deseo. Wall Street, el paraíso. Esto se acentuó todavía más con la moda de las SPAC, un vehículo que encapsulaba una compañía, un carril especial para salir directamente al parqué.
La salida a bolsa de CAVA, una cadena de restaurantes con toque saludable, ha abierto la veda. En América Latina algunos unicornios llevan tiempo coqueteando con esta opción, de los que muchos son nombres bien conocidos. Van de la chilena de alimentación NotCo a Rappi, la aplicación para todo nacida en Colombia con gran expansión en la región; una especie de Glovo llevado al extremo. Les siguen Konfío, Kavak, Merama y Tiendanube solo por citas las más avanzadas.
Sin embargo, tras Nubank, con una valoración inicial de 30.000 millones de dólares, y DLocal, ha habido sido escasos estrenos bursátiles en los últimos tiempos.
Por sectores, llama la atención que las que muestran una madurez mayor son las de finanzas. De hecho son las que atraen el 38,1% del capital privado, según estudios de LAVCA, la asociación que reúne a los fondos de América Latina. Le sigue la tecnología aplicada a la cadena de suministro, o logística ‘on steroids’, además de inmobiliaria, alimentación, juegos y movilidad.
Durante el primer trimestre de 2023 la cifra de inversión en 'venture capital' se quedó en 406 millones de dólares. Se trata del número más bajo en los últimos cinco años; un 88% menos que en el mismo periódico de 2022 y un 50% menos que en 2019.
Llama la atención que el 73% de las inversiones provienen de fondos regionales, mientras que la inversión extranjera ha decaído un 50% con respecto a 2022. Hay un dato importante, que desespera al fundador: el tiempo que lleva conseguir cerrar una ronda. Mientras que en 2021 era de unos tres meses, en 2023 se dobla.
La atracción de los inicios
La buena noticia reside en quizá, las fases más inciertas, las series semilla y A, son las que representan el 81% del capital. Chile ha sido el único país que ha registrado un incremento del capital invertido un 37%. Llama la atención porque es la fase más incierta, y sin embargo, la más rompedora. Son los que tienen más lejos ese horizonte y, sin embargo, ven el caso de CAVA como un primer signo positivo.
Para empezar, porque es una muestra de confianza. Para continuar, porque conecta varios sectores: Alimentación, cadena de suministro y agrotech. También, porque se acerca al consumidor final, tiene más visibilidad, es algo del día a día.