Si fueron considerados los mejores Juegos Olímpicos de la historia moderna no sólo fue por exuberantes actuaciones deportivas como la de Magic Johnson, Michael Jordan y compañía en baloncesto o gestos de índole social como los de la campeona y subcampeona de los 10.000 metros, la etíope Derartu Tulu y la sudafricana Elana Meyer, celebrando de la mano para simbolizar el fin del apartheid.
Si Barcelona'92 marcó un antes y un después en la historia del olimpismo fue por hitos como estos, pero también por su seguimiento mundial, con audiencias potenciales de más de 3.000 millones de personas en todo el mundo.
La audiencia potencial es el número de personas a las que puede llegar una determinada retransmisión -en este caso deportiva-. Y, si desde Barcelona se podía enviar la señal de televisión a tal cantidad de hogares, fue por otro hito: el de la tecnología de las telecomunicaciones.
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Barcelona (y por extensión Cataluña y España) celebran estos días con orgullo el 30 aniversario de aquellos Juegos Olímpicos. Pero es también el 30 aniversario de ese punto de inflexión que marcó un cambio de mentalidad en la sociedad -con un mayor aperturismo- y de la transformación urbana sin precedentes que vivió la Ciudad Condal.
Dentro de esa transformación, también hubo un impulso tecnológico indiscutible, ese que hizo posible, como decíamos, que la ciudad llegara a través de la televisión, la radio y el teléfono a hogares de todos los continentes.
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Dos son los emblemas tecnológicos de aquel verano: la Torre de Collserola y la Torre de Montjuïc. Sirvan las imágenes que acompañan este artículo para situar al lector que no conozca estos 'monumentos' por su nombre.
También estas dos infraestructuras básicas para los JJOO y para la transformación de Barcelona y Cataluña han cumplido 30 años estos días, aunque el protagonismo se lo sigan llevando los recuerdos deportivos.
Sólo un acto organizado por la Vicepresidencia de Cataluña y Consejería de Políticas Digitales de la mano de las empresas e instituciones que gestionan la Torre de Collserola -Cellnex Telecom, Telefónica, el Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI) y el Área Metropolitana de Barcelona (AMB)- ha servido para honrar ese hito tecnológico.
A los pies de la Torre de Collserola se recordó cómo hace tres décadas se ideó "una infraestructura moderna y de vanguardia" que aglutinara los servicios de telecomunicaciones dispersos hasta entonces en el área metropolitana.
Pero lo más importante es que su diseño contemplaba, a su vez, "la capacidad para incorporar las necesidades futuras en el ámbito de las telecomunicaciones". Y así ha sido.
La Torre de Collserola se ha convertido desde entonces en un referente para la transmisión de la señal de radio y televisión así como también para la transmisión de voz y datos, y un enclave singular tanto desde el punto de vista técnico como urbanístico, estableciéndose en un centro nodal desde el que se supervisa y gestiona una amplia red de radioenlaces y servicios de conectividad.
"La Torre de Collserola ya marcó hace 30 años el horizonte del país digital que somos hoy"
Desde Torre de Collserola se gestiona, entre otros, la cobertura audiovisual de Cataluña y se controla la del resto del Estado. También se realiza el control y supervisión de servicios públicos, entre los que destaca la red de comunicaciones de emergencia y seguridad de la Generalitat de Cataluña, el Ayuntamiento de Barcelona, así como servicios de control de cuencas, mensajería y geolocalización, entre otros. En el complejo también podemos encontrar un Centro de Procesamiento de Datos.
Telefónica, que ofrecía transmisión vía radio y móvil en los inicios de la torre, actualmente, además de estos dos servicios, también tiene ubicado en Collserola uno de sus centros modales de comunicaciones de fibra óptica.
El vicepresidente del Govern y consejero de Políticas Digitales, Jordi Puigneró, destaca el "papel capital" de una infraestructura que "hace 30 años ya marcó el horizonte del país digital que somos hoy". Y añade: "Se puede decir, pues, que la Torre de Collserola ya nació preparada para afrontar con éxito los grandes retos de la transformación verde y digital actuales y futuros".
Por su parte, Albert Cuatrecasas, director general de una de las compañías que gestiona la torre, Cellnex España, explicado que hoy esta torre "es el kilómetro 0 de la red de transporte de Cellnex en Cataluña y un centro de control neurálgico para todo el Estado, 24 horas al día, 7 días a la semana".
"Es el germen desde el que Barcelona se ha convertido en uno de los polos más importantes en atracción de empresas"
Explica, además, que "gracias a los servicios que prestamos desde torre de Collserola más de 5 millones de personas tienen acceso a la televisión digital terrestre (TDT) y a la radio, entre otros muchos servicios considerados críticos, como la red de seguridad y emergencias RESCATE".
También destaca el papel clave para la formación de ingenieros e ingenieras: "Es la cantera de muchos estudiantes de ingeniería que han hecho carrera en Cellnex", resume Cuatrecasas.
A su vez, el director general de Telefónica en Cataluña, Chema Casas, admite que esta torre "es el germen desde el que Barcelona se ha convertido en uno de los polos más importantes de Europa en atracción de empresas y de talento tecnológico".
La Torre de Collserola, pues, con sus 288 metros de altura y un diseño innovador para los estándares de la época, ha acabado siendo un hito de pasado, presente y futuro a nivel tecnológico.
La Torre de Telecomunicaciones de Montjuïc
Pero volvamos al momento en que empezó a planificarse. El concurso de ideas para la construcción de la torre también fue una especie de competición en la que acabó imponiéndose el diseño de Norman Foster.
Según se puede leer en las hemerotecas del momento, otro brillante arquitecto, Santiago Calatrava, no quedó muy satisfecho. Él también participó en el concurso y acabó sugiriendo algún tipo de trato de favor hacia el británico.
En cualquier caso, al final, todos contentos. Telefónica decidió levantar otra torre de telecomunicaciones que iba a situar junto al Palau Sant Jordi y el Estadio Olímpico. Esta sí, fue encargada a Calatrava. Se la conoce como Torre de Calatrava, Torre de Montjuïc o Torre de Telefónica.
La innovación volvió a ser la característica principal. Su diseño es mucho más futurista. "La silueta se inspira en el boceto de un atleta arrodillado y rompe con el modelo convencional de este tipo de infraestructura. El arco horizontal sirve para ocultar las parabólicas de los enlaces de microondas", explica Francisco Javier García en su tesis doctoral 'De Gran Vía al Distrito C. El patrimonio arquitectónico de Telefónica'.
La torre acogió una de las primeras antenas de telefonía móvil de España, cuando todavía era muy poca la gente que utilizaba estos teléfonos. Su carácter disruptor, tanto a nivel visual como funcional, era evidente.
Actualmente, desde la antena de esta torre, Telefónica ofrece telefonía móvil de última generación a la zona de Montjuïc. El resto de la construcción está abierto a las visitas de ciudadanos y turistas, como cualquier otro monumento de la ciudad.
Calatrava, cuando pensó el diseño, ya lo hizo pensando, al contrario de lo sucedido en Collserola, en ese carácter multifuncional e integrado en la ciudad.
Este monumento tecnológico de 136 metros es hoy una de las postales de la ciudad e incluso el trofeo que se entrega cada año al ganador del Gran Premio de España de Fórmula 1 -que se celebra en el circuito catalán de Montmeló- es una recreación de esta torre.
La memoria de Barcelona'92 sigue vigente 30 años después y esta fiesta de cumpleaños también debería reservar un hueco para aquellos hitos tecnológicos que hicieron posible que los resultados deportivos tuvieran tanto impacto.