Twitter, Musk y la SEC
El viernes 1 de abril de 2022, las acciones de Twitter cotizaban a 39,31 dólares; el lunes siguiente cerraron a 49,97, y el martes a 50,98, un incremento del 30% en dos días. La razón es conocida: Elon Musk, fundador y accionista mayoritario de Tesla y Space X había anunciado que adquiriría Twitter a 54,20 dólares por acción, con un desembolso de unos 44.000 millones de dólares. La razón esgrimida por Musk era sacarla del mercado de valores y convertirla en una empresa privada fuera del escrutinio de la Comisión del Mercado de Valores (SEC).
Las explicaciones hechas públicas por Musk para tamaño desembolso eran hasta cierto punto encomiables: devolver a la sociedad un servicio libre y transparente, fuera de las arbitrariedades que habían llevado, por ejemplo, a cancelar la cuenta del entones presidente Donald Trump.
Twitter no es un servicio exento de polémica. Por un lado, hay multitud de estudios académicos que prueban su papel en la difusión de noticias falsas. Y por otro, está la demostrada existencia de programas informáticos (bots) que se dedican a generar y retuitear mensajes de determinada ideología para generar tráfico y convertirlos en los denominados trending topics para que ganen popularidad y hacerlos más virales.
El argumento de que una compañía privada va a ser más transparente y libre que una cotizada no deja de ser curioso. Una empresa cotizada ha de tener un sistema de gobierno establecido que represente a los accionistas y supervise las decisiones de los ejecutivos, es decir, un Consejo de Administración.
Estos Consejos, si son efectivos y en los EEUU acostumbran a serlo, se aseguran entre otras cosas que las acciones de los gestores de la empresa sean consistentes con la estrategia de compañía, la defiendan a largo plazo, y no se produzcan arbitrariedades por parte de los mismos.
En una empresa propiedad de una persona, ésta es libre de hacer en ella lo que le parezca dentro de la legalidad. Podría 'crear' un Consejo de Administración, pero como accionista único, lo puede despedir o disolver cuando quiera. Un Twitter que dependiera cien por cien de Musk sería un instrumento a su servicio y estaría al libre albedrío de sus caprichos. ¿Sería un Twitter mejor que el de ahora? Esto está por ver.
Un Twitter que dependiera cien por cien de Musk sería un instrumento a su servicio
Elon Musk es en sí mismo un personaje peculiar que ya ha tenido sus encontronazos con los reguladores. En agosto de 2018, siendo CEO de Tesla, lanzó a través Twitter (cómo no) un mensaje diciendo que su interés era privatizar la compañía y sacarla del mercado de valores. Ello provocó en un día una subida de la acción del 38% seguida de un descenso del 30% cuando unos días después se desdijo del tuit.
Estos cambios de cotización provocaron una investigación de la Comisión del Mercado de Valores, y Musk no sólo tuvo que pagar una multa de 40 millones de dólares sino que tuvo que dejar la gestión de Tesla y contentarse con seguir siendo su accionista mayoritario, pero cediendo todas sus responsabilidades ejecutivas.
Una de las derivadas interesantes del anuncio de privatizar Twitter es que en comunicados posteriores Musk anunció que iba a usar sus acciones de Tesla para "apalancar" la compra, con lo que ha conseguido que las acciones de Tesla hayan bajado a día de hoy un 37%.
En otro golpe de efecto, este fin de semana pasado, Elon Musk expresó dudas sobre sus intenciones de comprar Twitter argumentando que el número de cuentas falsas "podría ser" superior al indicado en los informes oficiales y que incluso puede haber fallos en los algoritmos que hacen funcionar la plataforma.
Estas dudas, hechas públicas obviamente mediante un tuit, tuvieron efecto tanto en la cotización de Twitter como de Tesla: la primera arrastra una caída 18% y la segunda una revalorización del 10%.
Queden muchas dudas por resolver. ¿En verdad Musk quiere desdecirse de la compra de Twitter? ¿Es una estrategia para hacer bajar su acción y renegociar a la baja el precio ofrecido de 50 dólares por acción? Si las acciones están por los 38 euros, una prima de más del 30% se antoja alta. Una cosa es bastante probable: que este vaivén de declaraciones, dado el historial de Musk con la SEC, le comporten una sanción que podría incluso llegar a prevenirle de formar parte de los consejos de administración de sus empresas.
*** Josep Valor es titular de la Cátedra INDRA de Estrategia Digital del IESE.