El manjar marino de Baleares que sigue fiando su supervivencia a la tecnología
Tras dos proyectos con algoritmos y drones, este verano el gobierno balear ha marcado 500 ejemplares de 'raor' con procesadores de comunicación para estudiar su comportamiento.
Nadie discute que el raor (como comúnmente se conoce al pez peine en Baleares) es un manjar que incluso puede llegar a los 100 euros por kilo en el mercado. Tampoco nadie niega que se trata de una especie en peligro que a todo el mundo le interesa preservar. Ambientalistas, pero también pescadores y restaurantes no se van a dar por vencidos tan fácilmente.
Y para ello la tecnología está jugando un papel fundamental. Es curioso observar cómo por tercer año consecutivo, los organismos públicos de las islas han vuelto a presentar otro proyecto basado en innovación tecnológica encaminado a la preservación de esta especie.
No es algo que se dé con mucha asiduidad. La mayor parte de estamentos, cuando se trata de proteger una determinada especie, se limita a marcar temporadas de caza o pesca -según el caso-, pero no contempla utilizar la tecnología para tomar decisiones más acertadas.
En Baleares, como decíamos, ya saben que la innovación y tecnologías como la sensórica o la inteligencia artificial son aliados perfectos en este sentido.
Este verano, la tecnología protagonista para intentar proteger al raor ha sido la radiocomunicación. Cientos de ejemplares de esta especie han sido marcados con minúsculos procesadores de radio que emiten señales que, como veremos, son muy valiosas para los investigadores.
El objetivo de investigar cómo crece y se reproduce la especie, así como las causas naturales de mortalidad como enfermedades, envejecimiento y depredación. Este experimento piloto lo abandera el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, IMEDEA (CSIC–UIB), la Universitat de les Illes Balears (UIB), el Instituto de Investigación y Formación Agroalimentaria y Pesquera de las Islas Baleares del GOIB (IRFAP) y el Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo (IIM).
Explican desde la universidad pública balear que estos pequeños dispositivos electrónicos, inocuos para los peces, emiten una señal de radio de baja frecuencia que permite conocer su ubicación y estado de salud mediante telemetría acústica y una red de antenas subacuáticas instaladas en el fondo del mar.
Josep Alós, investigador principal del proyecto, concreta que "la mitad de los raores han estado marcados en zonas de protección integral de las reservas marinas de Migjorn, Llevant y la Bahía de Palma para estudiar la mortalidad por enfermedades y depredación, sin interferencia de la pesca".
El resto se marcaron en zonas populares entre los pescadores, como son Cala Mesquida, Caló des Màrmols y Rafalbeig, con el objetivo de conocer cuántos son pescados.
Además, cerca de 500 ejemplares de esta especie han sido marcados externamente con etiquetas amarillas y un código de identificación. Esto permite hacer visibles estos peces en caso de captura, y se hace un llamamiento a la colaboración de los pescadores de las Islas Baleares para que informen al IMEDEA en caso de recaptura.
Y es que cabe recordar que el 1 de septiembre empieza la temporada en la que los pescadores pueden capturar este preciado manjar marino.
Esta especie es muy valorada por los pescadores de las Islas Baleares, y generan un valor social, económico y cultural alto, indican desde la universidad. "No obstante, hay muchas incertidumbres sobre su ciclo vital que generan dudas sobre la sostenibilidad futura de las poblaciones y de la actividad socioeconómica en las Islas Baleares", recalcan.
"Desconocemos cómo reaccionarán las poblaciones salvajes de raor ante el calentamiento de las aguas, la proliferación de especies invasoras, la masificación costera, la propagación de enfermedades y la contaminación... ¿Podemos asegurar que los habitantes de las Islas Baleares seguirán disfrutando de esta tradición en el futuro? Aunque la veda temporal y las reservas marinas han ayudado a estabilizar las poblaciones de raor, todavía no sabemos cómo estas nuevas amenazas impactarán su futuro".
Datos obtenidos
Y para ello, esta tecnología que se va a utilizar puede resultar clave. Con los datos obtenidos de los raores equipados con dispositivos electrónicos y aquellos marcados con etiquetas externas, se podrá cuantificar su crecimiento, reproducción y mortalidad, un aspecto clave para entender la dinámica poblacional.
Esto permitirá generar conocimiento para garantizar poblaciones estables de raores y asegurar el futuro de esta actividad tan apreciada por los ciudadanos de las Islas Baleares, concluye el Alós.
Pero decíamos que este era el tercer verano consecutivo que se daba cuenta de un proyecto tecnológico para intentar preservar las poblaciones de raor. Anteriormente, como ya explicó DISRUPTORES, también el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA) ideó hace dos años un sistema de algoritmos que, mediante inteligencia artificial, permitían el seguimiento y monitorización tanto de los ejemplares como de la actividad humana en torno a ellos.
El año pasado, por su parte, el Consell Insular de Ibiza -órgano asimilable a una diputación provincial en la Península-, a través del servicio de pesca del Departamento de Medio Rural y Marino, recurrió a los drones para su servicio de vigilancia pesquera, que realizan los encargados de la inspección desde mar y desde tierra, con la novedad de cámaras de alta definición adquiridas específicamente para el control de raor.