En la era de la inteligencia artificial nada puede darse por sentado, ni tan siquiera que los modelos de lenguaje natural sea la única forma de dar valor a los algoritmos. Ese pensamiento ya ha quedado atrás. Hasta el punto de que incluso las señales acústicas de cualquier tipo pueden alimentar de datos a este tipo de sistemas inteligentes.

Esta especie de inteligencia acústica está echando raíces en regiones como la Comunidad Valenciana. Hace unos días, DISRUPTORES ya se hizo eco de un proyecto de ITI, el centro tecnológico especializado en TIC, que persigue hacer más eficiente el trabajo en la industria a través de la interpretación de señales acústicas emitidas por las máquinas. La IA se encarga, en este caso y después de un modelo de aprendizaje automático, de determinar si a esa máquina le hace falta un mantenimiento o no.

El caso es que este proyecto no es el único de estas características que transita por el ecosistema innovador valenciano. Una iniciativa público-privada basada también en señales acústicas se está aplicando en la detección de bacterias en el agua potable.

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El Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación (Ivace+i) financia, en el marco de su convocatoria de ayudas en concurrencia competitiva, el desarrollo de una nueva tecnología de bajo coste que monitoriza en tiempo real la red de agua potable para detectar de una forma más rápida y eficaz una posible presencia de microorganismos.

Para ello, se han diseñado unos sensores de onda acústica capaces de identificar distintos tipos de bacterias al adherirse a su superficie.

La iniciativa, denominada SensoBac, está coordinada por la empresa Advanced Wave Sensors (AWSensors), que colabora con la Empresa Mixta Valenciana de Aguas, EMIVASA; y dos centros de investigación de la Universitat Politècnica de València (UPV): el Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA) y el Centro de Investigación e Innovación en Bioingeniería (Ci2B).

Alineado con la estrategia de la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo que dirige Nuria Montes, el proyecto cuenta también con financiación de la Unión Europea en el marco del programa Comunidad Valenciana FEDER para el periodo 2021-2027.

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SensoBac pretende desarrollar y validar un nuevo método de monitorización de la red de agua, más avanzado que los actuales, que permita un análisis en tiempo real y de bajo coste. Este proyecto tiene como finalidad mejorar la calidad microbiológica del agua, reducir el riesgo asociado a la exposición de patógenos y alargar la vida útil de las infraestructuras.

La particularidad de esta iniciativa se encuentra en la tecnología de detección acústica que ha ideado AWSensors, y que, según explican sus impulsores, "destaca frente a otras alternativas del mercado por su fiabilidad, sensibilidad, detección directa y continua, modularidad, facilidad de uso, y precio reducido, además de por su versatilidad al ser capaz de escuchar distintos tipos de microorganismos".

La plataforma se basa en microsensores de cristal de cuarzo que emiten vibraciones en el agua a una frecuencia constante que varía cuando las bacterias se adhieren a su superficie, lo que posibilita su identificación.

"Este sistema no requiere, por tanto, el uso de reactivos químicos adicionales y, además, puede operar de forma automática y sin atención de un técnico. De este modo, realiza las mediciones, analiza los datos en bruto y calcula los parámetros de interés de forma ininterrumpida y desatendida", remarcan desde SensoBac.

En estos momentos, el proyecto ya ha superado su ecuador y se espera que en las próximas semanas se emplace el piloto en las instalaciones de EMIVASA, donde se validarán en un entorno real las capacidades de esta tecnología gracias al equipo multidisciplinar que coopera en este desarrollo.

Dicho consorcio está coordinado por la empresa de base tecnológica AWSensors, especializada en el diseño, fabricación y comercialización con fines industriales y de investigación de este tipo de biosensores. En él se integran otras tres entidades, dos de ellas vinculadas a la UPV. Se trata del Ci2B, que contribuye con su amplia experiencia en la investigación de sondas de biorreconocimiento y métodos de funcionalización; y el IIAMA, un centro con más de 50 líneas de I+D que abarcan prácticamente todo el ciclo hidrológico del agua.

Definición de necesidades

El grupo se completa con EMIVASA, empresa mixta creada por el Ayuntamiento de Valencia y Aguas de Valencia para gestionar el servicio público de suministro de agua potable a esta ciudad.

Esta empresa fue la encargada de definir las necesidades que debía satisfacer esta tecnología para el control microbiológico de la red y probará su eficacia frente a otros sistemas de referencia en sus instalaciones.

Cabe resaltar, en este punto, que este proyecto se suma a la estrategia de control del agua potable a través de la tecnología que sitúa al Ayuntamiento valenciano como uno de los más avanzados del país.

La ciudad cuenta con 13 estaciones para la medición continua de parámetros físico-químicos y microbiológicos del agua potable de Valencia mediante equipos de sensorización, comunicación e interpretación para la vigilancia en remoto de la calidad del agua suministrada.

Tal y como explican desde el ayuntamiento, el proyecto "mejora el control sobre la red, permite trabajar con los datos que se obtienen y mejora la resiliencia de los sistemas".

En esta línea, el proyecto de inteligencia acústica SensoBac se alinea también con las conclusiones de dos Comités Estratégicos de Innovación Especializados (CEIE) impulsados por Ivace+i Innovación.

Las personas que integran el equipo de Tecnologías Habilitadoras abogan por la integración de sistemas y operaciones y por mejorar la monitorización y el modelado de procesos como vías para optimizar el funcionamiento de las empresas.

En el caso del comité de Movilidad, Transporte e Infraestructuras, se insta a desarrollar y aplicar sistemas de predicción, alarma temprana e inteligencia artificial, objetivos a los que también responde esta iniciativa. Asimismo, este proyecto también se enmarca en la Estrategia Especialización Inteligente de la Comunidad Valenciana, S3, que coordina la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo.