De las primeras características que se conocieron del coronavirus SARS-CoV-2 es que aguanta activo durante horas en diversas superficies y, por tanto, con posibilidad de generar nuevos contagios. Ante esta certeza, el Instituto Europeo de Calidad del Sueño (ESCI) inició una investigación en abril para encontrar una solución al posible alojamiento del virus en colchones. Así se ha desarrollado la tecnología Viruclean, que se basa en la incorporación al tejido de agregados de nanopartículas de plata, un tratamiento viricida similar al aplicado en las mascarillas sanitarias FFP2.
El método consiste en impregnar las fibras textiles del colchón con millones de agregados de nanopartículas, hasta 10 veces más pequeñas que el virus y con una carga eléctrica positiva. Cuando las nanopartículas entran en contacto con el microorganismo, neutralizan su membrana externa, que tiene carga negativa, “de esta manera pierde su escudo protector natural y deja de ser contagioso”, señalan en un comunicado fuentes de ESCI.
Así, inciden en que “en unas tres horas, la superficie se autohigieniza, reduciendo en un 99% su capacidad de transmisión o reinfección a la persona que duerma sobre él”. La duración del tratamiento es la misma que la vida útil de un colchón, estimada entre ocho y 10 años.
Con este tratamiento, “la carga viral en textiles de poliéster se reduce hasta en un 99%, según ensayos validados en distintos laboratorios suizos”, señalan las citadas fuentes. Viruclean cuenta con una certificación de alcance internacional (ISO 18184:2019) que asegura la correcta aplicación del tratamiento sobre el tejido y su funcionalidad.
Esta tecnología, además de “neutralizar todo tipo de coronavirus, también ejerce su acción sobre virus y bacterias comunes”, como Sendai Virus (según ISO 20743), Staphilicoccus Aureus, Klebsiella pneumoniae, Mycobacterium terrae (ATCC 15755) y RSV (Respiratory Syncytial Virus), entre otros.
“Si un infectado duerme en una cama, por mucho que lavemos las sábanas, el virus puede seguir alojado en el tejido del colchón, y su pervivencia hace factible un nuevo contagio. De ahí nuestro interés en lanzar esta investigación que hemos podido materializar en un producto que vemos idóneo para hoteles y alojamientos turísticos”, subrayaTomás Zamora, responsable de innovación en ESCI.
“Es importante destacar que el colchón no tiene la capacidad de actuar sobre la salud del enfermo, pero sí neutraliza el virus para romper la cadena de contagios”, matiza el investigador.
Proyecto sostenible y solidario
El tratamiento Viruclean, además, se ha incorporado a un tejido que recubre un colchón denominado EcoPure, fabricado con hasta 150 botellas PET recuperadas del mar. En consecuencia, su producción requiere un 59% menos de energía y reduce un 32% el CO2 en comparación con un colchón tradicional.
Este proyecto tiene también perfil solidario, ya que por cada colchón vendido se donará 1€ a la Asociación Valenciana de Ayuda a la Parálisis Cerebral (AVAPACE), que servirá para cubrir distintas necesidades de personas adultas con parálisis cerebral que viven en su residencia de Tarongers.
La producción ya se ha iniciado y se realiza íntegramente en España, en la planta de grupo industrial del descanso Grupo Delax, al que también pertenece ESCI. La fábrica del Grupo Delax es la primera que obtuvo el certificado sanitario en Europa para su división de colchones para bebés.
El Instituto Europeo de Calidad del Sueño (ESCI), entidad que ha desarrollado la investigación y aplicación de la tecnología Viruclean, nace de la unión de varias empresas del descanso y profesionales de la salud, con la colaboración de distintos institutos tecnológicos, con el objetivo de estudiar y desarrollar nuevas tecnologías para la mejora de la calidad del sueño y el descanso.