Salvador Illa no toca la política digital: la mantiene sin consejería propia pero bajo el paraguas de Presidencia
El nuevo gobierno de Cataluña no modifica la fórmula de Pere Aragonés, aunque lleva las políticas de innovación a la consejería de Empresa.
El 29 de septiembre de 2022 se produjo un cambio clave en el gobierno de la Generalitat de Cataluña. Ese día desapareció oficialmente la consejería de Políticas Digitales y Territorio. Lo hacía justo en un momento en el que, paradójicamente, la mayoría de gobiernos autonómicos empezaban a barruntar la idea de crear departamentos propios dedicados a este sector.
Evidentemente, el hecho de que desapareciera la consejería no significó que el ejecutivo catalán -por aquel entonces en manos de Pere Aragonés- borrara de un plumazo sus acciones y sus aspiraciones en torno a todo lo que tiene que ver con la digitalización, la sociedad digital o las telecomunicaciones. En un contexto de rápido crecimiento de tecnologías como la inteligencia artificial, hubiera sido incomprensible.
Las desavenencias entre el partido de Aragonés, ERC, y su socio de gobierno, Junts, provocaron un terremoto que acabó con una reestructuración y la desaparición de la citada consejería y el cese de su hasta entonces responsable, Jordi Puigneró.
Desde ese momento y hasta las pasadas elecciones del 12 de mayo, las políticas digitales pasaban a depender de la consejería de Presidencia, en manos de Laura Vilagrà. Departamentos auxiliares como la Secretaría de Políticas Digitales -Gina Tost- o de Telecomunicaciones y Sociedad Digital -David Ferrer- cogieron el testigo de la labor de Puigneró, pero ya sin estar en el primer plano del organigrama.
Y llegaron los comicios autonómicos, la victoria del socialista Salvador Illa, la posibilidad de un cambio de color político al frente del ejecutivo y la opción de volver a dar protagonismo a las Políticas Digitales.
No iba a ser tan sencilla la formación de gobierno. Hasta el punto de que el nuevo presidente no ha sido investido hasta este mes de agosto. Han sido meses en los que lo más importante ha sido la negociación con otros partidos para conformar un gobierno medianamente estable y no cuál iba a ser el protagonismo que se le iba a dar a las políticas digitales.
En cualquier caso, todo se ha precipitado en los últimos días y ya hay fumata blanca: nada va a cambiar.
Teniendo en cuenta el modelo de los socialistas tanto en el Gobierno de Pedro Sánchez como en otros ejecutivos autonómicos dirigidos por el partido del puño y la rosa, se había especulado con la posibilidad de que Illa rescatara de su letargo aquella consejería de Políticas Digitales.
Podía mantener el mismo nombre o darle otro -Transformación Digital, como el Ministerio, u otros como Sociedad Digital o Digitalización, por los que alguna vez optaron otros gobiernos autonómicos de color socialista-, pero la creación de una consejería era una opción real.
Y más teniendo en cuenta que el nuevo gobierno de Illa, como se ha visto, tenía en mente ampliar su estructura sumando dos nuevas consejerías. Sin embargo, las políticas digitales van a seguir dependiendo de Presidencia, como si nada hubiera sucedido.
Es cierto que este subdepartamento y otros como el citado de Telecomunicaciones y Sociedad Digital, han seguido trabajando con total normalidad en funciones, de manera que se podría decir que la maquinaria está engrasada -aunque ahora vayan a cambiar las caras en los puestos directivos-, por eso quizá Illa ha preferido no tocar lo que funciona.
Aunque los nombramientos en ese segundo escalón aún no se conocen, sí se conoce ya quién será el consejero que dirigirá los designios de la política digital de Cataluña durante los próximos cuatro años.
Será Albert Dalmau, un joven político de 33 años, ha sido, según los analistas políticos en Cataluña, una de las grandes sorpresas de Salvador Illa en la formación de su gobierno, colocándole nada menos que al frente de la consejería de Presidencia.
Innovación, a Empresa y Trabajo
Su formación y su desempeño político siempre ha estado ligado a la economía. Estudió Economía y Relaciones Institucionales en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y ha ejercido como gerente de Economía y Promoción Económica en el Ayuntamiento de la Ciudad Condal.
Tal y como confirmó el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña en su edición de este lunes, la consejería de Presidencia va a tener competencias en la transformación de los servicios y públicos y la administración digital, así como en las telecomunicaciones, las políticas de ciberseguridad y de identidad y confianza digital.
Por cierto, ese mismo decreto sitúa las políticas de innovación -un ámbito más genérico y con un marcado carácter multisectorial- a la consejería de Empresa y Trabajo.
Está previsto que en los próximos días empiecen a publicarse los decretos por los cuales se crearán los diversos subdepartamentos dentro de las diferentes consejerías y los nombramientos de las personas que pilotarán las estrategias digitales de Cataluña en el próximo cuatrienio.
La región tiene importantes retos por delante -comunes, por supuesto, a los del resto de regiones- como continuación de las políticas iniciadas en años anteriores. La gestión de una inteligencia artificial ética, la mejora de los sistemas de ciberseguridad, la implantación de una administración digital cada vez más automatizada y la transformación digital de todos los servicios públicos, aparecerán seguro en la hoja de ruta de los nuevos gestores.
Otra situación estancada que podría verse beneficiada por el cambio de gobierno y las energías renovadas de sus gestores podría ser la reactivación del Centro Blockchain de Cataluña, paralizado desde hace meses.
La formación del nuevo gobierno de Illa era una de las esperanzas para que esta situación pudiera solventarse. El tiempo dirá.