El Tour de Francia, la más grande de las carreras ciclistas que se disputan en el mundo, evoluciona año tras año, década tras década, al ritmo que marcan las nuevas tecnologías y la innovación.
De aquellos tiempos en los que la alimentación era pura intuición, a estos tiempos en los que es un cálculo milimétrico de hidratos, calorías y sales.
De aquellos tiempos en los que un ciclista atacaba sin control en un puerto de montaña guiado únicamente por las sensaciones que tenía en sus piernas a estos tiempos en los que completísimos equipos de radiofrecuencia comunican en tiempo real al deportista con su director: éste ordena, el otro obedece.
De aquellos tiempos en los que el desayuno era el momento idóneo para memorizar los tramos peligrosos de una determinada etapa, a estos tiempos en los que las bicis profesionales llevan instalados sistemas GPS que mide e indican cualquier información necesaria.
Y así, con todo: mediciones biológicas en tiempo real, big data e inteligencia artificial para conformar las plantillas de los equipos o para personalizar el mejor calendario de competición...
Situaciones como las descritas serían impensables hace años, como también lo era la medición en vatios del rendimiento de un ciclista.
En pruebas como el Tour de Francia, que comienza mañana en Brest, los potenciómetros son seguramente tan importantes como los frenos. Atacar o no a tu rival, dependerá ya no de tu intuición sino de cuántos vatios puedas mover en relación a tu oponente.
La industria generada
Ni que decir tiene que hay toda una industria detrás para perfeccionar y hacer más eficaz y eficiente el funcionamiento de los potenciómetros, su peso, sus funciones...
Una de estas iniciativas que está realizando importantes innovaciones en el sector está en Aragón y es fruto de una alianza entre el centro tecnológico ITAINNOVA y la empresa Bikone.
El prototipo en el que están trabajando se instalaría en el pedalier. Actualmente, la mayoría de potenciómetros del mercado se instalan en las bielas.
Según Bikone e ITAINNOVA, la ubicación del sensor es importante para mejorar la precisión de los datos y las funcionalidades, que se transmiten en tiempo real en el 'ordenador de abordo' que el ciclista lleva en el manillar y se almacenan para su análisis posterior.
En ITAINNOVA se ha realizado el desarrollo de un prototipo virtual a través de un modelo dinámico 3D, capaz de transformar las cargas aplicadas al sensor en una fuerza efectiva ejercida por el ciclista con el fin de obtener la potencia con la mayor precisión posible.
También se ha evaluado el prototipo desde el punto de vista de la compatibilidad electromagnética (EMC).
"El sensor PM812 -así se llama- es un producto que puede calcular la fuerza en tiempo real que está aplicando el ciclista en ambos pedales", explica Javier Salvador, director de Bikone.
Este producto tiene una aplicación directa sobre las bicicletas eléctricas, pero también sobre bicicletas de competición.
Para bicicletas eléctricas
Según indica Salvador, "hasta ahora la asistencia de las bicicletas eléctricas (EPAC) se basaba en la cadencia para regular la fuerza del motor, pero es una tecnología poco precisa. Con nuestro sensor se consigue mejorar la experiencia de usuario haciendo más reactiva esa ayuda y mejorando la vida de la batería al adaptar la potencia al uso puntual del usuario".
En cuanto a los resultados, señala que "al comienzo del proyecto Bikone disponía de un prototipo de potenciómetro para bicicletas y con el proyecto se ha logrado mejorar la precisión y funciones, obteniendo un nuevo producto más competitivo y completo".
Este proyecto se ha beneficiado de la línea de colaboración abierta por ITAINNOVA llamada Bonos Tecnológicos, como una apuesta por la innovación tecnológica, con el objetivo de conseguir que las PYMES de Aragón sean más fuertes y competitivas.
Son ayudas económicas que se ofrecen en forma de descuento para el desarrollo de proyectos tecnológicos junto a ITAINNOVA. Uno de los ejemplos de cómo aprovechar esta iniciativa es el caso de Bikone.
Bikone es una empresa zaragozana constituida en 2018. Su actividad se centra en el diseño y desarrollo de productos tecnológicos de altas prestaciones y calidad para el sector de la bicicleta, con potencial de futuras aplicaciones a otros sectores. Sus productos se exportan por todo el mundo, principalmente, Europa y Estados Unidos.
Javier Salvador muestra su satisfacción con el trabajo compartido con ITAINNOVA. "Las empresas como Bikone necesitamos un soporte que a veces son tareas complejas a largo plazo y otras ayudas muy puntuales y urgentes. Hemos encontrado en ITAINNOVA un socio que se ha adaptado a esas necesidades", relata.
Aragón, cada vez más tecnológica
Y añade: "Aragón es una región donde la mayoría de las empresas son pequeñas pymes o empresas familiares, y es una condición necesaria contar con un centro tecnológico de referencia para apoyar la falta de capacidad tecnológica. Ahí ITAINNOVA cumple con éxito esa labor".
Respecto a si considera que Aragón es una región tecnológicamente desarrollada, el director de Bikone apunta que "en las últimas décadas se había focalizado completamente en la automoción y en dar servicio a Opel, con empresas auxiliares que podían ser potentes en fabricación pero muy condicionadas a la tecnología de Opel".
Pero, en su opinión, "desde hace unos años sí que se ve un cambio de tendencia donde ya no solo la automoción es el referente, sino la logística ha cogido un gran protagonismo donde podemos ser un referente a nivel nacional".
Aun así "queda mucho trabajo para poder decir que Aragón es una región avanzada tecnológicamente”.
Salvador remarca, sobre ITAINNOVA, que "muchas veces tendemos a pensar que podemos hacerlo mejor nosotros mismos y más barato, pero ITAINNOVA es un nido de conocimiento, donde las personas está muy capacitadas y a largo plazo trabajar con este centro aporta un plus a los proyectos".