Jack Mardack, cofundador de Oyster, piensa en el mundo laboral como un universo lleno de opciones, donde el empleado decide la localización, asume retos y responde de manera responsable. Además, quiere que no afecte el lugar en el que los empleados viven para tener acceso a compensación también en acciones de la empresa.
Bajo esta tesis, que ya relató a D+I en su anterior ronda de financiación, ha conseguido una nueva inyección de capital. En esta ocasión de 150 millones de dólares, una serie C que lleva a Oyster al Olimpo de las startups, con status de unicornio, como se denomina a las compañías cuya valoración supera los mil millones de dólares. En junio de 2021, conseguían 80 millones, todavía en plena pandemia.
Mardack considera que esta inyección de capital es fruto de la visión del mundo pospandemia, donde hay una gran competición por la productividad, pero también por la captación de talento. Oyster ya opera en más de 70 países y cuenta con más de 700 empleados.
“Lo que importa es la pasión y la misión que se tenga, y no tanto dónde se está”, subraya con un español impecable."Los inversores han apreciado la nueva forma en la que las compañías crecen y contratan, sin fronteras".
"Nos han dejado muy claro que buscan un impacto positivo. Dentro de los puntos que Oyster resuelve con más creatividad está la gestión de pago de nóminas, con la moneda que se prefiera y excelencia. En el caso de Salesforce y LinkedIn, han invertido haciendo hincapié en el impacto positivo que tenemos”, subraya el directivo.
Talento técnico y trabajo asíncrono
Oyster comenzó antes de la pandemia. La emergencia mundial sanitaria les dio la razón. Estaban en lo cierto con su modelo. Por el camino, han tenido más aprendizajes, como conseguir que la nómina no se asocie a una moneda concreta, pero sí que se adapta a la normativa local y lo mismo suceda con los beneficios para los empleados.
Mardack va un paso más allá: “Los que nos emociona de manera especial es dar oportunidad al talento en otros lugares. No solo para tener recursos más eficientes si es el caso, sino también para ser más diversos”.
Una de las fórmulas habituales de las startups para captar talento consiste en ofrecer acciones (stock) de la compañía a los empleados de la plantilla. Oyster lo contempla también bajo el denominado equity assesment: “Estamos en un viaje conjunto, en un mundo global, donde ofrecer o no este tipo de opciones marca la diferencia para captar talento. Era algo que nos pedían y hemos incluido como opción”, detalla el directivo.
La Serie C es un paso relevante para las startups. Ya tienen un producto probado y han tenido un crecimiento notable. Llega el momento de buscar la rentabilidad. Dentro de esa expansión entra en juego comenzar a adquirir compañías, ya sean competidores potenciales, ya sean complementarios, o como técnica de expansión en nuevos mercados. Lo que sí deja claro Mardack es que la prioridad es que estén alineadas en cuanto a su propósito y tengan tecnología propia relevante.
Buceando en los datos de la compañía se pueden encontrar dos tendencias en cuanto a empleos que tienen más éxito en remoto. Por un lado, el talento técnico: desarrolladores e ingenieros. Por otro, diseñadores, abogados o perfiles especializados en desarrollo de negocio. “En general, se puede decir que triunfan los que realizan un trabajo asíncrono que no es dependiente de la oficina”, explica Mardack.