Extremadura no esconde su vocación de futuro. La sostenibilidad y el aprovechamiento de sus recursos naturales centran gran parte de la estrategia de cara a los próximos años.
En los últimos tiempos, la región ya ha dado muchas pistas de lo importante que es aglutinar todo el conocimiento posible en torno a estos sectores ya no sólo para convertirse en referente, que también, sino para asumir el reto demográfico, ese que consiste en intentar evitar a toda costa la despoblación hacia grandes núcleos urbanos.
Y más aún. El territorio extremeño ha dado muestras evidente de que el pegamento que debe unir todas esas piezas tiene que ser la innovación y la tecnología.
En este sentido, cobra sentido el hecho de que el ecosistema relacionado con la biotecnología haya crecido como la espuma, pero conviene analizar por qué y cómo lo ha hecho.
En primer lugar, las políticas de la Junta de Extremadura, evidentemente, han dado pie a ese crecimiento. El principal hito es la creación de una incubadora de proyectos biotecnológicos que se ubica en Mérida y que sirve de trampolín para empresas e ideas emergentes en el sector.
"La economía del presente y del futuro pasa por una agroindustria de más calidad e innovadora, con la aplicación del conocimiento y la tecnología", explica el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, que añade: "Es una de las claves para que los jóvenes sigan queriendo vivir en el medio rural".
En esas dos frases se encierra el porqué de la importancia de la biotecnología para el territorio extremeño. Una importancia complementada además con infinidad de proyectos surgidos de centros tecnológicos y universidades.
['Bio', 'agro' o 'tech': los prefijos de la nueva red de incubadoras de la Junta de Extremadura]
El consejero de Economía, Ciencia y Agenda Digital, Rafael España, ha recalcado en más de una ocasión que "somos una región productora de bienes y servicios de marca propia y alto valor añadido, capaz de competir en un entorno global".
Sobre la estrategia de la Junta opina también Fernando A. Blanco, presidente de la Asociación de Biotecnólogos de Extremadura (BiotEx). "Creemos que la Junta es consciente de la importancia que actualmente tiene y tendrá en un futuro este sector en Extremadura, por ello, está apostando por el desarrollo del mismo e incentivando la atracción de nuevas ideas y proyectos a través de la incubadora anteriormente mencionada".
"Somos una región productora de bienes y servicios de marca propia y alto valor añadido".
Ahora bien, "también creemos que, aunque la Junta de Extremadura ha tomado una iniciativa acertada, aún queda mucho por realizar y esperamos que este interés por la biotecnología se mantenga en el tiempo".
BiotEx es una asociación sin ánimo de lucro fundada en 2018 con sede en Badajoz, dirigida por biotecnólogos, graduados y estudiantes del grado y máster de Biotecnología de la Universidad de Extremadura.
Actualmente, cuenta con más de un centenar de socios entre los que se encuentran estudiantes, graduados y profesionales de la biotecnología extremeños.
Su objetivo es difundir y promover la biotecnología y ciencia en Extremadura, agrupar a los biotecnólogos y personas afines en la región y pretende ser un espacio que conecte el emergente sector biotecnológico extremeño con el sector empresarial existente.
Velar por que la Junta siga manteniendo esa apuesta y, por extensión, que el territorio extremeño siga siendo referente en biotecnología sería otra de sus aspiraciones.
Blanco da algunas claves para entender por qué Extremadura se está posicionando en el sector. "Como científicos, consideramos que la biotecnología tiene mucho que aportar a la sociedad y como extremeños, creemos que Extremadura tiene mucho que aportar a la biotecnología", resumen.
"Esperamos que este interés por la biotecnología que ha demostrado la Junta de Extremadura se mantenga en el tiempo".
Extremadura -continúa- "es un entorno con un inmenso potencial por explotar". Destaca por "un sector primario de primer nivel a nivel nacional, siendo referentes en olivar, viñedo, tomate para industria o cereza en el área vegetal o el cerdo ibérico en el sector animal, por poner algunos ejemplos".
A su juicio, "esto abre grandes posibilidades para mejorar las condiciones de cultivo, la calidad de los alimentos y conseguir modelos de producción más sostenibles, ámbitos donde los biotecnólogos tienen mucho que aportar".
A nivel global, "la disminución del uso de fertilizantes, el incremento de la resistencia de especies a condiciones desfavorables, etc., son algunos de los retos donde la biotecnología va a jugar un papel muy importante y Extremadura puede ser un laboratorio para diseñar las soluciones del futuro", sentencia.
Por otra parte, a nivel biomédico, Extremadura está desarrollando investigaciones punteras a nivel europeo y mundial tanto en organismos públicos y privados, "debido fundamentalmente a la alta susceptibilidad de actuación biotecnológica y el interés mayoritario en este campo", recalca el presidente de BiotEx.
La celebración el próximo año en Badajoz del Congreso Anual de Biotecnología (12, 13 y 14 de julio), considerado el más importante a nivel nacional y del sur de Europa, no hace sino confirmar lo que ya es un secreto a voces: Extremadura está en la Primera División del sector.
Pero además, el día a día de la biotecnología extremeña está repleto de proyectos. Como los que lideran la Universidad de Extremadura (UEx) o centros como el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX) o el Centro Tecnológico Agroalimentario de Extremadura (CTAEX).
Según explican desde BiotEx, la región cuenta con varias empresas líderes en tecnologías específicas, algunas de ellas startups de la UEx.
En Badajoz se destaca la labor de Laboratorios Larrasa, centrada en la realización de diagnósticos clínicos veterinarios, elaboración de autovacunas, análisis de alimentos y servicios de secuenciación masiva (NGS) y metanogenia, que realiza estudios de viabilidad técnica, energética y económica de instalaciones de biogás y desarrolla productos biológicos para la generación de biogás a partir de subproductos agroindustriales.
En Cáceres se encuentra el Centro de Cirugía de Mínima Invasión (CCMIJU), de gran relevancia nacional e internacional, centrado en los campos de bioingeniería y tecnologías sanitarias, terapia celular y reproducción asistida.
El problema del talento y ¿una solución?
En el ámbito de fomento y gestión de proyectos de I+D+i y transferencia tecnológica entre organismos generadores de conocimiento y empresas remarco la actividad de FUNDECYT-PCTEx en este campo.
Por su parte, las incubadoras de Cáceres y Mérida ejercen un papel fundamental en la generación de proyectos de innovación y desarrollo tecnológico en el campo biotecnológico, bioeconomía circular y Salud, recalcan las mismas fuentes.
En cualquier caso, no todo son buenas noticias. El problema de la falta de talento es común a todas las disciplinas y la biotecnología no podía ser una excepción.
Aunque el presidente de BiotEx matiza: "Lo que hay es falta de conocimiento del talento existente".
Opina Fernando A. Blanco que "es necesario estimular la contratación de personal joven en las empresas, incluso más que en otros sectores al ser una industria emergente con poco recorrido aún. Estamos hablando de empresas pioneras en ciertas tecnologías que están por establecerse y desarrollarse. Y para ello, es necesario contar con la preparación y especialización del talento existente del que hablamos".
A su modo de ver, "actualmente es difícil entrar en la industria y en la mayoría de los casos se necesita realizar másteres privados muy caros. Si se les diera la oportunidad a los jóvenes de acceder al sector, estos podrían ser el motor del desarrollo de la industria biotecnológica en el futuro".
Y añade: "Sin embargo, esta industria es lenta y no pueden pretenderse resultados en pocos años. No obstante, una vez que se consiguen estos resultados, es una de las industrias más rentables y, si no miren a empresas que actualmente conocemos todos como BioNTech".
En resumen, a juicio, "si no se consigue mejorar la accesibilidad al trabajo y las condiciones laborales para los jóvenes de este sector, la retención del talento será muy difícil, y continuaremos viendo como se acentúa la llamada fuga de cerebros".